La Inteligencia Artificial (IA) está transformando la manera en la que nos relacionamos con la tecnología y nos beneficiamos de ella. “Desde automatizar tareas cotidianas hasta optimizar los procesos industriales, la tecnología de las 'máquinas que piensan' ha llegado para quedarse. Como toda revolución, son muchas las ventajas que aporta, sobre todo a nivel empresarial, pero los desafíos de seguridad en la era de la inteligencia artificial también son variados”, explica Banco Santander a través de su portal Impulsa Empresa. Entre ellos, la privacidad de los datos, la falta de transparencia o las llamadas fake news son algunos ejemplos de los retos a los que la tecnología debe hacer frente.
Según la entidad, desde el punto de visto de las empresas, su potencial es excepcional para hacer que las organizaciones ganen en eficiencia y para impulsar la producción. O para desarrollar una nueva generación de productos y servicios más personalizados y adaptados a las necesidades de las personas y las compañías, mejorar la atención al cliente o, en el caso del sector bancario, optimizar los procesos de aprobación de créditos, prevenir la morosidad, elevar la seguridad y un largo etcétera.
Además, la inteligencia artificial se ha situado como una gran aliada contra los ataques cibernéticos. Su capacidad para predecir e identificar patrones, aprender de forma automática, detectar amenazas, mejorar la capacidad de respuesta ante los ataques o tomar decisiones hace que juegue un papel fundamental en los procesos de seguridad.
Así, Santander destaca cómo estas avanzadas tecnologías son capaces de detectar actuaciones que pueden comprometer nuestros datos personales, analizar malware —programas maliciosos— o proteger contra aspectos como el phishing, además de realizar registros y análisis continuados de los equipos, analizar las vulnerabilidades de los sistemas o, en general, automatizar la seguridad. La capacidad de ciertos dispositivos de aprender en base a sus experiencias —conocido como machine learning— es el fundamental en este campo. “Este rol será cada vez más importante a medida que los datos sean cada vez más valiosos para las empresas y según vayan evolucionando también las amenazas”, señalan estos expertos. En especial, para sectores que manejan información sensible, como pueden ser el financiero o el sanitario.
Los datos, el activo más valioso
Pero, como cualquier campo en constante evolución, a medida que avanza esta disciplina también aumentan los desafíos. “Por eso —señalan— es importante conocerlos y estar atentos para minimizar los riesgos y aprovechar los beneficios de la Inteligencia Artificial sin comprometer la seguridad”. No hay que olvidar que la IA está compuesta por tecnología vulnerable de presentar problemas que puedan comprometer su funcionamiento y “poner en riesgo la privacidad e integridad de los propios sistemas o la confidencialidad de las comunicaciones”.
De hecho, todos los sistemas de Inteligencia Artificial trabajan a partir de la acumulación de datos, el activo más valioso ante cualquier ataque o amenaza que pueda aparecer. El peligro no es sólo que queden expuestos, sino que si no están optimizados o sufren cualquier modificación los sistemas no podrán funcionar correctamente. Protegerlos de accesos no autorizados, fugas o robos es una de las grandes preocupaciones en materia de seguridad.
La entidad cántabra indica que, como cualquier sistema tecnológico, los ataques cibernéticos son una de las amenazas que más pueden comprometer la seguridad de la IA. Entre los más comunes, destaca el robo de datos sensibles o incluso copiar los modelos ya entrenados. También los ataques adversariales, es decir, la modificación intencionada de los datos que conforman el funcionamiento de un sistema de IA para desvirtuarlo y que produzca resultados erróneos. En tercer lugar, las vulnerabilidades, ya que es muy común que los sistemas basen su funcionamiento en software de terceros, de modo que los atacantes podrían analizar los puntos más débiles de estas plataformas y programas para tener acceso a los dispositivos de Inteligencia Artificial.
Otros riesgos son la denegación de servicio mediante la sobrecarga con tráfico falso o malicioso, con lo que la disponibilidad de los sistemas de inteligencia artificial puede verse comprometida, es otro de los peligros. Y, por último, el llamado envenenamiento, que consiste en introducir datos maliciosos o manipulados en los modelos de IA.
Los ataques cibernéticos son cada vez más sofisticados y difíciles de rastrear. Por eso, para cualquier empresa que desee implantar o cuente ya con sistemas de IA, es importante implementar medidas de seguridad adecuadas, como la autenticación de usuarios, la monitorización constante, la encriptación de modelos y datos o estrategias de detección de anomalías. Analizar las vulnerabilidades de los propios sistemas y del almacenamiento de los datos es crucial para garantizar la seguridad.