El contexto internacional exige combatir la crisis climática y, al mismo tiempo, reducir la dependencia energética de la Unión Europea hacia el exterior. La compañía energética Naturgy está apostando por el biometano y el hidrógeno verde para materializar su transición ecológica, aprovechando la infraestructura gasística actual y sin perder de vista otras fuentes renovables como la eólica y la fotovoltaica
El compromiso de la industria energética española para alcanzar la descarbonización en las próximas décadas se está alineando con otro propósito más urgente: garantizar la seguridad de suministro energético. Para lograrlo, la Comisión Europea presentó en mayo el Plan REPowerEU, que tiene el doble objetivo de “poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles y avanzar con rapidez en la transición ecológica”, tal y como concreta la propia institución.
En este contexto, una de las compañías españolas mejor situadas para acometer esta transición es Naturgy, con casi 5,4 millones de puntos de suministro de gas natural en 1.150 municipios, más de 55.500 kilómetros de redes de distribución, varios programas relacionados con el hidrógeno verde y varias plantas de producción de biometano ya en funcionamiento.
En este sentido, desde la firma subrayan que su apuesta se basa “en conseguir un modelo de economía circular y descarbonizado que permita inyectar los gases renovables en las infraestructuras actuales”. De esta forma, Naturgy ha puesto en marcha iniciativas como el Proyecto Elena, que evita la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas de dióxido de carbono al año, gracias a la puesta en circulación de biometano procedente de un vertedero; la Unidad Mixta de Gas Renovable, una investigación que ha conseguido procesos de purificación totalmente biológicos y ya trabaja para desarrollar todo el potencial del hidrógeno verde y el bio-syngas; o el Proyecto Paja de arroz, que producirá gas a partir del desecho natural cerealístico, permitirá dejar de emitir 150.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, equivalentes al 15% del consumo de todo el año en una ciudad como Valencia.
Recientemente, la empresa presidida por Francisco Reynés ha anunciado su tercera planta de biometano en España en la explotación ganadera de Porgaporcs, en Vila-Sana (Lleida). Con una inversión de un millón y medio de euros, a partir de 2023 la instalación inyectará 11,8 gigavatio-hora al año de biometano en la red de distribución, equivalente al consumo anual de 3.150 hogares.
Esta iniciativa evitará la emisión a la atmósfera de más de 2.450 toneladas de dióxido de carbono, lo que, a su vez, equivale a plantar más de 4.900 árboles. “El gas renovable puede distribuirse a través de la infraestructura existente y emplearse con las mismas aplicaciones energéticas que el convencional en hogares, industrias, comercios y para movilidad en el transporte, contribuyendo a la descarbonización”, recuerdan desde la firma. Las otras dos plantas de biometano de Naturgy se ubican en la estación depuradora de aguas residuales de Bens (A Coruña) y en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), donde se desarrolla el mencionado Proyecto Elena.
Cómo reciclar el material de los parques eólicos
Además de la apuesta por el biometano y el hidrógeno verde, la compañía tiene puesto el foco en las energías eólica y fotovoltaica, con el objetivo de “lograr la neutralidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en 2050” y contar con “una potencia instalada de fuentes renovables cercana al 60% en el año 2025”. De esta forma, la inversión prevista hasta esa fecha asciende a 14.000 millones de euros que, por el momento, están sirviendo para que su capacidad instalada libre de emisiones se incremente en torno a un 3% en el primer trimestre del presente ejercicio.
Al mismo tiempo que Naturgy ha aumentado sus instalaciones eólicas en España, también lo ha hecho en el exterior —principalmente en Australia y Chile— y, en paralelo, ha creado la empresa GIRA Wind, de la mano de Ruralia, la sociedad de cartera impulsada por Caja Rural de Soria. El objetivo de esta entidad de nuevo cuño es el desmantelamiento y reciclaje integral de parques eólicos mediante el “reacondicionamiento y valorización del mayor volumen de equipos posible, así como de componentes, materiales y turbinas para su comercialización posterior”, precisan desde la energética.
Asimismo, detallan que el trabajo “se llevará a cabo gracias a la recuperación de la fibra de vidrio de palas, cubrebujes y capotas para reincorporar este material al mercado”. Jorge Barredo, director general de Renovables, Nuevos Negocios e Innovación de Naturgy, asegura que “GIRA Wind nace con el objetivo de potenciar la transición a través de la economía circular y, a diferencia de otras iniciativas, dará una solución integral al reciclaje y permitirá la integración de otras compañías y agentes del ecosistema en nuestra cadena de valor”.
Las cifras que maneja Ruralia indican que las necesidades de retirada de parques eólicos en nuestro país alcanzan actualmente un valor de mercado superior a los 250 millones de euros, únicamente en labores de desmantelamiento, a los que se deben sumar otros 300 millones en revalorización de todos los elementos que componen los aerogeneradores.
Actualmente, los propietarios de estas instalaciones están obligados a asumir los costes de desmantelamiento y traslado a los vertederos, aunque a partir de 2025 muchos de estos materiales no se gestionarán así. Entre los años 2023 y 2028, sólo en España, está previsto desmantelar 10 gigavatios de proyectos eólicos mientras que a nivel internacional se tendrán que desmantelar 160 gigavatios de la potencia eólica que se instaló entre 2000 y 2004, según datos de la Asociación de Promotores Eólicos de Castilla y León.
Finalmente, en lo que se refiere a la energía fotovoltaica, Naturgy acaba de iniciar la construcción de su primera instalación renovable en Estados Unidos. Se trata de una planta de más de 800 hectáreas ubicada en el condado de Fayette, Texas, que tendrá 300 megavatios de potencia máxima y cuya inversión asciende a 264 millones de euros. Estará constituida por cerca de 555.600 módulos fotovoltaicos —será la mayor de la compañía con esta tecnología en el mundo —, que generarán 560 gigavatios-hora anuales de electricidad y se espera que comience a operar de forma comercial antes de final de 2023 para abastecer la gran demanda de un área en pleno crecimiento, que cuenta con grandes núcleos urbanos en sus cercanías.
En total, la energética prevé invertir más de 1.000 millones de euros en el país para disponer de una potencia operativa de 500 MW en 2023 y 1.200 MW en el año 2025. El pasado año, compró un portfolio de 25 proyectos, que suman más de 3,5 GW, y firmó un acuerdo de desarrollo en exclusividad para los mismos con Candela Renewables para los próximos cinco años.