Qué beber tras una intoxicación alimentaria
Hablamos de intoxicación alimentaria cuando nuestro cuerpo reacciona a alimentos o agua contaminados. En la Unión Europea, se calcula que más de 23 millones de personas sufren una intoxicación alimentaria cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los datos, que podrían ser mucho mayores porque se desconoce el número real de casos, indican que las causas más frecuentes de enfermedades transmitidas por alimentos son los agentes de enfermedades diarreicas, siendo el más común el norovirus, con una cifra estimada de 15 millones de casos.
Le sigue Campylobacter, Salmonella, Listeria monocytogenes y Echinococcus multilocularis. En la mayoría de los casos, la intoxicación alimentaria se manifiesta con calambres abdominales, vómitos, náuseas y diarrea (estos varían según la fuente de contaminación).
En general, los síntomas de la intoxicación alimentaria, si esta es leve, desaparecen en uno a tres días. Pero algunos tipos de intoxicación pueden durar mucho más. En niños pequeños, personas mayores, con sistemas inmunológicos comprometidos y mujeres embarazadas, el riesgo es mayor.
Los signos y síntomas graves pueden incluir deshidratación (es decir, menos orina, boca seca, mareos y debilidad), sangre en el vómito o las heces, diarrea y, en ocasiones, ciertos síntomas neurológicos como debilidad, visión borrosa y sensación en el cuerpo como hormigueo o entumecimiento. Si estos últimos síntomas duran más de 72 horas, debe buscarse atención médica.
Primero, recuperar el líquido perdido
Cuando se sufre una intoxicación alimentaria, lo último que uno quiere hacer es comer o beber algo. Pero lo principal es reponer los líquidos y los electrolitos perdidos y tratar la deshidratación. Por tanto, deben beberse muchos líquidos. Si el cuerpo no los tolera bien, es importante dárselos en pequeñas cantidades, especialmente agua, y si es fría mejor. Ayudarán a tratar la deshidratación alimentos o preparaciones naturales como:
- Agua de coco: siempre y cuando no tenga azúcar añadido, el agua de coco puede ser una buena forma de beber más de lo que lo haríamos normalmente. Pero no es más saludable que el agua normal.
- Limonada alcalina: ayuda a reponer los líquidos y electrolitos desde la aparición de los primeros síntomas. En este enlace se explica cómo se prepara.
- Agua de zanahoria: como la limonada, es efectiva para recuperar líquidos y electrolitos, los minerales necesarios para que se mantenga el equilibrio de agua del cuerpo. En este enlace se explica cómo se prepara.
- Caldo de arroz: también llamado “agua de arroz”, hidrata y calma la inflamación en el estómago y los intestinos. Son excelentes para la hidratación y pueden ser una excelente base para agregar hierbas naturales como jengibre, hinojo o menta, con propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a calmar el estómago y ayudar con la digestión. Aquí tienes la receta.
- Té de jengibre: se ha demostrado que esta bebida tiene capacidad para calmar el estómago. En una investigación se ha demostrado que el jengibre puede ser un tratamiento eficaz para las náuseas y los vómitos. Otros tés de hierbabuena o manzanilla también pueden calmar el estómago, reducir la inflamación, controlar las náuseas e hidratarlo. La receta aquí.
Los líquidos claros pueden tomarse a sorbos cada 10 minutos más o menos dentro de las primeras 24 horas. Esto permitirá reponer, hidratar y ayudar a que el estómago se recupere. Es importante beber a sorbos, no tragar. Por el contrario, debe evitarse el consumo de bebidas azucaradas (zumos y refrescos) o con cafeína.
Los cuatro alimentos que más ayudarán
Cuando el cuerpo ya ha empezado a tolerar los líquidos es un buen momento para empezar a ingerir pequeñas cantidades de alimentos suaves y bajos en grasa. Lo mejor es dejar de comer hasta que hayan terminado la diarrea y los vómitos porque es importante dejar descansar al estómago. Lo más recomendable es empezar con alimentos suaves, bajos en grasa y en fibra (la grasa es difícil de digerir para el estómago).
- Arroz: cuando ya se toleran bien los líquidos, puede ser un buen momento para introducir ya los carbohidratos. El arroz hervido puede ayudarnos.
- Plátanos: tienen un alto contenido de potasio y pueden ayudar a reemplazar los nutrientes que el cuerpo ha perdido debido a la diarrea o los vómitos. La pectina, un almidón presente en los plátanos, ayuda al tracto digestivo y con la absorción de agua y electrolitos.
- Puré de manzana o manzana al horno: la manzana posee propiedades astringentes que ayudan a cortar la diarrea y a dar al organismo el tránsito intestinal normal. Como el plátano, la manzana también contiene pectina.
- Yogur: permite recuperar las bacterias beneficiosas del estómago. También contiene proteínas que ayudan a estabilizar el azúcar en la sangre. El kéfir o una bebida láctea fermentada también contienen probióticos. Si se sufre intolerancia a la lactosa, un yogur no lácteo funcionará.
Deben evitarse las comidas picantes, el alcohol y el café hasta unas 48 horas después de que hayan desaparecido los síntomas y los productos lácteos durante tres días después de que desaparezcan los síntomas.
No es recomendable tampoco el consumo de alimentos con un alto contenido de azúcar ni grasas. La fibra, aunque ayuda a la digestión, también aumenta la frecuencia de las deposiciones, por tanto, no se recomienda cuando se trata de una intoxicación alimentaria.
Las comidas, al menos al principio, deben ser frecuentes pero de poco volumen. La reincorporación de los alimentos será progresiva, en función de los síntomas y de la tolerancia que cada persona tenga frente a ellos.
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