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Calypso Rose sedujo al público en la cálida y multitudinaria noche final de WOMAD

Calypso Rose

Redacción

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Los ocho músicos de la banda que acompaña a Calypso Rose hacer círculo en torno a ella. Agachan la cabeza. Parecen rezar o invocar o pedir que el concierto que está a punto de comenzar en WOMAD Cáceres 2019 salga bien. El pequeño ritual antes de cada actuación termina y sonríen. La menuda Calypso, de casi ochenta años, la “reina del Calypso”, de Trinidad y Tobago, sale la última. Da pasitos cortos. A su edad, la energía exterior ha menguado; pero la interior casi permanece intacta. Su voz ruge por encima del estruendo de I’m african, la primera canción que escuchan los miles de espectadores que llenan la Plaza Mayor, en el último día de conciertos del festival, que ha reunido desde el jueves a 32 grupos y solistas artistas de 14 países. Y la fiesta continúa. 

Calypso, de rosa naturalmente, va y viene por el escenario con una lentitud que desmiente el ritmo caribeño de su música. Se gira sobre sí misma, contonea sus caderas, se sube con un gesto pícaro la ropa amagando con quitársela, y dice cosas serias: “Nunca levantes la mano contra una mujer, porque ella te ha llevado en el vientre”, un mensaje que ha difundido desde que en su primera canción, en 1955, denunciaba la desigualdad de sexos. 

Se acerca la medianoche y el público sigue seducido por las músicas que, como vasos comunicantes, circulan de la plaza Mayor a la plaza de San Jorge, de la plaza de San Jorge a la Mayor. Lleva casi seis horas de conexión con los artistas y los ritmos del África, de América, de Europa, y el entusiasmo no mengua. Por la vespertina y calurosa plaza de San Jorge Mariella Köhn hace bailar ritmos afroperuanos a los espectadores en su taller de percusión del cajón, cuyo sonido hay que aprender a sacarlo del instrumento, como hacen ella y su acompañante Walter Sánchez. 

La percusión latina se duplica a continuación con el taller de la argentina  Mica,  mientras que en la plaza Mayor aguardan Les Motriz, con su rock and roll extremeño, y El Cid, que rapea, con sus cinco colaboradores, contra “los que están en el Congreso de los Diputados y machacan a los trabajadores”. “Hay que criticar de vez en cuando”, se explica al acabar El Cid. “No hay que callarse tanto”. Y sigue con un rap de amor. 

En San Jorge

De regreso a San Jorge por una de las rebosantes y bulliciosas calles que conducen a la plaza, Stéphano Honoré, Menwar, nacido en 1955, transita de la ortodoxa interpretación de los bailes tradicionales de Isla Mauricio a las versiones con guitarra acústica de la música de raíz de su país africano, acompañado por instrumentos primitivos, especialmente por el ravanne, una especie de pandero cuya percusión ejecuta su acompañante. 

La edad no merma la agilidad de estos músicos, como Menwar o Calypso Rose, la más longeva en pasar por WOMAD Cáceres 2019, como si el movimiento formara parte del ritmo de sus vidas, de modo que si el movimiento cesara, cesarían sus vidas. Como otros intérpretes foráneos, Menwar (flaco, barbita, largas rastas que le llegan hasta las piernas) logra que gentes desconocedoras de su idioma entonen palabras ajenas para acompañar las canciones. 

De vuelta a la Plaza Mayor, el blues creole de Delgres, de Francia, dedica Mo Jodia la memoria de Louis Delgrés (el apellido que da nombre a este grupo), un soldado de color del ejército de Napoleón Bonaparte que se rebeló en la isla de Guadalupe contra los intentos de restaurar la esclavitud. “Esta canción es por la libertad. ¡Libertad para todo!”, grita Pascal Danäe, líder de la banda. Su sonido compacto de guitarra, batería y una tuba enorme que se emplea en la música de Nueva Orleans hace bailar y disfrutar al público. 

Pero en San Jorge aguarda ya la española Maria Rodés, y la noche se vuelve cálida con su voz mediterránea, que reinterpreta la copla española con versiones propias. Canta una de Lola Flores (“Con las manos vacías”), en cuya letras la mujer “le pega una bronca a su marido por ser egoísta y le dice que así llegará al cielo con las manos vacías”, explica Rodés, que hace cantar a los espectadores el estribillo de “Pena, penita pena”. 

La Dama Blanca

Dispuestos a entrar en la madrugada y a no dejar de bailar, los espectadores de la plaza de San Jorge se mantienen hechizados ante la aparición a la medianoche de La Dama Blanche, el personaje que ha inventado la cubana Yaite Ramos.

Ramos pide un vaso de ron durante su actuación. Baja del escenario y aguarda a que se lo traigan. Ya tiene compuesta una imagen característica de la cubanidad: ron y puro. El puro lo tiene a mano en un atril y según la canción lo coge y lo exhibe. La música es y no es cubana. La singularidad de la flauta (pues ella iba para intérprete clásica) introduce una distorsión, a su favor, en el hip hop que interpreta. 

Vestida de blanco para corresponder a su caracterización de La Dame Blanche, Ramos, que reside en Francia, pide al público que grite fana, “una palabra de Santiago de Cuba”, que funciona como estribillo de la canción.  Y ahí corean todos.

El telón está a punto de cerrarse sobre WOMAD Cáceres 2019; pero aún hay ganas de más en la plaza Mayor. Lo despide la juventud insolente de los nueve intérpretes de Jungle by night, una formación instrumental de Holanda con siete años de carrera que empezaron de adolescentes haciendo convivir el jazz, el afro o el dance. 

La potencia de los vientos (trompeta, trombón, saxo), de la percusión y batería se unen en largas tiradas musicales sin pausas, en las que van entrando y saliendo los instrumentos. Las manos del público se alzan y los pies rebotan sobre el suelo, ya de madrugada, cuando el grupo, puntual a su hora, como en todos los conciertos milimetrados de WOMAD Cáceres 2019, concluye y termina un festival entusiasta cuyos espectadores siguen la fiesta ya de madrugada.

Música extremeña en Santa María

Como en la jornada del viernes, el Escenario IJEX@WOMAD de la plaza de Santa María volvió a dar la oportunidad de expansión a artistas emergentes de Extremadura, que encontraron en el festival un altavoz inmejorable para sus repertorios. Free Mind, La Moma Vieja, Los Tai Tabú y Puerta Oeste protagonizaron el sábado de esta iniciativa promovida por tercer año consecutivo por el Instituto de la Juventud y la Dirección General de la Juventud de la Junta.

Pasacalles final

El cierre definitivo de WOMAD Cáceres 2019 llega este domingo. Acaban los talleres de Sicobana, Creative Workshops y Wolfworks (The Space), y el de Mariella Köhn en el Museo de Cáceres después de tres días de trabajos y diversión con los niños y familiares que han participado en ellos.

Cierra también Mundo de palabra con un recital lírico músical en el palacio de Carvajal: “Más que palabras. Palabras de mujer”, dirigido por la actriz María José Goyanes y con música de piano en directo para reivindicar la poesía de mujer. Y como colofón el tradicional pasacalles, que exhibirá los trajes y múltiples objetos elaborado durante los talleres infantiles de The Space, que recorrerá el casco antiguo, acompañado por los ritmos africanos de los senegaleses de Sicobana, desde el Museo de Cáceres para desembocar en la Plaza Mayor.

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