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Elsa volvió a sonreír tras desprenderse de la ropa de niño: “Es hora de dejarla ser feliz”

Niños transgénero / www.atandalucia.org

Jesús Conde

Su vida acaba de cambiar. Tras muchos meses verbalizando su impotencia ha logrado salir a calle como lo que es: una niña. Han pasado dos semanas desde que recorre su pueblo cogida de la mano vestida como se siente. El cambio le ha devuelto la sonrisa. El entusiasmo invade el alma de Elsa.

Supone mucho más que un atuendo. Mucho más que unos trapos. Porque ya camina libre por Arroyo de San Serván (Badajoz), desarrollando su verdadera personalidad. Hace tiempo que manifestaba de manera clara su condición de transexual, y por fin vive acorde a sus sentimientos.

Tiene cuatro años y en casa utilizaba desde hace meses la ropa de su hermana mayor. Comenta Ana, su madre, que prefería estar desnuda antes que llevar prendas de niños. 

Porque Elsa se ha sentido una niña desde que comenzó a hablar y desde que tiene uso de razón de sí misma. En casa le permitían ser como se siente, pero en la calle era diferente. Seguía siendo un niño. “¿Cómo le explicas a tu hija que la sociedad no está preparada para verla vestida de niña? Es hora de dejarla se feliz, dejarla vivir como lo que siente”.

“Cuando se acostaba me decía: mañana cuando me despierte, volveré a ser una niña, ¿verdad?”, relata su madre. Insiste en que ha sido una decisión meditada y pensada. Y la han tomado porque Elsa lo reclamaba. 

Un acto público abierto a todo el pueblo

Este miércoles será un día importante para la familia de este pequeño pueblo de Badajoz. Todos asisten al salón de plenos del Ayuntamiento a un acto en el que explicarán públicamente su caso. Un acto convocado por Fundación Triángulo, al que está invitado el pueblo con el objetivo de poder informar y concienciar a cerca de la realidad transexual en la región. El deseo de Elsa es cada vez más creciente, y consideran que no se trata de algo que se tenga que quedar en el ámbito familiar.

Allí estarán arropados por otras tantas personas transexuales de la región, que contarán en primera persona sus experiencia, y cómo ya desde la niñez muchos de ellos tenían muy claro que no se identificaban con el sexo con el que habían nacido, explica Hugo Alonso, de Triángulo.

Cada caso es diferente, y entre las 59 personas transexuales que Triángulo atiende en Extremadura hay personas que aunque no sabían de pequeñas qué les ocurría, sí que tenían dudas sobre su corporalidad y sobre la identidad de género.

En el proceso de apoyo a la menor y a su familia, y la adaptación al ámbito escolar, Triángulo ha considerado interesante poder dirigirse a la ciudadanía a fin de informar y demostrar el apoyo que la localidad al completo ha brindado a esta familia. Es la primera vez que esta fundación monta un acto de puertas abiertas así en Extremadura, sin saber quién será el público y cuál será su reacción. El objetivo es asegurar un entorno amable para el crecimiento de la menor, evitando posibles situaciones de transfobia en el futuro.

Un hecho que demostró que era el momento del cambio

Llegó un día en el que esta familia llegó a la conclusión de que no se podía seguir castigando más a Elsa, negándole ser una niña.

Hubo un hecho determinante. Fue en el desfile de los pasados carnavales del cole, cuando la menor apareció vestida de princesa, lo que fue motivo de burla en la fila de clase. Cuenta su madre cómo Elsa no comprendía el motivo de las risas y cómo acabó llorando y temblando. No terminaba de comprender el motivo por el que ella era señalada, pero no otra de sus compañeras, que vestía de princesa  igual que ella.

“Fue un día muy traumático para nosotros, reflexionamos durante el fin de semana, y decidimos que el lunes Elsa iba a salir a la calle como una niña”. Un fin de semana en el que la niña vació incluso todo su ropero de la ropa masculina, y la tiró a la basura.

Llevaba tres meses vistiéndose a oscuras por las mañanas antes de ir al colegio, porque no quería verse vestida de niño. Lloraba, se negaba a mirarse al espejo, y “ahora se mira 20 veces al día, se vuelve loca”.

Como padres, no se consideran valientes: “la valiente es ella, nosotros la apoyamos. La dejamos ser feliz”. “No estamos dentro de su cabeza, pero tiene que ser muy difícil para ella no sentirse a gusto con el sexo que le ha tocado al nacer”.

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