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Jóvenes y salud mental: una preocupación que marca nuestro futuro como sociedad

Joven hablando con su terapeuta

Andrea Menéndez Faya

La adolescencia es un periodo vital en el que se desarrollan más factores que pueden terminar por desencadenar problemas mentales a lo largo de la vida. Según la Organización Mundial de la Salud, el 9% de la población desarrolla algún tipo de problema de salud mental y una de cada cuatro personas lo tendrá a lo largo de su vida. La depresión, la ansiedad, o el estrés empiezan en un 75% de los casos antes de los 25 años.

El 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. Fundación “la Caixa” busca dar respuesta a los retos sociales y temas que preocupan a la sociedad, y en este marco, realizan varias actividades documentales ponen el enfoque en las necesidades de los jóvenes y el papel del empleo, la precariedad laboral y la influencia de los aspectos sociales —en especial en los colectivos vulnerables— que afectan a la salud mental de los que aún están en una etapa de formación personal, profesional y vital. 

La salud mental es la hermana pobre de un sistema de salud público que todavía se centra más en el tratamiento que en la prevención, con intervenciones basadas en una perspectiva individualista y médica, que aborda en escasez lo social y no afronta el reto actual que preocupa a la ciudadanía. A esto hay que sumar que los recursos necesarios para la prevención y tratamiento de problemas de salud mental son privados, o bien las plazas públicas son escasas e insuficientes. 

Velar por la salud mental de la ciudadanía consiste mayoritariamente en mejorar las condiciones sociales de vida, como el acceso a la vivienda, tener un trabajo digno, unos horarios laborales que permitan la conciliación de la vida personal, tener tiempo de calidad y en cantidad para la familia y en disponer de programas específicos para colectivos en riesgo de exclusión social, zonas verdes, disminución de la violencia y del sexismo. Cuando políticamente se aborden estos temas sociales, realmente se estará trabajando por la salud mental. De lo contrario, se irán poniendo parches y los más desfavorecidos socialmente continuarán siendo los más afectados y los que menos acceso tendrán a la salud pública.

Poner en contexto los problemas de salud mental

En la entrevista realizada por Gemma Nierga a Laia Ferrer, psicóloga clínica y coordinadora del equipo guía de la Fundación Vidal i Barraquer, se tratan las causas del aumento de los problemas de salud mental en la juventud y cómo podemos, como sociedad, ofrecer un apoyo efectivo. En la conversación se abordan también los condicionantes sociales que hacen que algunos jóvenes sean más vulnerables a tener problemas de salud mental, o las barreras que tienen estas personas para acceder al mercado laboral, donde programas como Incorpora, de Fundación “la Caixa” juegan un papel importante.

En el Observatorio Social aparece asimismo un artículo sobre cómo la sensación de precariedad afecta a la salud mental de los jóvenes, frenando sus expectativas de emancipación y de alcanzar sus objetivos vitales, y convirtiéndose en un factor determinante a la hora de generar problemas de salud mental en esta etapa de la vida, mientras que el actual modelo de salud mental se centra en exceso en los aspectos biológicos de la persona y descuida estos aspectos y otros, como la prevención o el análisis de los aspectos sociales que nos rodean.

En esta programación de contenidos para divulgar la importancia de cuidar la salud mental, también hay sitio para los problemas que afectan a la infancia. El programa CaixaProinfancia publica un artículo que pone el foco en las familias en situación de vulnerabilidad y la necesidad de potenciar recursos en salud mental en estos colectivos. 

Estabilidad para mejorar la salud mental en los jóvenes

Además, desde la Fundación “la Caixa”, a través de la línea Incorpora Salud Mental del programa Incorpora, se realiza una atención a personas con problemas de salud mental, personas con discapacidad física, intelectual o sensorial, mujeres víctimas de violencia de género, personas migrantes, jóvenes, personas mayores de 45 años y personas con problemas de adicciones, entre otras. Durante este año 2024, el programa ha atendido a 5.300 personas con problemas de salud mental y ha conseguido cerca de 2.000 inserciones sociolaborales en 1.200 empresas de toda España. 

Estas cifras son posibles gracias al trabajo y la colaboración de una extensa red de entidades sociales que analizan las necesidades de cada empresa y diseñan un plan a medida, que incluye el asesoramiento y el acompañamiento en la incorporación al puesto de trabajo, la adaptación al mismo y un mantenimiento posterior que es garantía de futuro para la persona y su entorno familiar y social. 

El objetivo de Incorpora Salud Mental es promover la ocupación de este colectivo combatiendo los estigmas y prejuicios sobre la salud mental que todavía existen en la sociedad y en el empleo. “La inclusión de las personas con problemas de salud mental en el mundo laboral ha demostrado ser un factor clave en su recuperación, ayudándolas a mejorar su autoestima y su calidad de vida”, asegura Laia Ferrer, psicóloga clínica y colaboradora del programa Incorpora. Ferrer destaca los beneficios del empleo especialmente en la juventud: “Los jóvenes con problemas de salud mental que acceden a una primera oportunidad laboral llegan con mucha ilusión, con una motivación extra”.

“Como sociedad, tenemos el reto de abandonar las conductas discriminatorias o estigmatizantes con estos chicos y chicas para favorecer un futuro mejor para todos”, añade Ferrer. Los estigmas, el miedo y el desconocimiento siguen siendo la principal barrera en la inserción laboral de las personas con problemas de salud mental, y provoca que este sea uno de los grupos de población con una tasa de desempleo más elevada. Para romper estas barreras, los técnicos de Incorpora Salud Mental realizan un importante trabajo de sensibilización, enfocado especialmente a las empresas y al fomento de la diversidad en el lugar de trabajo.

Desde su puesta en marcha en 2006, más de 450.000 personas en situación de vulnerabilidad han conseguido un empleo a través de Incorpora. Esto es posible gracias al trabajo en red de más de 400 entidades sociales y la colaboración de miles de empresas socialmente responsables de toda España de sectores diversos como la hostelería, el comercio, la limpieza, la atención sociosanitaria, el transporte,la industria y la logística.

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