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¿Quieres invertir? Consejos para colocar tu dinero en los productos más atractivos

Imagen: PXHERE.

Concha González

El mundo financiero es un conglomerado de productos y decisiones en el que siempre se busca un objetivo: que la inversión realizada sea positiva y no haya pérdidas. Por mucha ingeniería financiera que se lleve a cabo, y por muy complicado que pueda parecer para el profano en esta materia, el funcionamiento tiene una regla básica. Ahora, también hay distintas formas de que nuestro objetivo –ganar dinero o como mínimo no perderlo– sea exitoso.

La empresa financiera IG oferta diferentes productos derivados, y que van más allá de la compra de acciones clásicas. Uno de ellos son los contratos por diferencia, llamados CFD. ¿Cómo funcionan? En este caso, el inversor negocia la diferencia de precio entre el momento en el que abre una posición –esto es, compra un volumen determinado de un instrumento financiero– y el momento en el que la cierra. No hay que olvidar que en ningún momento se es propietario del subyacente, es decir, del activo en el que ha invertido.

Las diferencias entre el CFD y las acciones clásicas

Un ejemplo práctico: imaginemos que queremos invertir en x empresa. En vez de comprar directamente las acciones, lo que hacemos es invertir en contratos por diferencia: comprar ahora para intentar, de manera más activa, obtener una revalorización. Además, con los CFD se puede invertir tanto posiciones alcistas como bajistas, mientras que con acciones de contado esto no se puede hacer. Es decir, lo que hace el inversor de acciones es comprarlas y mantenerlas en cartera esperando que revaloricen para posteriormente venderlas u obtener el dividendo, pero con los CFD si una compañía baja de precio podemos hacer operaciones bajistas. Es posible, por tanto, operar en los dos sentidos del mercado.

Otra diferencia entre CFD y la compra de acciones es que en estas últimas el inversor deposita todo del capital que desea invertir, mientras que con los CFD solo se pide un margen de garantía. Con la compra de acciones, si se hace una inversión valorada en 10.000 euros, es necesario desembolsar los 10.000, mientras que si invierte en derivados, en este caso en CFD, haría lo mismo, es decir invertir 10.000 euros en acciones, pero con la diferencia de que no es necesario abonar todo el valor, esto es, los 10.000 euros, sino una pequeña cantidad como garantía. Dicha garantía funciona igual que la fianza cuando alquilamos un piso: se abre una posición desembolsando una pequeña parte como depósito y cuando cierro la posición ese depósito se me devuelve. 

Las barrera call y put

Otro tipo de producto derivado muy novedoso que ofrece IG son las barreras. Estas tienen la categoría de opciones –derechos de compra y de venta sobre un activo– pero no es una opción clásica; más bien podríamos decir que son un híbrido entre un futuro –un acuerdo para comprar o vender un activo en una determinada fecha futura a un determinado precio– y una opción, pero más parecida al futuro. Su producto más similar es el CFD pero con ventajas sobre el mismo.

Las barreras funcionan de la siguiente manera. Lo primero que hay que hacer es decidir si el subyacente, es decir, el activo en el que vamos a invertir va a subir o bajar. Si se cree que va a subir lo que se hace es comprar una barrera que se llama call; y si se considera lo contrario se adquiere una barrera put.

Funciona de una forma muy parecida al CFD, pero existen varias diferencias. En el CFD no hay ninguna obligación de poner un stop de pérdidas, con lo cual el inversor tiene que saber cómo hacer frente a las perdidas en el caso de las haya, ya que no puede poner ese tope. Por el contrario, con la barrera siempre se pide un stop, así si el precio toca ese nivel de pérdidas que el inversor ha señalado, ya no puede perder más dinero. Ello permite controlar de manera mucho más efectiva la parte psicológica de la inversión, permitiendo hacer operaciones de una forma más tranquila y controlada, sabiendo de antemano cuál es la pérdida máxima que puede tener en cada una de las operaciones que realiza.

Productos apalancados

Tanto los CFD como las barrera son productos apalancados. El apalancamiento significa que no depositamos todo el valor nominal cuando hacemos una inversión, sino que depositamos una parte. El apalancamiento en CFD está predefinido por el regulador, mientras que en las barrera lo decide el inversor.

¿Cómo se gestiona el apalancamiento en las barrera? Lo que le piden al inversor como fianza para abrir una posición es la diferencia entre el precio que tiene lo que se compra y dónde se pone la barrera, de forma que, según la distancia en la que se ponga la barrera, el inversor tendrá mayor o menor apalancamiento.

Un ejemplo práctico: vamos a invertir en el Ibex 35 cuando está cotizando a 9.000 puntos. Si el inversor abre esa posición –compra un volumen determinado– con barrera, lo primero que tiene que decidir es el nivel de stop, esto es, dónde quiere poner el tope de perdidas. Si el inversor decide entrar con un contrato de 1 euro el punto, lo que estaría ganando o perdiendo por cada punto que suba o baje es un euro. Si decide poner la barrera en 100 puntos de distancia (stop), lo máximo que se puede perder son esos 100 euros, aunque en realidad se esté invirtiendo por 9.000, que es el valor nominal. En este ejemplo, el apalancamiento sería de 90 veces (9.000 € / 100 € = 90 veces).

Hay diferentes formas de invertir, según el perfil del inversor. Lo importante es encontrar la manera que mejor se ajuste a sus necesidades.

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