Según datos del Ministerio de Educación al menos un 10% de los niños en edad escolar españoles quedaron desconectados del sistema educativo durante la primera ola de la COVID-19, al no disponer de ni de un equipamiento adecuado, ni de una conexión a la red.
Atrapados en una brecha digital que les impide continuar con sus estudios con normalidad, intentar cerrar esa grieta por la que escapa la educación de los alumnos vulnerables es el objetivo del Plan de Responsabilidad Pública de Endesa frente al Covid, una iniciativa que consta de dos fases y cuyo presupuesto total asciende a 25 millones de euros.
“El proyecto de brecha digital consiste en dotar a las familias con menos recursos de una tablet, que lleva una tarjeta de 25 gigas y que está prepagada durante cuatro meses, para que puedan desarrollar las tareas digitales y de esta manera no se queden atrás y tengan las mismas oportunidades que el resto de niños” en palabras de Ricardo Gil, responsable de la central de Endesa en Ibiza, una de las ciudades que se ha beneficiado de esta iniciativa.
En total la empresa repartirá más de 5.000 ordenadores en 500 colegios públicos con la intención de que ninguna niña o niño se quede atrás por culpa de la pandemia.