La subida de los precios en los recibos de la luz, el gas o de los alimentos, se está notando en todas las casas. Sin embargo, no en todas se puede afrontar igual. Este contexto ha creado una emergencia que se ha colado en los hogares de 1,5 millones de familias con niños y niñas en nuestro país que, en la mayoría de los casos, ya se encontraba en una situación de vulnerabilidad antes de esta última crisis y que ahora está al límite. Se trata de familias que hasta hace poco llegaban a fin de mes con muchas dificultades y ahora directamente no pueden cubrir necesidades tan básicas como la alimentación.
Leticia y Jesús viven en primera persona esta alarmante situación. Ella trabaja en un comercio cobrando el sueldo mínimo y él ha perdido su empleo hace unos meses, pero busca sin descanso uno nuevo. Para ello acude al Centro de Día de Aldeas Infantiles en la localidad madrileña de Collado de Villalba, donde recibe orientación y ayuda con su formación profesional. Este espacio también es un lugar de encuentro y apoyo para sus hijos de tres, seis y ocho años; donde van a merendar, hacer los deberes y reciben clases de refuerzo escolar. Si bien es cierto que esta familia no escatima en esfuerzos para conseguir salir adelante, la realidad es que necesitan ayuda económica para sobrevivir en el día a día. Especialmente para ofrecer una alimentación completa a sus hijos. Ni a Jesús ni a Leticia les importa comer menos pero, como ellos mismos cuentan, no soportan la idea de no poder dar de comer adecuadamente a sus hijos y que esto les afecte en su desarrollo.
Su caso no es aislado. Uno de cada tres niños y niñas en nuestro país está en riesgo de pobreza o exclusión social y esto se traduce en que en sus hogares tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas, para comer carne o pescado dos veces por semana o hacer frente a gastos imprevistos. Para algunos de estos niños y niñas, la única comida completa que hacen al día es la del colegio.
Esta desigualdad afecta directamente en la salud de los más pequeños, por eso se convierte en una emergencia poner medidas para revertirla. Según un estudio del Ministerio de Consumo, el 23,2 % de los niños y niñas de familias con rentas inferiores a 18.000 euros brutos anuales sufre obesidad, mientras que la cifra cae al 11,9 % en familias con rentas superiores a 30.000 euros.
Ofrecer herramientas para salir del túnel de la exclusión social y escuchar y acompañar a familias como la de Leticia y Jesús, es uno de los objetivos fundamentales de la ONG Aldeas Infantiles SOS. Esta organización que trabaja en 10 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia, Islas Baleares y Principado de Asturias) ha podido detectar de primera mano que 2.000 niños y niñas en España y sus familias, atraviesan una situación de extrema gravedad y que necesitan ayuda urgente. Por eso, lejos de resignarse o mirar a otro lado, han creado kits de emergencia que incluyen bonos que se puedan canjear en los supermercados. Una alternativa digna para que estos niños y niñas puedan recibir una alimentación adecuada. Con esta medida, “las familias pueden hacer su propia compra como cualquier persona y evitamos esas ‘colas del hambre’ que tanto estigmatizan”, explica Mónica Revilla Damas, directora de Comunicación y Marketing de la entidad.
Con el fin de alcanzar este objetivo de llenar de comida los platos de 2.000 niños y niñas a lo largo de toda la geografía española, Aldeas Infantiles SOS ha lanzado su campaña #EmergenciaEnCasa. “En momentos de crisis, la población española nos ha demostrado que es tremendamente generosa y solidaria. Por eso, en esta situación que todos estamos viviendo, les animamos a empatizar con aquellas familias que ya se encontraban con dificultades en su día a día. Todos hemos notado la subida de los precios, pero no a todos nos afecta de la misma manera. Colaborando con la cantidad que cada uno pueda podemos ayudar a cientos de familias que están atravesando una etapa muy angustiosa de su vida”, apelan desde la organización para sumar apoyos, recordando a la sociedad global que detrás de la puerta de muchos hogares se esconde esta crisis que tiene solución.