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Kuélap, el otro Machu Picchu de Perú

La ubicación estratégica hacía de Kuélap una ciudadela fácil de defender.

Roberto Ruiz

Perú esconde tesoros que quizá aún no conozcas. Tendrás que llegar hasta la parte alta del río Utcubamba, en la provincia de Luya, en el departamento de Amazonas, y subir las montañas hasta alcanzar los 3.000 metros sobre el nivel del mar para encontrar la antigua ciudadela de Kuélap, la fortaleza de la cultura chachapoyas.

Allí arriba, y asomadas a los precipicios, perduran las ruinas de una enorme ciudad más alta y más antigua que el mismísimo Machu Picchu. Podrías pasar meses recorriendo Perú y nunca dejarías de sorprendente, la riqueza cultural histórica peruana va mucho más allá del legado Inca que todos conocemos y Kuélap es el mejor ejemplo de ello.

La historia de Kuélap

Esta ciudad también conocida como “la fortaleza” fue construida y habitada por los chachapoyas entre los años 1000 y 1400 d.C., pero Kuélap no permaneció así mucho más. Primero fueron los incas quienes impusieron su dominio y algo más tarde, en 1532, fueron los conquistadores españoles con Diego de Alvarado al frente quienes se hicieron con ella, moviendo a todos sus pobladores a una nueva ciudad de más fácil control.

Desde ese momento la ciudad fue abandonada y quedó en el olvido hasta 1843, cuando un juez de Chachapoyas, Don Juan Crisóstomo Nieto, acudió a la zona a resolver unos litigios por tierras y se encontró allí un gran muro de piedra sobre el que permanecían las ruinas de cientos de casas del mismo material. Desde ese momento Kuélap salió a la luz y con el tiempo llegaron las investigaciones que revelaron todo lo que hoy conocemos de esta enorme ciudad fantasma.

Aunque ha sido una gran olvidada y uno de los secretos mejor guardados de la arqueología peruana, Kuélap se está convirtiendo poco a poco en un nuevo Machu Picchu, salvando las distancias, claro. Si hasta hace poco eran solo algunos valientes los que llegaban hasta ella, la reciente construcción de un telecabina para subir hasta sus ruinas la han convertido en un lugar mucho más popular y concurrido.

La fortaleza de los Chachapoyas

Kuélap impresiona tanto por fuera como por dentro. Nada más llegar te topas con un enorme muro de piedra que se levanta hasta los 20 metros de altura y en los que únicamente hay tres entradas, todas resueltas mediante un pasillo en forma de embudo que se estrecha hasta que solo se puede pasar de uno en uno, un infalible sistema defensivo. Esta muralla rodea una plataforma elevada de casi 600 metros de ancho y 120 de ancho en la que se contemplan los restos de 505 viviendas, la mayoría de planta circular, a las que se suman otras 198 extramuros, lo que suma un total de más de 700 casas.

Además de estas edificaciones hay otras tres dignas de mención: “el torreón”,  de 7 metros de alto con funciones defensivas y de avistamiento; “el tintero”, una estructura de piedra con forma de cono truncado invertido al que se le atribuyen funciones rituales; y “el castillo”, donde se concentraban las estancias de los sacerdotes y gobernantes de la ciudad.

En Kuélap manda la piedra caliza y los diferentes niveles de acabados marcan las construcciones ceremoniales, en ellas el trabajo es más elaborado e incluso perduran dibujos y decoraciones. Hoy en día las viviendas que vemos en pie han sido reconstruidas para una mejor recreación y disfrute de los turistas.  

Cómo llegar a Kuélap

Kuélap, en las montañas al norte de Perú, no tiene un acceso especialmente sencillo. La localidad más cercana y de mayor importancia es Chachapoyas. Para llegar hasta ella desde Lima puedes volar, o bien a Jaén y sumarle después un bus de más de 3 horas, o bien a Tarapoto y coger después un bus de 8 horas. También podrías ir directamente en autobús desde Lima hasta Chachapoyas, pero el trayecto entonces será de unas 23 horas… Si tienes tiempo y quieres conocer algunos de los mejores legados de las culturas preincaicas lo más recomendable para viajar desde Lima sería hacerlo parando primero en Trujillo y después en Chiclayo, pero siendo consciente de que pasarás muchas muchas horas en autobús.

Una vez en Chachapoyas todo es más fácil, sobre todo desde que a comienzos de 2018 entrara en funcionamiento una nueva telecabina que comunica rápida y cómodamente la localidad de Nuevo Tingo con las ruinas de Kuélap, recorriendo 4 km en unos 20 minutos. Si no, las opciones tradicionales siguen siendo llegar hasta Tingo Viejo en transporte público desde Chachapoyas y emprender una caminata en subida de unas 4 horas, o apuntarte a una de las excursiones diarias organizadas por las múltiples agencias de viajes que encontrarás en Chachapoyas.

Qué ver en Chachapoyas además de Kuélap

Como ves no es fácil llegar a Chachapoyas pero una vez allí no te faltarán los motivos para justificar tu viaje. Además de las ruinas de Kuélap no deberías dejar de visitar los misteriosos sarcófagos de Carajía, construidos en arcilla y que reposan desde mediados del siglo XV en la pared vertical del barranco Karajía con sus momias en el interior.

Y tampoco la espectacular catarata Gocta, sobre todo si te gustan las maravillas naturales, pues sus 771 metros de caída esperan a quien se anime a visitarla a través de un trekking de 5 a 6 horas atravesando un frondoso bosque de neblina.

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