Eulalia nos escribe el siguiente correo: “me gustaría que aclaráseis si el café verde, como el que se vende en cápsulas en los supermercados, tiene algún efecto para adelgazar, tal como se asegura en su publicidad”.
¿Qué es el café verde?
Para responder primero hay que explicar qué es el café verde. Este consiste en la comercialización de los granos de café, o de un extracto de los mismos, sin el previo tueste que se le suele dar al café tal y como solemos tomarlo. El tueste del café se hace por varios motivos. Uno es la concentración de la cafeína al evaporar el agua del grano, y el otro es la eliminación del ácido clorogénico, responsable del color verde.
Este compuesto puede resultar tóxico cuando se ingiere en grandes cantidades, por ejemplo si estuviera presente en las dosis de cafeína que solemos tomarnos cada día. No obstante, tiene, o se le suponen, algunas propiedades interesantes cuando se ingiere en cantidades limitadas. Es por ello que se ha venido comercializando desde hace años como un suplemento tanto dietético como medicinal, en especial desde que el controvertido cardiólogo turco-estadounidense Mehmet Öz lo recomendara en 2012.
¿Qué propiedades se le suponen?
Se sabe que el café verde, merced al ácido clorogénico, provoca bajadas de glucosa en sangre así como paralelamente una aceleración de metabolismo, que se sumaría a la que ya provoca la cafeína. Además, se le atribuye la capacidad vasodilatadora, es decir de ensanchar arterias y venas, como lo que reduciría la presión arterial.
En base a estas propiedades se le supone al café verde, administrado en las dosis adecuadas, capacidades adelgazantes, así como reductoras de la presión arterial. Por tanto se recomienda en individuos hipertensos así como en los obesos. También se recomienda para diabéticos y enfermos de Alzheimer.
¿Qué se sabe sobre su eficacia?
La Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, perteneciente a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, clasifica los remedios naturales en función de su evidencia científica con los siguientes niveles: Eficaz, Probablemente Eficaz, Posiblemente Eficaz, Posiblemente Ineficaz, Probablemente Ineficaz, Ineficaz, e Insuficiente Evidencia para Hacer una Determinación.
Para la misma, el café verde merece la clasificación “Insuficiente Evidencia para Hacer una Determinación” tanto para la hipertensión como para el tratamiento de la obesidad. En ambos casos hay estudios preliminares limitados, según el National Institute of Health (NIH). En el caso de la diabetes o el mal de Alzheimer, no se han llevado a cabo ensayos.
En el caso de la pérdida de peso, aunque investigaciones preliminares sugieren que la ingesta de extracto de café verde al día durante de ocho a doce semanas puede suponer la pérdida de entre dos y casi cuatro kilos de peso, una revisión deja claro que los resultados son poco concluyentes.
En el caso de la presión arterial alta, la investigación preliminar y limitada (realizada en Japón) sugiere que la ingesta de extractos de café verde que contiene 50 a 140 mg de ácidos de clorogénico por día durante 4 a 12 semanas puede disminuir la presión arterial en adultos con presión arterial alta leve y no tratada. La presión arterial sistólica (la cantidad más alta) parece reducirse en un 5 a 10 mmHg. La presión arterial diastólica (la cantidad más baja) parece reducirse en un 3 a 7 mmHg.
Contraindicaciones
El consumo de café verde se considera seguro en individuos sanos y en dosis limitadas, pero tiene algunas excepciones y contraindicaciones. La primera se refiere a las mujeres embarazadas, pues tanto la cafeína como el ácido clorogénico pasan al feto. Ya explicamos en este artículo por qué las embarazadas deben evitar el café.
Tampoco las personas hipertensas que estén en tratamiento deben tomar café verde, ni en extractos encapsulados ni en infusiones de grano entero o molido, ya que el efecto hipotensor del ácido clorogénico puede interferir con el tratamiento que el médico les haya asignado. Si se toma, debe ser bajo supervisión profesional.
Y lo mismo sucede en el caso de personas diabéticas que se estén tratando, puesto que la bajada de azúcar en sangre que les provoca el café verde puede provocarles una severa hipoglucemia e interferir con el tratamiento que sigan. Adicionalmente, los efectos diuréticos y anticoagulantes del ácido clorogénico pueden hacer sangrar úlceras ya existentes o bien estresar el riñón de personas con problemas nefríticos.
Para terminar, no se recomienda el café verde a personas que estén haciendo dietas estrictas basadas en la supresión de la ingesta de hidratos de carbono, ya que corren el riesgo de inducirse una hipoglucemia y la consecuente cetosis, con cansancio crónico y mal aliento.
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