La exposición que saca a la luz la emancipación feminista de Mujeres Libres, en Extremadura
Hasta el próximo 14 de junio podrá verse en el Centro Cultural Alcazaba de Mérida, la exposición ‘Mujeres Libres (1936-39), precursoras de un mundo nuevo’, fruto de un trabajo de investigación de la Fundación Anselmo Lorenzo sobre este movimiento feminista “con tintes de clases” y “pionero” en el país. Un colectivo que ya antes de la Guerra Civil defendía que la liberación de la mujer debía de desarrollarse de forma integral.
Así lo explica , Ana Toro, de Mujeres Libres de Extremadura, quien señala que su nacimiento está vinculado al sindicato CNT y que este movimiento va creciendo a medida “que la mujer se va incorporando al mundo laboral”, hasta alcanzar en una primera etapa un total de 28.000 afiliadas y conformar 170 agrupaciones en todo el país entre los años 1936 y 1939.
En su denominación “no llevan el apellido feminista porque en ese tiempo no se identifican con el movimiento sufragista y la lucha de esas mujeres para conseguir el voto”, ya que ellas como mujeres anarquistas entienden el feminismo de otra manera, “como una herramienta de liberación de la triple condición de esclavitud de la mujer, por ser mujer, por ser obrera y por la educación” que reciben.
Las Mujeres Libres además entienden que la liberación tiene que ser integral y “donde primero empiezan a defenderlo es en su propia casa, ponen en tela de juicio el papel de la familia como tal y son defensoras del amor libre” y entienden“ que sin independencia económica no pueden decidir sobre su propio futuro”, argumenta.
Ellas, consideraban esencial la Educación para cambiar el mundo, al igual que las teorías libertarias, y montaron escuelas para educar “en condiciones de igualdad a niños y niñas”, además orientaron la enseñanza de “modo más funcional” con prácticas alternativas a la educación reglada.
También la Sanidad fue otra área donde intervino este movimiento. “Hay que tener en cuenta que una de las fundadoras de Mujeres Libres es Amparo Poch, médica de profesión, quien entiende que la salud y la higiene personal son fuentes de bienestar para la mujer”, y defienden el uso de anticonceptivos, el aborto, así como la maternidad independiente y elegida, según agrega.
Comisiones de igualdad
Además ven en la religión “una forma de esclavitud” y son fervientes defensoras del movimiento anticlerical, por considerar que la Iglesia oprime a la sociedad “pero aún más a las mujeres a través del sentimiento de culpa” que les generaban.
Este movimiento libertario luchó por la incorporación de la mujer al trabajo y creó comisiones de igualdad. “Defendían un mismo sueldo para un mismo trabajo, independientemente de que lo realice hombre o mujer”, y durante la guerra civil se incorporan a luchar a favor de la revolución“ y algunas decidieron estar en el frente.
Ello “generó polémica dentro del movimiento libertario porque había compañeros que decían que no tenían que estar en el frente porque les soliviantaba, pero ellas se negaron”, según destaca.
También “fueron las primeras en hacer prácticas revolucionarias y en vestir un mono” para trabajar de mecánicas, de conductoras y “tomaron la iniciativa en muchas colectividades”, como se puede comprobar en imágenes de la muestra donde se ve a mujeres conduciendo tranvías, entre otras tareas.
La exposición, organizada en la región por Mujeres Libres de Extremadura y que se desplazará a Cáceres y Plasencia, tras su estancia en la capital emeritense está compuesta por 16 paneles, materiales sonoros y audiovisuales, que explican la gestación y desarrollo de la organización, sus reivindicaciones y ámbitos de actuación, así como su planteamientos sobre igualdad, educación, trabajo, sexualidad y la participación activa que desarrolló para ganar la guerra contra el fascismo.
Extremeñas
Además el objeto de este trabajo es seguir investigando el movimiento en todos los territorios del país “y Extremadura no podía ser menos”, relatan desde la organización, al tiempo que precisan, que en los estudios realizados hasta el momento se ha comprobado en Mérida “el cruce de cartas de Josefa de Tena, militante del sindicato del textil, con otras compañeras” quien ejerció de corresponsal y distribuidora de la Revista de Mujeres Libres en el territorio extremeño, “lo que indica que existía una demanda”.
Además una de las fundadoras del movimiento fue Suceso Portales, natural de la localidad pacense de Zahínos, donde yace su cuerpo y se ha dado nombre a una de las calles del municipio.
Esta mujer “procede de una familia de maestros y está muy vinculada al sindicalismo andaluz, desde Sevilla” y sale pronto de su pueblo para crear escuelas en Guadalajara, aunque permaneció “muy vinculada” a su localidad donde el año pasado se le rindió un homenaje.
La exposición organizada por la Fundación Anselmo Lorenzo, da mucha información puesto que si no “ se conoce el pasado difícilmente se puede mirar al futuro” y además “ todas las reivindicaciones de Mujeres Libres están de plena vigencia”, según concluye el colectivo.
Cabe recordar que este movimiento ha sufrido diversas etapas y continúa en activo, tras resurgir y tomar la iniciativa sindical en la huelga del 8M.
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