Un paso adelante en el rescate del patrimonio vivo de la Guerra Civil en Badajoz
Han pasado 80 años del inicio de la Guerra Civil, pero poco se sabe de aquél frente de La Serena. Allí la guerra se prolongó casi hasta el final de la contienda y las trincheras de vanguardia y retaguardia extendían sus estribaciones kilómetros arriba, hasta la provincia de Cáceres.
A muchos les sorprenderá saber que en el Zújar se conserva un búnker que poco tiene que envidiar a las construcciones protagonistas del desembarco de Normandía.
Son muchos los elementos descontextualizados hoy dispersos en el paisaje. Allí permanecen callados. En una especie de letargo que ahora quieren despertar un grupo de expertos.
Se trata de la Asociación para el Estudio y Recuperación del Patrimonio bélico reciente “Frente Extremeño”, que ha logrado financiación de la Diputación de Badajoz para elaborar un proyecto documentación y catalogación del patrimonio de la Guerra Civil y de la posguerra en la provincia.
Un trabajo sistemático y complejo, que debería de haberse iniciado ya según destacan sus impulsores. Existen referentes previos como el trabajo del historiador Ángel Olmedo y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, publicado por la Diputación de Badajoz.
Ahora el objetivo del colectivo de Castuera que ha logrado la partida pública también de la institución provincial pacense es conocer más y poner luz a un capítulo de la historia de Extremadura muchas veces silenciado.
Bajo la metodología de la arqueología espacial y del territorio se inicia la primera fase de un trabajo amplio que fija su mirada en primer lugar en La Serena, incluyendo Villanueva. Pero continuará en sucesivas fases por La Siberia, Vegas Altas y Campiña Sur.
También se tendrán en cuenta otros enclaves de la provincia que aunque alejados de los frentes son de especial interés. Por ejemplo el antiguo aeródromo franquista de Calzadilla de los Barros, punto básico para los bombardeos en la zona del frente extremeño.
Defensa del patrimonio
Explica Antonio López, uno de los expertos que impulsa este proyecto, que el objetivo es la defensa de todo el patrimonio tangible que conserva Extremadura. Un patrimonio olvidado y no contemplado en su mayoría bajo las figuras de protección dentro de la actual Ley de Patrimonio Regional 2/1999.
Es cierto que las estructuras militares de hormigón que serán objetivo de análisis han aguantado el paso del tiempo. Pero no siempre ocurre así. El campo de concentración de Castuera corrió el peligro de convertirse en una zahúrda de cerdos antes de lograr precisamente una figura de protección especial.
Ahora hay otros muchos espacios en los que el tiempo corre en su contra, porque literalmente se están derrumbando. Por citar algunos, destacan las colonias penitenciarias de Montijo.
También la Casa de la Sierra o Casa de las Cruces, en Don Benito, un refugio republicano hoy derrumbado que conserva el grafiti de un campesino que torea a un Hitler con cuernos con el mapa de España.
Además existen vestigios de especial interés, histórico y científico, que son objetivo de expolio por parte de personas que acuden a las zonas de trinchera con detectores de metales. Un expolio que según destaca el experto de la asociación de recuperación del patrimonio es especialmente peligroso porque entre los objetos hay numerosa munición.
Los trabajos
Partiendo de la fase de documentación, y del análisis de toda la línea del frente, ya se recogen en fichas los vestigios como casamatas, bunkers o trincheras. El trabajo, además de documentar, cataloga y georeferencia para que quede incluido en un mapa cartográfico que será facilitado a la Secretaría General de Cultura.
Otra de las partes del proyecto consiste en recoger el patrimonio intangible, es decir los testimonios vivos de los lugares documentados. El tiempo también corre en contra porque apenas quedan personas vivas que estuvieran en aquellas trincheras. Otra de las líneas será la de documentar por ejemplo cómo vivieron los bombardeos quienes entonces eran niños y niñas.
Pero el proyecto irá más allá, ya que también se elaboran unidades didácticas para que todo el trabajo tenga un reflejo curricular. El motivo, explican estos expertos, que en las aulas siempre se toca el capítulo de la Guerra Civil de manera laxa y poco profunda.
Todo irá acompañado de visitas a los campos, divulgación del patrimonio como valores de fomento de la paz y la tolerancia desde este capítulo de la historia de España.
Potencial turístico
Una zona también con potencial turístico si se tiene en cuenta el premio a la excelencia turística que ha logrado la comarca de Los Monegros, en Aragón. De modo que puede convertirse en un proyecto de turismo cultural de primer orden, que se basa además en el eje patrimonial y educativo.
En este contexto se encuentra el primer museo de la Guerra Civil en Extremadura, abierto recientemente en Campillo de Llerena. Otro de los ejemplos, las rutas históricas de la Guerra Civil en La Serena, que desarrolló el CEDER-La Serena.