Experiencias con las abejas: cuatro destinos para disfrutar del apiturismo

Ricardo Arnaiz

Lo mejor de hacer una escapada a un entorno rodeado de naturaleza es la posibilidad de adentrarnos en ella de manera sigilosa y respetuosa, y lo mejor de que la red de Paradores se ubique en espacios privilegiados, es que podemos disfrutar de ella de forma directa y con todas las comodidades. A través de su iniciativa Naturaleza para los Sentidos, muchos de los alojamientos de la red se presentan como anfitriones por naturaleza y nos ofrecen la posibilidad de participar en diversas experiencias de proximidad que nos ponen en contacto con el entorno. Y, el apiturismo, en el que las abejas y las colmenas son las protagonistas, es una de ellas.

Las abejas juegan un papel fundamental en la preservación de la biodiversidad, así como en  la gastronomía local y en la conservación de tradiciones ancestrales. España es uno de los principales países productores de miel pero en el último año ha visto mermar la cosecha en un 50% a causa de la sequía, las condiciones climáticas y otros factores, de manera que para poner en valor este producto esencial a través de diferentes visitas guiadas, actividades entre panales e incluso catas podemos participar en un turismo experiencial y sostenible cargado de historia y artesanía.

Apiturismo en el Parador de Villafranca del Bierzo

El Parador de Villafranca del Bierzo se encuentra en una ubicación idílica para los amantes de la naturaleza y la historia, porque igual que se rodea de bosques de brezos, nogales y castaños, está a un paso de diferentes restos arqueológicos. Su patrimonio cultural es enorme, con castillos como el de Ponferrada y Villafranca del Bierzo, y sus espacios naturales crean un ecosistema único para la cría de abejas melíferas. Tanto, que en la zona hay unas 16.000 colmenas y una de ellas está apadrinada por el propio Parador, fuente de la miel que se emplea para elaborar platos de la carta como la berenjena a la llama glaseada con salsa de miel del Camino y mostaza antigua y microbrotes, o los helados artesanos de miel del Camino, membrillo y castañas del Bierzo. 

El apiario del Parador, ubicado en los campos de cultivo del Bierzo, ha reeditado recientemente el título de Mejor Miel de Castaño de España y ofrece visitas guiadas a través de la actividad La abeja reina con las que se puede aprender sobre cómo se organizan las colmenas y cómo es el proceso de elaboración de la miel desde su origen. Una experiencia de un par de horas con la que pasaremos a ser conscientes de la importancia de este insecto, su papel en la historia, en la propia tradición berciana y en la conservación del paisaje y la agricultura. Pues antes de que llegásemos nosotros, ellas ya estaban aquí dando forma a los campos a su antojo.

Apiturismo en el Parador de Corias

Llegamos a territorio asturiano. Aquí el imponente monasterio de San Juan Bautista o, como muchos le denominan, “el Escorial de Asturias” que alberga al Parador de Corias, se queda a un paso de un entorno natural privilegiado en las proximidades del Parque Natural de las Fuentes del Narcea. A solo 35 minutos del alojamiento, en Fondos de Vega, nos esperan las abejas responsables de la miel de la zona. A través de la actividad Los sabores de la colmena podremos disfrutar de un paseo de tres horas que nos llevará a descubrir dos tipos de colmenas que han dejado una huella histórica en la zona: los cortines, realizados en piedra y muy típicos en León, Asturias y Galicia, y los truebanos, construidos aprovechando el tronco de un árbol. Una actividad que permite además contemplar una colmena de observación de cristal y hacer degustaciones de miel y propóleo.

Merece la pena disfrutar con calma del Parador de Corias pues, además de atesorar un museo con restos arqueológicos de la iglesia fundacional, en su restaurante pone a nuestra disposición una carta con una amplia variedad de quesos asturianos, embutidos artesanales como el chosco de Tineo, guisos como el pote de berza, la fabada o las fabes con chipirones y la ternera a la parrilla, sin olvidar deliciosos postres de influencia monástica como el arroz con leche caramelizado.

Apiturismo en el Parador de Fuente Dé

Cruzamos ahora a Cantabria, al extremo este de Picos de Europa, para llegar al Parador de Fuente Dé. Este acogedor y moderno refugio de montaña se sitúa junto al famoso teleférico que nos permite ascender hasta las cumbres para realizar infinidad de rutas de montaña. Pero también, en la zona, podemos aprovechar la oportunidad de vivir una inolvidable experiencia apícola gracias a las actividades de Naturaleza para los Sentidos que propone el Parador.

Siguiendo la pista de las abejas, desde el Parador de Fuente Dé podemos participar en el programa de apiturismo BeeXperience, de la empresa lebaniega Colmenares de Vendejo que cuenta con más de 600 colmenas por la comarca y produce miel de bosque desde la década de los sesenta. La actividad llamada La experiencia de las abejas nos permitirá descubrir la labor de los apicultores, la importancia de las abejas y su miel, y dependiendo de la época del año podremos elegir entre conocer un centro de apicultura donde se explica el proceso tradicional de elaboración de la miel, incluyendo degustación, o visitar el colmenar, con traje de apicultor incluido.

Tras conocer la miel, el restaurante del Parador nos muestra las demás bondades cántabras, como el cocido lebaniego, el solomillo al queso de Tresviso, el bacalao a la montañesa o las inigualables anchoas de Laredo.

Apiturismo en el Parador de Tortosa

Levantado junto al castillo de la Zuda, el Parador de Tortosa es un edificio de nueva planta totalmente integrado en el conjunto monumental y con increíbles vistas al Parque Natural del Delta del Ebro, que es Reserva de la Biosfera. El entorno está plagado de encantos culturales con grandes joyas patrimoniales, como la Catedral de Santa María y el barrio judío, así como los Jardines del Príncipe y los Colegios Reales, perfectos para recorrer en bicicleta al ser el Parador uno de los 27 alojamientos de la Red adaptados a cicloturismo. Pero también la naturaleza queda al alcance de la mano y, de hecho, la ubicación estratégica del Parador nos permite estar en el punto de partida ideal para conocer el Perelló, también llamado Pueblo de la miel por sus cuarenta explotaciones apícolas que producen el 25% de la miel de Cataluña, desde que en 1956 la apicultura se convirtiera en la gran salida profesional en el pueblo.

Estando aquí tenemos la oportunidad de visitar el Centro de Interpretación Apícola, donde se divulga la cultura y tradición del mundo de la miel de una manera interactiva y didáctica, para luego, en plena naturaleza, conocer el trabajo real de abejas y apicultores. De vuelta al Parador podemos hacer otro viaje, esta vez gastronómico, en el que el arroz es el producto estrella, ya sea ot pelat, negro o caldoso de galeras. No faltan los mejillones y navajas, la anguila en suc, el suquet de peix o la escalivada con anchoas. Ni tampoco, al final, la repostería con sabores de las culturas árabe, judía y cristiana.