La búsqueda de la dieta perfecta para perder peso está siempre a la orden del día, pero no todo vale para conseguir la figura deseada. Y es que, comer bien no es un solo un método útil para lograr un buen cuerpo, sino una necesidad vital que nos permite gozar de una buena salud.
En este sentido, hay que prestar mucha atención a la hora de optar por un régimen alimenticio u otro. Ciertas iniciativas pueden resultarnos perjudiciales tanto por sus efectos secundarios como por su inutilidad de cara al objetivo propuesto. Lo ideal es decantarse por aquellas avaladas por ciencia y desechar las que no nos aporten beneficios a medio y largo plazo. Pero, ¿cómo saber cuál es la que nos conviene más?
¿Qué entendemos por ‘dieta’?
Antes de entrar de lleno en analizar el tipo de dieta que nos conviene, conviene aclarar el concepto exacto de lo que es, o debe ser, una dieta. La palabra procede del vocablo del griego antiguo ∂íaita, que viene a decir “rutina diaria”∂íaita, es decir el conjunto de costumbres que nos acompañan cada día y que no se limitan a aquello que comemos. Es decir que en origen la dieta se refería más a lo que hoy entendemos como “la vida saludable” y no solo al régimen alimenticio.
Partiendo de esta premisa entenderemos que nuestro tipo de dieta moderna adecuada estará muy condicionada por el tipo de vida que hacemos: si hacemos o no mucho ejercicio, si llevamos una vida sedentaria, si comemos fuera o en casa muchos días, si fumamos o bebemos alcohol, si tenemos acceso a unos u otros productos ultraprocesados, de bollería, etc.
Dime cómo vives y te diré qué debes comer
Bajo esta perspectiva, no es lo mismo una dieta baja en hidratos de carbono en personas con un marcado sedentarismo que en otras con una alta actividad deportiva. En las primeras es recomendable reducir las calorías que aportan azúcares y harinas refinadas (hidratos), de modo que, aunque apenas quemen calorías con ejercicio, su metabolismo basal se vea justamente compensado sin excesos. Serán necesarias frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras de ave y pocos lácteos.
En las personas del segundo grupo, un superior aporte calórico puede ser necesario para compensar el esfuerzo, por lo que puede entrar en su dieta arroz blanco o pasta como platos de refuerzo. Ahora bien, no se compensa igual una dieta baja en hidratos si salimos a correr que si hacemos crossfit, triatlón o culturismo.
¿Qué pasa si no acierto con mi dieta?
No dar con la dieta adecuada con nuestros hábitos de vida o de trabajo puede tener consecuencias. Las más graves pueden derivar en anemias más o menos serias por falta de hierro, en deficiencias vitamínicas y en trastornos del estado de ánimo, con tendencia a la irascibilidad y la depresión. Pero en el caso menos leve podemos caer en el llamado efecto yo-yo, por el que, aunque en un primer momento nos adelgacemos, a la larga acabaremos más gordos de lo que estábamos.
Todas estas consecuencias pueden resumirse en síntomas como una excesiva fatiga a todas horas, una dificultad para conciliar el sueño, la caída del cabello, las uñas quebradizas, eczemas en la piel, sangrado de encías, mal aliento, orina con olor fuerte, mareos, lipotimias e incluso una pérdida excesiva de peso y una merma de la masa muscular. También es síntoma el comprobar que nuestra cintura no se reduce o que incluso crece. Todos estos síntomas nos indican que o bien nos falta algún alimento en nuestra dieta o tenemos de algún otro en exceso.
El autotest de la doctora Vázquez
Un buen modo de detectar sí estamos errando con la dieta es aplicarnos el autotest de la doctora Clotilde Vázquez, especialista en endocrinología y nutrición de la Fundación Jiménez Díaz. La doctora Vázquez ha desarrollado una serie de preguntas que deberemos hacernos para determinar si estamos en riesgo de anemia, avitaminosis o pérdida excesiva de masa muscular, que es lo que al final nos llevará al efecto yo-yo.
El autotest tiene dos bloques diferenciados. Si al sumar los resultados de ambos grupos (cada respuesta afirmativa puntúa +1) la puntuación es de cuatro o más, es muy aconsejable replantear la dieta y consultar a personas con formación y experiencia.
En caso de no alcanzar dicha puntuación, estás de enhorabuena. El régimen alimenticio que sigues es correcto. En cualquier caso, optemos por la diete que optemos, siempre debemos tener presente que lo importante no es conseguir bajar unos kilos para lucir una buena figura, sino mantener esa pérdida de peso para que nuestra salud pueda agradecerlo.