Un salón de belleza, una pequeña empresa de desayunos con productos orgánicos, una pastelería por encargo, venta de artesanía en miniatura... Estos son algunos de los negocios impulsados por el programa de microcréditos Tuiio, desarrollado por el Banco Santander en ese país para promover la inclusión financiera.
Cada vez son más las historias reales en las que las buenas ideas se materializan con el apoyo de los microcréditos, que facilitan el acceso a la financiación de los colectivos más desfavorecidos. Son pequeños préstamos que permiten dar impulso a iniciativas comerciales de personas con escasa capacidad económica y reducir la pobreza en la que se encuentran.
Según datos del Banco Mundial, la inclusión financiera está aumentando a nivel mundial, pero los logros han sido dispares de un país a otro y los hombres siguen teniendo más probabilidades que las mujeres de ser titulares de una cuenta. Mientras que en algunas economías el número de titulares de cuentas ha aumentado considerablemente, en otros lugares se han registrado progresos más lentos, a menudo limitados por grandes disparidades entre hombres y mujeres y entre ricos y pobres. En las economías en desarrollo, la diferencia entre los hombres y las mujeres se mantiene inalterable —en 9 puntos porcentuales— desde 2011.
Ese organismo señala que el 69% de los adultos -3.800 millones de personas- ya tiene cuenta en un banco o un proveedor de dinero móvil, lo que constituye un paso esencial para escapar de la pobreza. Además, de acuerdo a los datos recogidos por Global Findex desde 2011, más de 1.200 millones de personas han abierto una cuenta por primera vez.
Aun así, se calcula que hay dos mil millones de personas que no tienen acceso a los servicios financieros, lo que aumenta su dificultad de participar del crecimiento y el progreso. Y los microcréditos se han convertido en una herramienta clave para favorecer el crecimiento inclusivo, uno de los grandes retos a nivel mundial.
Banco Santander desarrolla varios programas de microcréditos en países como Brasil, Chile, México y El Salvador, donde la entidad forma parte del capital de una microfinanciera local, con el objetivo de ayudar a familias de bajas rentas a acometer actividades empresariales sostenibles que a su vez contribuyan también a generar empleo y renta al resto de la comunidad. En total, el banco apoyó a más de 250.000 emprendedores a través de estos programas, que contemplan distintas fórmulas de negocio según sean las circunstancias locales.
Destaca el modelo de Santander Microcréditos Brasil, a través del programa Prospera, fundado en 2002, que apuesta por un contacto cercano con el cliente. Cuenta on 22 puestos de atención en oficinas y más de 300 empleados entre agentes de crédito, supervisores, gerentes y equipo de apoyo con formación especializada. Más del 70% de estos créditos están destinados a mujeres empresarias que, en grupos solidarios de cinco o seis personas, reciben préstamos por un importe medio de 700 euros, sin necesidad de garantías adicionales. En 2011, Santander Brasil fue el primer banco del mundo que se atrevió a abrir una sucursal en una favela, la Alemao de Río de Janeiro, que por entonces era la más peligrosa de Brasil.
En el caso de México, el programa conocido como Tuiio, se ha convertido en uno de los proyectos de mayor éxito y esperanza para la inclusión financiera de las clases desfavorecidas del país. Los microemprendedores se reúnen en grupos de 8 a 40 personas, con edades de entre 20 y 75 años, y solicitan el préstamo para desarrollar un pequeño negocio comercial o mejorar sus actividades con inversiones que les permitan generar más ingresos de modo recurrente. Los microcréditos de Tuiio son de cantidades tan pequeñas como 4.000 pesos mexicanos (171 euros) y se pueden renovar fácilmente en 1.300 puntos de venta en todo el país, tanto en sucursales físicas de Santander como en cajeros automáticos multifunción. El objetivo del banco es financiar a 280.000 emprendedores mexicanos en los próximos cuatro años. Tuiio cuenta con 22 sucursales especializadas que pronto serán 40 y el 91% de los microcréditos son para mujeres.
En Chile, el programa “Microfinanzas” iniciado en 1992 por Santander Banefe, es líder destacado en este mercado y modelo de referencia en desarrollo sostenible. Fruto de esta estrategia, el banco patrocina el premio nacional a la mujer microempresaria desde 2001.
En El Salvador, Banco Santander forma parte desde 1997 de Enlace y contribuye a mejorar la calidad de vida del sector microempresa, brindando servicios financieros especializados enfocados a apoyar a los comerciantes de más bajos recursos de la población. El 85% son mujeres entre 18 y 65 años que lideran sus propias empresas y familias.