Una organización de altos vuelos
Cerramos el blog Entre Nubes con un viaje, como no podía ser de otra manera. En esta ocasión no descubriremos cómo funcionan los motores de un avión ni qué comer a bordo sino una labor social que aunque se realiza en tierra tiene mucho que ver con volar. En 1977 nació una organización en la cuna de Iberia para dar asistencia y apoyo a personas discapacitadas. Hoy continúan trabajando para conseguir su objetivo: integrar social y laboralmente a estas personas. Aunque arrancó vinculada a familiares de Iberia está abierta a la sociedad en general. Cada año atienden a más de 1.500 personas con discapacidad.
La Asociación de Empleados de Iberia Padres de Minusválidos, APMIB, trabaja con personas con discapacidad intelectual desde que nacen hasta que mueren. La organización tiene una unidad de atención temprana, formada por psicólogos, fisioterapeutas y logopedas, que trabaja las habilidades del niño desde los 0 hasta los 6 años.
La siguiente unidad de trabajo se centra en el apoyo a la formación reglada con maestros y pedagogos que ayudan a los chicos a obtener el título de secundaria o de formación profesional. Estas clases de apoyo están enfocadas para que consigan el título que les permita acceder a una formación mayor o al mundo laboral.
A partir de los 18 años los que quieren acceder al mercado laboral pueden dirigirse a las unidades de integración laboral que trabajan para que las empresas contraten a personas con discapacidad. Las empresas con más de 50 trabajadores tienen que cumplir con la ley de integración laboral, por la cual un 2% de la plantilla debería estar formada por personas con una discapacidad superior al 33%. Esta unidad de integración laboral se encarga de hacer la selección, seguimiento y la formación previa de la persona con discapacidad. En el supuesto de que la empresa no encuentre el perfil deseado la ley prevé la obtención de un certificado de excepcionalidad y la puesta en marcha de una serie de medidas alternativas como es la contratación de servicios, a través de centros especiales de empleo, o la subvención o la donación a un proyecto de empleo.
Quiero trabajar
Si no pueden lograr encontrar trabajo en una empresa ordinaria pueden encontrarlo en los centros especiales de empleo; en la organización unas 500 personas con discapacidad desarrollan diversas actividades para terceros. La APMIB creó varios centros ocupacionales en ciudades donde Iberia tenía muchos trabajadores, de ahí que donde existan sea en Madrid –uno cerca del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y otro en Colmenar Viejo-, Barcelona, Málaga, Las Palmas y Tenerife. Estos centros son sociedades limitadas que funcionan como una empresa social, por lo que si hay beneficios deben reinvertirse en la empresa. Aquí los empleados son trabajadores como cualquier otro, sujetos al estatuto de los trabajadores y con su propio convenio colectivo. Aunque estos centros nacieron para desarrollar trabajos para Iberia hoy han diversificado sus proveedores para poder dar empleo a más personas. Realizan servicios de manipulado y empaquetado de productos, estuchando cubiertos para las empresas de catering de las compañías aéreas, Renfe, sanitarios… También realizan trabajos de gestión documental, digitalización o entrada de datos en sistemas, así como labores de limpieza y jardinería.
Si la persona que quiere trabajar aún no tiene las competencias adecuadas para hacerlo existen centros ocupacionales con monitores y preparadores laborales que les ayudan a desarrollar capacidades para poder incorporarse al mundo laboral. La informática sirve como eje para ayudarles a la integración laboral a la vez que desarrollan habilidades personales que les permiten comunicarse mejor y desarrollarse personalmente.
Aunque no todos pueden disfrutar de esta diversidad de actividades por su alto grado de discapacidad. La organización no se olvida de ellos por lo que tienen centros de día donde, desde por la mañana hasta las 16:00 horas, realizan actividades de desarrollo físico y motoras para mejorar su condición de vida, tanto física como intelectualmente.
Como complemento al desarrollo intelectual y físico de la persona con discapacidad hay en Madrid un centro deportivo, Club Ícaro, donde hacen deporte y se relacionan entre ellos. Asimismo, la organización tiene tres tipos de residencias -sólo en Madrid-: una para adultos entre los 18 y los 45 años, otra específica para los gravemente afectados y otra de mayores, subvencionadas por la Comunidad de Madrid. De esta manera, la organización cumple con su objetivo de acompañarles en el viaje de la vida y si se quedan solos, sin padres ni familiares que los cuiden, la APMIB tiene una fundación que tutelaría a las personas con discapacidad.
Los terrícolas emprenden el vuelo
Desde hace un año, los alumnos del Centro APMIB de Colmenar Viejo en Madrid tienen un canal para comunicarse con el resto del mundo. Radio Terrícola da voz a la discapacidad, a través de Internet, para cumplir con un fin didáctico y comunicativo. Aquí los alumnos del centro se ponen delante de los micrófonos junto a sus profesores para hablar de sus sentimientos, de noticias, hacer entrevistas, contar chistes y hablar de preferencias musicales mientras suena Chopin. Como reza el anuncio “si podemos hacer una radio podemos hacer cualquier cosa”.
En estos 30 años de andadura, la organización ya ve cómo algunos empleados empiezan a jubilarse en los centros ocupacionales, otros en cambio han encontrado un trabajo fuera de sus paredes y han conseguido una vida independiente, en lo económico y en lo personal. Pero aún son muchos los que necesitan ayuda, por lo que APMIB, formada actualmente por 600 personas y dando apoyo a 480 personas con discapacidad, no cesa en su trabajo de buscar fondos para que la organización pueda seguir creciendo, ya que sólo en Madrid hay 700 familias que no están siendo atendidas.