Hay problemas que afectan a toda la ciudadanía por igual, como la crisis climática, y a veces el trabajo de unos pocos no es suficiente para cambiar el rumbo de las cosas. A veces, es necesario que los afectados empujen todos juntos. Y a veces, sus voces tienen que hacerse oír bien alto para que las decisiones que se tomen vayan en consonancia con la opinión ciudadana. Ese movimiento que une a la ciudadanía en los países europeos tiene un nombre, WeMove, y es a su vez, en muchas otras escalas, la hoja de ruta que muchos ciudadanos toman como base para hacer fuerza desde otras agrupaciones e iniciativas.
WeMove Europe es, aquí, Movemos Europa, y nació como un movimiento ciudadano que quiere una Unión Europea comprometida con la justicia social y económica, con la resiliencia ambiental y la democracia ciudadana y participativa. Una plataforma financiada de forma independiente en la que el poder de la gente sea capaz de transformar Europa, con la que se quiere poner en marcha las alternativas generadas por la ciudadanía y que planta cara a esas decisiones que se toman en favor de lobbies y grupos financiados poderosos. Un movimiento participativo al que cualquiera que desee frenar la crisis climática, social y territorial se puede sumar para empujar más fuerte.
“Sabemos que cuanto menos participe la gente en la formación de la democracia en la que viven, mayor será el daño a la sociedad en su conjunto”. Recuerda Laura Sullivan, Directora Ejecutiva de WeMove. “Necesitamos, por tanto, nuevas herramientas y grandes dosis de motivación para lograr grandes consensos e impulsar acciones decididas frente a la crisis climática”. Y ahí es donde empieza la acción, con Movemos Europa y con movimientos como Extinction Rebellion que hoy conforman Marea Deliberativa.
Ciudadanos en busca del cambio
Las asambleas ciudadanas pueden ser una herramienta útil para que la opinión popular se transforme en medidas concretas. En ellas, un grupo de personas elegidas al azar se reúnen para llegar a conclusiones comunes en asuntos de gran relevancia. Una fórmula ya empleada en otros países como Suecia, Francia, Reino Unido o Escocia para encontrar soluciones contra la crisis climática, y que en España se puso en marcha por primera vez a finales de 2021 con la Asamblea Ciudadana para el Clima.
Desde noviembre del año pasado y hasta mayo de 2022 la Asamblea Ciudadana para el Clima y sus cien ciudadanos seleccionados de forma aleatoria tienen la oportunidad de trabajar en diferentes sesiones las medidas que vean necesarias presentar ante el Congreso de los Diputados. Y aunque el objetivo de la asamblea es facilitar el debate social sobre las medidas oportunas para alcanzar la neutralidad climática antes del año 2050, es cierto que expertos y activistas advierten que la puesta en marcha de la asamblea llega tarde, pues la ley contra el cambio climático ya está aprobada, y por tanto las posibilidades de promover cambios son escasas.
Como respuesta, más de 40 movimientos y organizaciones interesadas han conformado una Marea Deliberativa que se “avergüenza de estar ante la peor asamblea ciudadana de Europa” por tratarse de “una Asamblea Ciudadana para el Clima que ni es asamblea ni es ciudadana, ni es climática”. Y que aunque ve en la asamblea ciudadana una herramienta de cambio social, tal y como se ha demostrado en países como Francia, donde la Asamblea Ciudadana para el Clima acaparó la centralidad del debate público y fue altamente promocionada por el Gobierno, a esta puesta en marcha en España le ven problemas como una metodología procedimental deficiente, con reuniones digitales y no presenciales, así como la duración más corta de toda Europa, una falta de compromiso político por parte del Gobierno y una destacada falta de visibilidad.
Un rayo de esperanza
Empujada y constituida por Movemos Europa y Extinction Rebellion, partiendo de su experiencia europea, Marea Deliberativa hace de motor para “abrir la democracia” y garantizar que los trabajos de los cien ciudadanos reunidos durante seis meses en la asamblea ciudadana se materialicen en decisiones políticas concretas. “En la década de la acción, la última que tenemos según las Naciones Unidas para recuperar el futuro, ya no podemos dejar por más tiempo que quienes ocupan el poder elijan qué es lo políticamente posible”, afirma Sergio Moreno, del movimiento Movemos Europa.
Para que la crisis climática no se quede en un segundo plano sobre la mesa del Gobierno, más de 2.500 personas de la comunidad de acción de Movemos Europa hicieran llegar sus peticiones a Teresa Ribera, Ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, y gracias a la huelga de hambre de 33 días por parte de dos activistas del movimiento Extinction Rebellion, Marea Deliberativa tuvo la oportunidad de reunirse con la propia ministra Ribera para hacerle llegar sus inquietudes y peticiones.
Paralelamente, de entre las diversas acciones llevadas a cabo por Marea Deliberativa, destaca sin duda la presentación de una Proposición no de Ley con Más País - Verdes Equo para mejorar la participación democrática de la Asamblea Ciudadana para el Clima, y que así tenga el papel decisivo que, tal y como han visto en otros países, consideran debería tener: “pese a sus fallas, las experiencias metodológicas francesa o británica sirvieron de catapulta mediática a una conversación climática que ascendería al primer plano de la opinión pública”, concluye el activista de Marea Deliberativa Nicolás Fernández.