Mar, montaña, arquitectura y tradiciones: el encuentro entre la Historia y la modernidad en Catalunña

Serrat le cantó a los atardeceres en el Mediterráneo de Cataluña, un paisaje único que en verano hace de este destino turístico uno de los más apetecibles de la península. Pero, tierra adentro, hay mucho más: fiestas populares, celebraciones nocturnas que se alargan, montaña, gastronomía y un sinfín de planes para disfrutar en familia, pareja o solos.

Disfrutar del turismo en Cataluña durante el verano destierra la eterna pregunta de “mar o montaña” en nuestras vacaciones. La diversidad de la tierra catalana va desde las idílicas playas de la costa mediterránea a las verdes montañas de los Pirineos, con actividades y experiencias para todos los gustos. Sol, arena y mar o infinidad de paisajes rurales en el interior, llenos de flora y fauna particular, y rodeados de una riqueza cultural y gastronómica única. Descubre qué hacer en Cataluña y sumérgete en un viaje que te dejará huella.

Playas llenas de luz y olor

También los planes a ras de mar tienen una amplia variedad donde elegir en la zona catalana: desde las pequeñas calas de la Costa Brava, con una naturaleza salvaje, acantilados y pueblos con encanto, a las largas playas de arena fina de la Costa Daurada, en tierra de viñedos y olivares, mezclando tradición y riqueza histórica con la modernidad. Además, en la costa catalana puedes practicar todo tipo de deportes, desde el golf hasta el submarinismo, incluyendo una gran oferta de actividades náuticas como la navegación a vela, el kayak o el pádel surf.

El Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordá, en la Costa Brava, es un espacio húmedo de una gran biodiversidad y un lugar ideal para la observación de más de 300 especies distintas de aves que viven temporalmente o de forma permanente en la zona. Además, en esta costa de acantilados encontramos también el Parque Natural del Cap de Creus, a los pies de los Pirineos, una cordillera que se sumerge en el mar, lleno de leyendas y de historia y con el fondo marino de Medes, una experiencia inolvidable que visitar.

Pero el espectáculo natural que ofrece la Costa Brava no termina en el litoral. En el interior encontramos el lago de Banyoles, rutas a pie o bicicleta por las cimas de Montgrí, las Gavarres o las Cadiretes, y un paseo único por la costa siguiendo los caminos de ronda. Y una mirada al pasado, en Empúries, uno de los restos arqueológicos griegos y romanos más importantes de la península ibérica, o los conjuntos medievales de Pals, Peratallada o Tossa de Mar, así como el legado monumental románico de San Pere de Rodas.  

La Costa Daurada, por su parte. es una tierra llena de historias y tradiciones convertida en un espacio de ocio y diversión, tranquilidad y aventura.  La ruta de los Paisatge dels Genis, que incluye paradas en El Vendrell de Pau Casals, en el Reus de Antoni Gaudí o en el Mont-roig del Campo de Joan Miró, constituye un plan para disfrutar en cualquier etapa de la vida. Los frondosos bosques de la sierra del Montsant y las Montañas de Prades, son entornos de una belleza natural admirable, como el Priorat o la Conca de Barberà, con sus viñedos y olivares.

Este entorno natural es perfecto para los paseos tanto a pie como en bicicleta, en los que podemos recorrer los pintorescos pueblos de la zona para descubrir la esencia más rural de una Cataluña tradicional en la que podemos vivir los castells, una de las señas de identidad más internacionales. Estas construcciones humanas de hasta diez pisos te dejarán sin palabras, al igual que el resto de tradiciones y fiestas populares: el fuego de los diablos, bailes tradicionales y noches de música hasta la madrugada, o hasta la salida del sol. 

Los Pirineos: un entorno natural único en el mundo

La cordillera pirenaica es el muro que separa Cataluña del resto de Europa, pero también es el patrimonio cultural y la gastronomía que hoy viven fusionadas con las tradiciones ancestrales de sus habitantes. Una tierra llena de senderos que recorrer a pie o bicicleta, cimas en las que poder contemplar cielos nocturnos que te dejarán sin habla, valles repletos de flora y la fauna más salvaje, y arquitectura de paredes de piedra, tejados de pizarra y acabados de madera, rodeados de paisajes en los que perderte y encontrarte contigo mismo, como el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, con más de cuarenta conos volcánicos.

En los Pirineus tienes más de mil kilómetros de senderos señalizados para caminar de punta a punta de la cordillera, entre valles y rincones escondidos donde podrás disfrutar de los paisajes naturales más espectaculares, como el Vall de Núria —uno de los lugares más místicos y simbólicos del excursionismo catalán— o la Vall de Boí, una joya del arte medieval, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Gastronomía, fiestas y tradiciones

En un entorno natural tan privilegiado como Pirineus, es una máxima aprovechar todos los recursos disponibles para elaborar unos platos exquisitos y refinados que suponen una delicia para el paladar, y que pueden además maridarse con vinos de altura, producidos con DO Costers del Segre y DO Emporà, una experiencia culinaria que nos ayuda a conocer mejor las costumbres de la región. 

Además, para conocer a sus gentes, podemos disfrutar de las fiestas, en las que el fuego es un elemento primordial. La Patum de Berga o las Fallas del Pirineo, reconocidas por la UNESCO, son tradiciones milenarias convertidas en un espectáculo único y distinto. Y en un entorno tan privilegiado, también podemos disfrutar de actividades de ocio para los más atrevidos: descensos por barrancos, parapente, o rafting entre otros.

Cataluña nos ofrece una conexión con nuestro yo interior, en meses en los que el clima templado nos permite disfrutar de largas horas de sol y tranquilidad, conociendo una cultura milenaria acompañada de la dieta mediterránea, la más sana y variada del mundo.