La migraña afecta sobre todo a las mujeres, a menudo durante el periodo de sus vidas en el que tienen más probabilidades de quedar embarazadas. Para las mujeres de 18 a 49 años, la migraña es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Y es que hablamos de un dolor intenso, punzante, que en ocasiones va acompañado de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz o al sonido.
Para muchas mujeres que padecen migraña, la incertidumbre de cómo será su embarazo y cómo afectará su plan de tratamiento dificulta la decisión de quedarse embarazadas. ¿Tendrán que dejar su medicación? ¿Cómo podrán controlar sus síntomas si tienen que hacerlo? ¿Empeorarán sus síntomas?
Hasta un 20% de las mujeres, según algunos estudios, evitan o retrasan el embarazo debido a la migraña, la mayoría de las veces porque no tienen toda la información o por temor a que los síntomas de la migraña empeoren durante el embarazo.
Sin embargo, y pese a que esta preocupación es natural, tener migraña y un embarazo y un parto normales es algo totalmente factible y no hay razones para que una mujer no pueda quedarse embarazada si tiene migraña.
Pero es importante entender cómo la migraña puede afectar al embarazo y qué opciones hay para controlarla y decidir cuál es la mejor opción para cada mujer. Para la Doctora Andrea Gómez García, especialista del Servicio de Neurología y de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, planificar el embarazo es “algo muy recomendable, sobre todo en caso de estar con un tratamiento preventivo”.
Migraña y embarazo: cómo se conectan durante los nueve meses
En la mayoría de los casos, y pese al temor de muchas mujeres, “las migrañas mejoran hasta en un 80% durante la gestación”, admite el Doctor Jaime Samuel Rodríguez Vico, especialista del Servicio de Neurología y responsable de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Aunque esto tiene matices ya que durante el primer trimestre puede haber un empeoramiento de la migraña debido a un aumento progresivo de los niveles de estrógenos, que pueden llegar a multiplicarse hasta por 30-40 veces sus niveles.
Este primer periodo es probablemente de los más críticos por la suma de dos condicionantes: por un lado, las migrañas pueden ser de mayor intensidad y, por otro lado, hay menos posibilidades de usar tratamientos efectivos. Sin embargo, esta fase de mayor vulnerabilidad cuenta con alternativas para controlarla y, además, suele pasar. Durante el segundo y el tercer trimestre, en cambio, los niveles altos de estrógenos “se mantienen estables, dando lugar a lo que se conoce como analgesia del embarazo, y la mayoría de mujeres experimentan una mejoría espontánea de su migraña”, admite la Doctora Gómez García.
¿Qué ocurre cuando llega el parto? En este caso, estamos de nuevo frente a un proceso complejo ya que se produce una “caída muy importante de los niveles hormonales y, por tanto, se puede producir alguna crisis de migraña”, asegura Rodríguez Vico. Esta caída brusca de los estrógenos puede llevar de nuevo a que muchas mujeres sufran migrañas en los días posteriores. Aunque la lactancia natural, de nuevo, se convierte en un factor protector de las migrañas al liberarse otra serie de hormonas, como la oxitocina, que tienen efectos analgésicos.
¿Qué medicamentos se pueden usar para tratar la migraña durante el embarazo y la lactancia?
Las mujeres que tienen migraña durante el embarazo deben enfatizar los enfoques no farmacológicos, evitar los desencadenantes como el estrés o mantener horarios regulares de sueño y comidas, así como practicar actividad física de manera regular. En el caso de necesitar un tratamiento sintomático, las mujeres cuentan con el paracetamol, el único recomendado ya que es el más seguro para su uso durante el embarazo y la lactancia, que se puede combinar con metoclopramida.
Si la migraña es muy intensa también pueden usarse “bloqueos anestésicos con lidocaína, infiltraciones a nivel del nervio occipital que mejoran el número de dolores de cabeza, al menos alivia durante uno o dos meses y sirven para pasar el primer trimestre, hasta que se estabilizan los dolores de cabeza”, admite el Doctor Rodríguez Vico. En cambio, los medicamentos antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno, el naproxeno, el dexketoprofeno o la aspirina “no están recomendados”, advierte Gómez García.
Durante la lactancia, en cambio, las alternativas y opciones “son más variadas”, afirma Rodríguez Vico, que reconoce además que la lactancia suele ser un protector contra las migrañas al secretarse oxitocina y prolactina, que nivelan la ovulación y, por tanto, impide los cambios de estrógenos relacionados con la migraña.
Durante este tiempo sí se pueden usar como tratamiento sintomático los antiinflamatorios como el ibuprofeno o el naproxeno. También “sumatriptan, zolmitriptan y eletriptan se pueden usar con tranquilidad ya que su paso a la leche materna es escaso”, reconoce esta vez la Doctora Gómez García.