En 2017 una estudio realizado por el Centro Nacional de Encuestas de Opinión de la Universidad de Chicago en los Estados Unidos preguntó a 40.447 personas de todo el país si padecían algún tipo de alergia.
Descubrieron que la alergia alimentaria más común entre los adultos es a los mariscos, pues afecta al 3,9% de la población; seguida de la alergia al cacahuete, con un 2,4%, y a los frutos secos, con un 1,9%.
Así lo explicaba la alergóloga Sharon Chinthrajah, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Stanford y directora médica del Centro de Investigación de Alergias y Asma Sean N. Parker, en el artículo de 2018 en The New York Times enlazado arriba según el cual los ocho principales alimentos que causan alergias son (sin tener en cuenta el orden):
- Leche
- Huevos
- Trigo
- Soja
- Cacahuetes
- Frutos secos
- Pescados
- Mariscos
Por otro lado, un estudio de 2020 sobre las causas de hospitalización en Estados Unidos, Australia y la UE puso al descubierto que los casos de ingresos por anafilaxis alimentaria (ataque de sobrerreacción de anticuerpos producido por una alergia alimentaria) habían subido en los últimos años.
El estudio revela que en Estados Unidos, las visitas al hospital por alergias alimentarias se triplicaron entre 1993 y 2006, y entre 2013 y 2019 se registró un aumento de 72% en el número de niños hospitalizados por anafilaxia, pasando la cifra de 1015 niños ingresados a 1746 en 2019.
En un artículo para la BBC Kari Nadeau, especialista en alergias de la Universidad de Stanford y autora del libro El fin de las alergias alimentarias, explica que ello puede deberse a una mezcla de confusión respecto a las alergias, que generaría un buen número de falsas alarmas, con una globalización de la alimentación que acerca a personas a alimentos que no solían comer y por tanto, a alergias que no padecían.
Alergia al marisco, un riesgo en Navidad
En este contexto de alergias crecientes, no debe descartarse que en personas adultas -e incluso en niños, en los que aunque no suelen ser normales en edades muy tempranas, pero si aparecen son persistentes según la página de información de Quirón Salud- puedan brotar sin previo aviso alergias al marisco.
No tienen por qué presentar episodios de choque anafiláctico que nos lleven al hospital, pero sí pueden comenzar manifestando síntomas leves, y ello debe ser aviso para dejar de comer el alimento que causa la alergia y consultar al alergólogo.
Entre los síntomas más leves y comunes de la alergia al marisco, que según la Clínica Mayo suelen aparecer entre los 15 minutos y las dos horas tras el consumo, están:
- Urticaria.
- Picazón e irritación en la piel.
- Congestión nasal.
- Hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta, o de otras partes del cuerpo.
- Sibilancia o problemas para respirar.
- Tos o atragantamiento, o sensación de opresión en la garganta.
- Dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos.
- En caso extremos puede darse mareos, aturdimiento o desmayo.
Estas reacciones se producen por mediación de la proteína inmunoglobulina E (IgE), un anticuerpo que fabrica nuestro sistema inmunitario en gran cantidad y que produce un estado de alarma defensivo que deriva en los citados síntomas.
Y tal reacción se da como respuesta a diversas proteínas que tiene el marisco, y que curiosamente, son coincidentes con algunas proteínas que también poseen los ácaros, por lo que el 80% de alérgicos a los ácaros también lo es al marisco, según la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA).
Este alérgeno principal es una tropomiosina, una proteína muscular resistente al calor y muy abundante en el líquido de cocción del marisco, que a su vez puede ser transportada en los vapores.
Es por ello que algunos alérgicos descubren que lo son sin siquiera tocar el marisco, sino con solo olerlo, aunque la mayor parte de reacciones se producen al contacto con el crustáceo.
Por otro lado, la misma asociación AEPNAA revela que el riesgo de sufrir alergia es mayor tras haber consumido medicamentos antiinflamatorios y también tras haber practicado deporte.
Respecto al tipo de marisco que puede provocarla, los alergólogos destacan que mientras hay personas que resultan alérgicas a una sola familia, como por ejemplo las gambas, otras también lo son a los crustáceos en general, es decir cangrejos, centollos, langostas, etc.
También hay personas alérgicas a los moluscos bivalvos, especialmente las ostras o las almejas; y otras suman a ellos los cefalópodos como el calamar, la sepia o el pulpo.
Qué hacer si alguien sufre anafilaxia en la cena de Nochebuena
Los casos de anafilaxia -una reacción alérgica de tipo explosivo donde el sistema inmunitario ataca masivamente al propio cuerpo- son infrecuentes, pero la posibilidad no está descartada y por su gravedad conviene tomar precauciones inmediatas, llamando al 112 o llevando a la persona afectada sin demora a un servicio de urgencias.
Según la web de la Clínica Mayo, un choque anafiláctico por comer marisco es una emergencia grave que requiere a un sanitario o personal capacitado para administrar una inyección de epinefrina (adrenalina), ya que si no se trata puede ser un suceso mortal.
En esta misma página se describen los síntomas de una anafilaxia por ingesta de marisco, que son:
- Una inflamación de la garganta o lengua, o nudo en la garganta (constricción de las vías respiratorias) que dificulta la respiración
- Tos, atragantamiento o silbido del pecho con dificultad para respirar
- Choque, con un fuerte descenso de la presión arterial y pulso acelerado o débil
- Sarpullido grave, urticaria, comezón o hinchazón de la piel
- Náuseas, vómitos o diarrea
- Mareos, aturdimiento o desmayos
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