Día Mundial de la Salud Mental: un impulso para luchar contra el estigma de las enfermedades psíquicas
La salud mental es esencial para nuestro bienestar y el desarrollo de nuestras vidas. Afecta a cómo pensamos, cómo nos sentimos y de qué manera actuamos frente a los demás y a las distintas situaciones vitales a las que debemos enfrentarnos. Como describe la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un “estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente”. Asimismo, nos ayuda a pensar, sentir y actuar de una manera que nos permite disfrutar de la vida y afrontar los desafíos que nos plantea.
Sin embargo, y según datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-2021, un 29% de la población sufre algún trastorno mental en España, sobre todo ansiedad, insomnio y depresión. Aunque en los últimos años se habla más de la salud mental que hace un tiempo, sobre todo desde los años de pandemia, continúa considerándose aún un tema tabú sobre el que persisten ciertos estereotipos.
Ante esta realidad, y con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el 10 de octubre, la Federación Mundial para la Salud Mental ha querido conmemorarlo bajo el lema La salud mental es un derecho humano universal, con el objetivo de colocar la salud mental en un marco de derechos humanos y conseguir que sea un derecho humano fundamental.
Señales de que hay un problema de salud mental
Aunque no suele haber una sola causa que desencadene un problema de salud mental, sí deben darse una combinación de factores genéticos, del entorno social y de experiencias vividas.
Hay distintos tipos de trastorno mental que se pueden resumir, a grandes rasgos, en comunes, como ansiedad o depresión; trastornos mentales graves como esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno por estrés postraumático; otros relacionados con el uso de sustancias; y conductas suicidas, según el Doctor Enrique Baca, jefe del Departamento de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz.
La ansiedad es uno de los problemas más frecuentes, según detalla el informe Salud mental en datos —del Ministerio de Sanidad— según el cual, los trastornos de ansiedad afectan al 6,7% de la población, un 8,8% en mujeres y un 4,5% en hombres. Junto con la depresión, suelen ser los más difíciles de diagnosticar porque, a menudo, quien lo sufre no lo identifica con un problema sino más bien como un efecto somático de otra enfermedad. Esto es así porque los síntomas suelen ser cansancio, dolor inespecífico o malestar, lo que dificulta un diagnóstico temprano y, por tanto, una recuperación más rápida.
La línea que separa lo que es un episodio esporádico de ansiedad provocado por algún motivo —problemas en el trabajo o algún disgusto familiar, por ejemplo—, está en cuando estos síntomas nos impiden desarrollar nuestra actividad familiar, social y laboral con normalidad.
En cambio, los trastornos mentales graves suelen “presentar síntomas muy llamativos como alucinaciones, delirios, cambios del estado de ánimo, con afectación de la conducta que dificultan el desarrollo de la actividad habitual de la persona”, reconoce el Doctor Enrique Baca. En España, los datos nos dicen que entre el 2,5% y el 3% de la población adulta tiene un trastorno mental grave, lo que supone más de un millón de personas.
En el caso de las personas que tienen problemas relacionados con el abuso de sustancias, “no suelen ser conscientes de la gravedad del problema”, afirma el experto. De ahí que cuando acuden a la consulta ya se ha producido un importante impacto en sus vidas y en su entorno. Una adicción es una enfermedad psíquica recurrente que busca, de forma patológica, la recompensa a través del uso de una sustancia u otras conductas. Esta incapacidad por controlarla, sumada al deseo impetuoso de consumo, suele presentarse asociada a alguna otra patología mental.
Salud mental: la necesidad de romper barreras y crear conciencia
A menudo, frente a un familiar o conocido con algún problema mental, no sabemos cómo actuar ni qué decir. El estigma en torno a la salud mental es una marca que se impone a muchas de las personas con problemas y que con frecuencia se ignora o se malinterpreta.
“La sociedad no es consciente del enorme impacto de las enfermedades mentales en el individuo y para la propia sociedad”, afirma el Doctor Enrique Baca, que admite además que “las personas que sufren enfermedades mentales a menudo son marginadas y estigmatizadas” y las familias sufren incomprensión y rechazo.
De acuerdo con las previsiones que hace la OMS, para el año 2030 se estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Razón de más para aumentar la conciencia de que “nos puede pasar a todos y de que cuanto antes consultemos, mejores resultados vamos a tener”, advierte el Doctor Baca.
En líneas generales, el tratamiento, que puede incluir terapias biológicas o psicoterapéuticas, así como visitas de seguimiento, suele durar un año, aunque el tiempo varía en función de cada persona y caso. “Alrededor del 80% de los tratamientos de los trastornos mentales comunes tienen una efectividad de un 80%”, reconoce Baca. Lo que explicaría, entre otras cosas, que una persona con un problema de salud mental pueda llegar a tener una vida plena y conseguir un trabajo, formar una familia o gozar de cualquier otro aspecto de la vida.