El reciclaje en España es una de esas cuestiones que, año tras año, ofrece mejores noticias. La concienciación y la responsabilidad de los ciudadanos sigue aumentando y con ello se elevan también las cifras de reciclaje; en 2023, el reciclaje de envases domésticos de plástico, metal, brik, madera, papel y cartón gestionados por Ecoembes creció un 3,5%, posibilitando que se evitase la emisión de 1,7 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
“Gracias a las administraciones públicas, las empresas y la ciudadanía hemos impulsado un modelo de colaboración que ha situado el reciclaje como la conducta ambiental más extendida en nuestro país y que hoy es referente. Estamos orgullosos de haber conseguido que 1,7 millones de toneladas de envases se reciclen y tengan una segunda vida” explica Rosa Trigo, consejera delegada de Ecoembes. En concreto, en 2023 se reciclaron 1.683.890 toneladas de estos envases, un 12% más que hace cinco años. En cuanto al tipo de material, 733.673 toneladas fueron de envases plásticos (un 3,5% más que en 2022); 697.305 de papel y cartón (+4,6%); 243.604 de metálicos (+0,1%); y 9.308 toneladas fueron envases de madera (+3,28%). Y todas esos envases han sido reciclados en alguno de los 495 recicladores homologados por Ecoembes, contribuyendo así a su circularidad.
Esto no solo supone un importante ahorro de materia prima virgen ya que los envases reciclados son, en sí mismos, nueva materia prima con la que fabricar productos como textiles, tuberías, mobiliario urbano o nuevos envases. También conlleva otros beneficios ambientales como el ahorro de 9,84 millones de MWH de energía y de 15,53 millones de metros cúbicos de agua. “Tras nuestros más de 25 años de experiencia, ahora nos enfocamos en trabajar por un futuro sin residuos, más allá del reciclaje. Hay que producir menos residuos y ser capaces también de reutilizarlos. No se trata solo de cumplir los ambiciosos objetivos marcados por la legislación, sino también de dar respuesta a las necesidades del Planeta”, asegura Trigo.
¿De dónde proceden los envases reciclados?
Otra buena noticia es que el 60,1% de los envases domésticos reciclados proviene de lo que los ciudadanos separan en sus hogares y depositan en alguno de los casi 400.000 contenedores amarillos —para envases de plástico, metal, briks y madera— y los más de 250.000 contenedores azules —para papel y cartón— que, una vez recogidos por las administraciones públicas locales, se llevan a alguna de las 97 plantas de selección que hay repartidas por toda España.
De media, en 2023 cada ciudadano separó para su posterior reciclaje, 19,6 kg de envases de papel y cartón en el contenedor azul —un 2% más que el año anterior— y 20,4 kg de envases de plástico, metal, madera y briks, en el contenedor amarillo —un 5,15% más que en 2022—. Eso sí, aún se producen algunos errores con el reciclaje, especialmente en lo que se refiere al contenedor amarillo; en 2023, el 31,9% de los residuos que se depositaron en él no eran envases.
Otra parte importante del reciclaje de envases proviene de las recogidas privadas en lugares de gran afluencia, como estadios, aeropuertos, oficinas, centros comerciales o parques de ocio. El 13% de los envases reciclados en 2023 (219.424 tn), provienen de lo recogido en los 57.643 puntos de reciclaje y 310 máquinas RECICLOS situados en estos espacios.
El 26,9% restante las 1,7 millones de toneladas de envases domésticos reciclados en 2023 se consiguió recuperar de las plantas de residuos que tratan la fracción resto, conocido como el contenedor gris, donde llegan todo tipo de residuos sin separar. Una cifra que evidencia que, aunque el reciclaje es un hábito medioambiental muy consolidado, todavía queda camino por recorrer para extenderlo aún más.
Reciclar mejor es posible
A pesar de que ya son más de 25 años utilizando diferentes contenedores para colaborar con la recogida separada de residuos y de que el conocimiento y concienciación de la sociedad española son cada vez mayores, aún existen una serie de productos que acaban en el contenedor equivocado.
Hablamos de los conocidos como residuos impropios, que suelen acabar en el contenedor amarillo, muchas veces por la falsa creencia de que ese contenedor es el de los plásticos. Hay ciudadanos que depositan en él juguetes, material de cocina o cepillos de dientes, pero es importante recordar que el contenedor amarillo es el de los envases domésticos de plástico, latas, briks y madera. Y que los residuos como los mencionados deben desecharse en el punto limpio.
Otro punto a mejorar a la hora de separar residuos, son aquellos que —siendo envases domésticos que deberían ir al contenedor amarillo— no son separados y se desechan como restos. En estos casos, la labor de las plantas de tratamiento y clasificación de residuos es recuperar esos envases de plástico, de madera, de metal o briks para que puedan ser reciclados y convertirse en materia prima para la fabricación de otros productos.