A menudo se afirma que el estado de las manos de una persona habla mucho de su salud. Y es cierto, pues ciertas características en esas partes del cuerpo pueden ser síntomas de problemas en las mismas extremidades o dar pistas acerca de cuestiones más importantes, que puedan afectar también al resto del organismo. Algunas personas advierten que la pielde las manos se les arruga de manera anormal, o sufren hinchazón, temblores, dolores, etc. A continuación, un listado de posibles síntomas y problemas relacionados con las manos.
1. Picores y vesículas
Entre las afecciones más comunes se encuentran las alergias cutáneas, es decir, que afectan la piel (no solo de las manos). Puede ser urticaria, cuyo síntoma principal es la formación de habones con mucho picor, o eccema o dermatitis, “una reacción inflamatoria de la piel que consiste en la aparición de eritema, pápulas, vesículas, costras y descamación”, según explica la Asociación Española de Dermatología y Venereología.
Como cualquier otra reacción alérgica, estas ocurren cuando “el cuerpo produce una respuesta inmunitaria exageradaante sustancias que están presentes en el ambiente y que identifica como extrañas”. Por ello, si se detectan señales de posibles alergias en la piel, la recomendación es acudir a la consulta de un dermatólogo.
2. Sudor excesivo
Se llama hiperhidrosis al problema del exceso de sudoración. Puede ser primaria o focal, cuando afecta solo ciertas partes del cuerpo de personas sanas, o secundaria, cuando surge como respuesta a ciertas infecciones, enfermedades o medicamentos. La más común de las hiperhidrosis primarias es la palmar: el exceso de sudoración en las manos. Se estima que afecta a entre un 1 y 3 % de la población.
La hiperhidrosis palmar no es un síntoma de un mal mayor, pero es un problema en sí misma, ya que puede afectar de forma significativa la vida cotidiana de quienes lo padecen. Este sudor no aparece por cuestiones relacionadas con la temperatura ni con estados nerviosos, pero a menudo ocasiona inseguridad y ansiedad en las personas que lo sufren, y esto las lleva a sudar más, por lo cual se alimenta un círculo vicioso que puede complicar la vida social, laboral y afectiva. No se conocen las causas (los expertos suponen que es hereditario), pero existen tratamientos para solucionar o aliviar el problema.
3. Hinchazón, uñas débiles, temblores
Estas características pueden aparecer de manera puntual y momentánea en las manos, en respuesta a motivos comunes y corrientes: un día muy caluroso o el consumo excesivo de sal pueden hacer que las manos se hinchen; las uñas se tornan débiles y quebradizas debido al contacto con agua y productos químicos; los temblores quizá son consecuencia de una tensión excesiva o de haber realizado un esfuerzo físico muy exigente. Lo normal es que todos estos signos dejen de existir no mucho tiempo después de que sus causas desaparezcan.
Pero si esas señales persisten podrían ser síntomas de cuestiones mayores. La hinchazón de las manos podría ser un aviso de problemas cardiovasculares. Las uñas frágiles, de problemas en la glándula tiroides o de anemia. El temblor en los dedos, de una carencia de nutrientes o, en el peor de los casos, del mal de Parkinson. Por ello, en tal situación, no hay que alarmarse, pero sí acudir al médico para una revisión.
4. Manos arrugadas
Generalemente indican la enfermedad de Raynaud, una afectación que provoca un estrechamiento de los vasos sanguíneos de las manos y los pies cuando la persona siente frío o estrés. Como esos vasos son muy pequeños, el resultado es que, cuando se produce ese estrechamiento, se reduce tanto la irrigación de sangre hasta la piel que su aspecto se torna pálido y arrugado, y además puede generar dolor. En casos extremos, este trastorno provoca llagas o muerte de los tejidos.
Este problema (que debe su nombre a Maurice Raynaud, un médico francés del siglo XIX) afecta sobre todo a mujeres entre los 10 y 30 años de edad. Tal como sucede con la hiperhidrosis palmar, hay una enfermedad de Raynaud primaria, cuando ocurre sin causa aparente, y secundaria, que está asociada a otras enfermedades. La primaria afecta al 3-4 % de la población, según la Fundación Española de Reumatología. Este organismo que recomienda una consulta rápida ante la sospecha de padecer este problema, ya que “la efectividad de muchas terapias depende de que sean utilizadas al inicio de la enfermedad”.
5. Bultos en la palma
Este problema consiste en “un engrosamiento anormal del tejido que está justo por debajo de la piel”, según define la Sociedad Estadounidense para la Cirugía de la Mano. Con el tiempo, esto deriva en un bulto que se produce en la palma de la mano y suele afectar los dedos, al punto de hacer que estos se doblen hacia dentro, como si se deseara cerrar el puño. Por eso, la enfermedad también es llamada contractura de Dupuytren (en homenaje a Guillaume Dupuytren, patólogo y cirujano francés que investigó este trastorno a comienzos del siglo XIX).
Esta enfermedad afecta sobre todo a varones mayores de 40 años, en particular los de ascendencia nórdica. Se la considera hereditaria, aunque la causa exacta tampoco se conoce. Sin embargo, la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética apunta que “puede estar asociada con fumar cigarrillos, la epilepsia, la diabetes y el alcoholismo”. El tratamiento va desde la simple observación, en casos en que las funciones de la mano no resultan afectadas, hasta la intervención quirúrgica, en pos de recuperar precisamente esas funciones.
6. Piel seca y endurecida
La esclerodermia es una enfermedad rara, que puede incluir inflamación, prurito, engrosamiento de la piel, pérdida de los pliegues normales y del vello, sequedad y calcinosis (aparición de bolitas blancas de calcio bajo la piel), entre otros. La escleroderma puede ser localizada, cuando afecta solo la piel, o sistémica, cuando ataca también los órganos internos. Una forma particular de escleroderma llamada síndrome de CREST incluye entre sus afecciones la enfermedad de Raynaud. La causa exacta de esta enfermedad también se desconoce, y no tiene cura, aunque sí tratamientos que ayudan a controlar los síntomas.
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