“La media jornada me la repartían a lo largo de la semana y no descansaba nunca”
La plantilla de trabajadores se estira como el chicle. Da igual que las tiendas abran más días, el número de empleados siempre es el mismo, eso sí, con unos turnos laborales precarios, que muchas veces no superan las dos horas, y sin ninguna jornada libre a la semana. Así lo explica João Carvalho, de 26 años, que trabaja desde hace cuatro años en una de las tiendas de El Faro, el centro comercial más importante de Extremadura y situado en Badajoz.
El debate sobre la reducción de la apertura de domingos y festivos de 16 a 10 días al año en Badajoz, Mérida, Cáceres y Moraleja (ciudades declaradas como Zona de Gran Afluencia Turística) está ya zanjado con la publicación en el DOE el viernes pasado de la aprobación de esta rebaja, y con una gran mayoría a favor de la medida, frente a la postura en contra del alcalde de la capital pacense, Francisco Javier Fragoso, quien defiende, entre otros argumentos, que abrir más días genera más empleo y volver a los 10 significaría perderlo.
En este contexto, Carvalho pone voz y cara a una realidad laboral muy distinta a la que dibuja el alcalde de Badajoz. Asegura que en El Faro la mayoría de la gente lo que tiene es un contrato de media jornada (400 euros de media al mes), de manera que cuando hay que trabajar un domingo, no se contrata a nadie extra, sino que las horas se reparten a lo largo de la semana y no se descansa nunca. “Por ejemplo, el lunes trabajo dos, el martes tres… y así se van recortando horas para después echarlas el domingo. Al final no descansas nunca, porque aunque sólo trabajes dos horas (cuando lo mínimo por ley son tres), no tienes ningún día libre”.
De la misma manera niega que la reducción de domingos y festivos vaya a suponer pérdida de puestos de trabajo porque, subraya, las plantillas están al límite. “Aunque parezca mentira, hay contratos indefinidos de 12 horas, imagínate la estabilidad que da eso”.
Los sindicatos denuncian que el 80% del empleo que se genera en El Faro de Badajoz (que cuenta con unos 1.500 puestos) es precario. Y dejan claro que esta gran superficie es sólo un ejemplo -el más significativo- de un problema que afecta a todo el comercio extremeño.
Por su parte, Carvalho apunta: “A mí antes me pasaba lo que le ocurre ahora a muchos de los empleados, que la media jornada me la repartían a lo largo de la semana y no descansaba nunca”. Después hubo negociaciones para que las empresas respetaran al menos un descanso semanal. En algunos casos, como el suyo, hubo mejoras, pero hay muchas tiendas que no lo están cumpliendo.
El director de El Faro, Jaime Guerreiro, defiende la postura del alcalde de Badajoz Francisco Fragoso y argumenta que esos seis días que se eliminan van a suponer una pérdida del 8% del montante total de ingresos (una cifra que no quiso dar porque, asegura, son datos confidenciales), y 200.000 visitas menos, esto es, el 3% de las afluencias anuales. “Claro que si se abren más días El Faro gana más dinero –apunta Carvalho-, somos nosotros los que perdemos”.
Compromiso con el PP
Francisco Alejo, portavoz de Comercio de CC OO Extremadura, afirma que pasar de 10 a 16 fue un compromiso del PP regional con las grandes superficies y tiene claro que abrir más días no implica más empleo y que, además, los puestos que se pudieran crear son totalmente precarios. “Nosotros dijimos que si subían las ventas y aumentaba la plantilla, pues se hablaba, pero no han demostrado a día de hoy que se haya generado empleo. Lo que sí ha ocurrido es que se ha cerrado mucho pequeño y mediano comercio”.
Francisca Nieto, de la Federación de Comercio de Extremadura de UGT, comparte este argumento y subraya que aunque la pretensión es abrir cada vez más días, tiene claro que ni se crea empleo ni mejoran las condiciones laborales de los que ya están.
Carvalho, que es afiliado a CC OO, subraya que la mayoría de los trabajadores que sufre esta realidad laboral tiene miedo a las represalias y por eso no manifiestan su rechazo. “Es cierto que ha ocurrido muchas veces que si te quejas o das tu opinión, te echan a la calle. Pero es que incluso hay quienes no conocen sus derechos y creen que esto es lo normal”.