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Alimentación tras las vacaciones: qué comer tras los excesos del verano

Brócoli

Mercè Palau

10 de septiembre de 2024 05:00 h

Nuestra forma de comer cambia durante las vacaciones: ingestas fuera de hora, más refrescos, dulces y picoteos no siempre saludables y más frecuentes modifican la fisonomía de nuestras mesas. Muchas veces es difícil seguir un plan de alimentación saludable durante el verano. Y es que, este tiempo de relajación supone, para algunas personas, terminar el verano con algún kilo de más. 

Esto explicaría por qué, a medida que las vacaciones van llegando a su fin, muchos de nosotros nos sentimos más lentos e hinchados y también con ganas de recuperar los buenos hábitos de antes del verano. Es posible que el cuerpo nos pida un poco más de orden en las comidas. ¿Cómo podemos reequilibrar nuestra dieta? ¿Qué alimentos debemos elegir para facilitarlo? 

Hay muchas formas sencillas de darle un nuevo impulso a nuestra alimentación después del verano, un buen momento para adoptar y recuperar los hábitos saludables olvidados.

Recuperar una alimentación saludable después de las vacaciones

Si bien la idea de preparar comidas saludables a veces puede parecer compleja, es clave empezar por pequeños cambios, no hacen falta grandes modificaciones en el estilo de vida ni dietas estrictas y tampoco grandes sacrificios que muchas veces acabarán en nada. 

Basta con reprogramar de nuevo nuestro enfoque en una planificación de las comidas, con menos picoteo e ingestas informales, siendo claros en las intenciones, fijando objetivos claros para poder cumplirlos mejor, manteniendo una buena hidratación, reduciendo el consumo de dulces y bebidas alcohólicas e introduciendo y priorizando alimentos más saludables como pescado de todo tipo  —blanco, azul así como moluscos u otros alimentos de procedencia marina— , cereales integrales, carbohidratos ricos en fibra y almidón y frutas, verduras y hortalizas. 

Comer verduras es una forma sencilla de llenar nuestro plato de fibra e innumerables antioxidantes, vitaminas y minerales. Es, además, una buena manera de conseguir sus beneficios, como su ayuda para prevenir el estreñimiento gracias a su contenido de fibra, para mejorar nuestro sistema inmunológico o para protegernos frente al desarrollo de determinadas enfermedades. Y, sobre todo, nos ayudan a mantenernos más hidratados gracias a su aporte en agua.

Y en este punto destacamos, de entre todas las hortalizas, el papel del brócoli, que es importante desde el punto de vista nutricional por sus “poderes détox y su papel como fuente de fibra”, admite la Doctora Clotilde Vázquez, jefe del Departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Cómo nos puede ayudar el brócoli en nuestra vuelta a la normalidad

El brócoli, con su particular apariencia, pertenece a la familia de las crucíferas, igual que la col rizada, la coliflor y las coles de Bruselas. Estamos frente a una verdura muy versátil en la cocina que cada vez tiene más adeptos y seguidores, aunque algunas personas la engloban dentro del grupo de verduras que producen gases y en algunos sectores goza de fama de flatulenta. Una mala fama, sin embargo, que no es nada merecida si tenemos en cuenta que estamos frente a una fuente inagotable de nutrientes y “es un alimento ideal para el embarazo gracias a su gran cantidad en fósforo y ácido fólico”, admite Vázquez. 

De hecho, son varios los estudios que destacan los beneficios del brócoli, como esta revisión según la cual el brócoli habría ganado cierta atención gracias a su notable composición nutricional y numerosos beneficios, entre los que destacan efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos y potencialmente antibacterianos. 

¿Qué más puede hacer el brócoli por nosotros? Esta hortaliza es interesante por su alto contenido en nutrientes antioxidantes como b-carotenos, vitaminas del grupo B como la B1, B2 y B2 y vitamina C. En palabras de Vázquez, “una ración de unos 200 gramos de brócoli aporta casi el doble de las ingestas recomendadas de vitamina C y la cuarta parte de las ingestas recomendadas de folatos para un hombre y una mujer de 20 a 39 años con actividad física moderada”. 

También es rico en sustancias “fitoquímicas como sulforafano, así como en indol, necesario para la formación de los pigmentos, neurotransmisores, aminoácidos y hormonas vegetales”, afirma Vázquez. Pero hay más puntos a favor de esta hortaliza: su contenido en potasio y en azufre, que además de tener propiedades insecticidas y antimicrobianas, es el “responsable de su tan característico olor”, reconoce la experta. 

Además, tal y como añade la facultativa, “ no engorda” al estar compuesta sobre todo por agua en un 89%, lo que significa que el nivel de calorías que aporta al organismo es bajo, de ahí que sea muy eficaz en el caso de dietas de control del peso. 

Para tratar de mantener al máximo su contenido en vitamina C y del grupo B es importante prepararlo en cocciones cortas y con poca agua, como al vapor.

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