
Peregrinar era esto: Asturias y sus tres Caminos de Santiago

Asturias es ese lugar donde todavía se puede vivir la autenticidad de peregrinar en el Camino de Santiago. Lejos de la masificación de otras zonas, en el Principado es posible encontrar tres recorridos de esta popular ruta menos transitados y donde al peregrino no se le anima únicamente a que camine. Se le anima a que viva el viaje.
No importa cuál de los tres recorridos se escoja. Si se prefiere el reto de hacer kilómetros en el Camino Primitivo; si se es más de sentir cerca el mar por el de la Costa; o si se quiere descubrir la cultura minera asturiana en el de El Salvador.
Todos tienen en común una naturaleza, unos pueblos y unas ciudades genuinas. También que al peregrinar es más que probable que el viajero se tope con gentes que habitan el territorio, con un fuerte sentimiento de pertenencia y un entendimiento lúcido de la importancia de cuidar su entorno.
No importará tampoco si se escoge el ir a pie o en bicicleta. Cualquier opción es válida y abre la puerta a experimentar cada viaje a un ritmo propio y conectando consigo mismo y con quienes se vayan cruzando en cada etapa.
Tres caminos en un solo territorio
Él no lo sabía, pero cuando el rey asturiano Alfonso II viajó desde Oviedo/Uviéu a Santiago de Compostela en el siglo IX para ver, por primera vez, los restos del apóstol Santiago, estaba creando el Camino de Santiago. Por eso, en Asturias se encuentra el Camino Primitivo. Origen de todos los demás, discurre entre la capital asturiana y el Puerto del Acebo a lo largo de un total de 145,6 kilómetros —141,9 si se toma la variante de los Hospitales—.
Por sus paisajes agrestes y lo exigente de algunas de sus etapas, el Camino Primitivo es para senderistas experimentados o para peregrinos dispuestos a tomárselo con calma. Algo recomendable, si tenemos en cuenta que cada paso lleva a lugares de alto valor patrimonial como la Catedral de Oviedo o el monasterio de San Salvador de Cornellana, en Salas; y a concejos montañosos cargados del encanto que les otorga la lejanía del mundo, como Grandas de Salime.

En esto de caminar no hay relojes, la organización es cosa de cada peregrino, aunque, como referencia, el Camino Primitivo se puede recorrer en siete días en bicicleta y en nueve andando.
Para amantes de las olas y los acantilados y de los trazados tirando a llano, Asturias dispone también del Camino de la Costa. De él, encontramos rastro ya en la Edad Media, cuando era una ruta habitual para el peregrinaje que enlazaba con Europa.
En la actualidad, consta de 280 kilómetros que transcurren paralelos a la costa asturiana. El olor a salitre y el viento en la cara son marca de la casa. Las playas apareciendo aquí y allá y villas marineras, como Llanes, Ribadesella/Ribeseya, Gijón/Xixón o A Veiga/Vegadeo, en las que siempre hay un restaurante en el que dar buena cuenta de pescado y marisco recién llegado, también.
Unos nueve días en bicicleta o 12 a pie son suficientes para completar un Camino de la Costa que tiene una petición para el peregrino: cuidar el paisaje.

Porque sí, en Asturias quien peregrina acaba formando parte del Camino. Algo que queda especialmente patente en el Camino de El Salvador, que lleva al viajero a sumergirse en el interior del Principado, tanto geográfica como emocionalmente.
Este Camino, igual que El Primitivo, va de montañas. Con inicio en León y término en Oviedo/Uviéu, la mayoría de su trazado discurre por Asturias regalando al caminante vistas tan impresionantes como las del Puerto de Pajares, altos en el trayecto tan especiales como Mieres del Camín, guardián de la esencia de la cultura minera de esta tierra; y un patrimonio industrial en forma de castilletes que inevitablemente llaman la atención de quien los contempla por primera vez.
Con sus casi 60 kilómetros y unos tres días de marcha, Oviedo/Uviéu espera al peregrino, que debe saber que desde la capital del Principado es posible tomar el Camino Primitivo y que, además, este Camino Primitivo está conectado con el de la Costa. En sentido inverso, también.
Una amplia red de albergues
Una de las preguntas que se hacen quienes se lanzan a peregrinar es: “¿Dónde voy a dormir?”. En este caso, la respuesta está clara: en los albergues de la red del Principado. Lo ideal, sería dejarse llevar y pernoctar en aquellos que fueran apareciendo etapa a etapa. Ahora bien, para quienes esa posibilidad quede totalmente descartada, siempre resulta útil saber que puede consultarse toda la información relativa a ellos en su sección en la página web de Turismo de Asturias.

Comerse el Camino
Como juego de palabras queda genial. Como realidad, también. La gastronomía asturiana no necesita presentación y, sea cual sea el Camino escogido, su calidad (y cantidad) se dan por hecho. Aquí, la gastronomía nace de una relación cercana con la naturaleza, de una apuesta decidida por la proximidad, lo local y la temporada. Es con el producto del agricultor, del ganadero y del pescador con lo que luego se trabaja en las cocinas de cualquier establecimiento, ya sea un restaurante laureado o un modesto bar de pueblo.

