Ocho claves para evitar estresarte durante unas vacaciones en familia
La sola imagen nos aterra: todos cargados de maletas, cada uno gritando, protestando o incluso llorando para hacer valer su propio interés. Y nosotros en el centro de la escena, tratando de satisfacer a todos, intentando que este grupo de seres queridos llamado familia rebose felicidad. El problema es que para conseguirlo muchas veces -por no decir casi siempre- tenemos que esforzarnos tanto que al final el estrés nos desborda y renunciamos a nuestra propia felicidad.
Aunque en esta época deseamos más que nada en el mundo que lleguen las vacaciones, no estamos seguros de si no sería mejor encontrar una excusa para enviarlos a todos ellos a algún sitio y seguir trabajando. Pero la realidad es que no es necesario llegar a estos extremos y sí es posible que nosotros también seamos felices durante las vacaciones; solo tenemos que aportar un poco de planificación y atender a las siguientes ocho claves.
1. Si hay niños pequeños, olvídate de las vacaciones culturales
En serio, la cultura es más necesaria que nunca en los tiempos que vivimos, pero todo en la vida tiene que llegar a su tiempo. Para los más pequeños -supongamos que menores de diez años- una visita de cuatro horas a un museo, por muy interesante que sea, constituye una tortura. Se sentirán encerrados, se cansarán de estar de pie y comenzarán a protestar. Y claro, tu te estresarás por partida doble: por los gritos de los niños y por las miradas de los demás visitantes. Si quieres cultura en tus vacaciones, haz escapadas de fin de semana con tu pareja el resto del año.
2. Evita las ciudades
Nueva York, Londres, Berlin, Amsterdam y tantas otras maravillosas capitales que deseas visitar, pueden convertirse en una amarga experiencia si vais en familia. Las ciudades en verano se hace duras por el calor y el asfalto y los paseos no son ciertamente agradables bajo un sol de justicia. Además, suelen estar vacías de residentes, que también se van de vacaciones, por lo que adquieren un cierto regusto deprimente que incide sobre el ánimo de todos.
3. Elige espacios abiertos
El campo, la playa, el monte, etc. El verano es para estar al aire libre; nuestros hijos lo necesitan más que nada y descubriremos que nosotros también. Si escogemos un destino con espacios abiertos para que todos corran, hagan actividades al aire libre y tengan al final del día su dosis de cansancio y naturaleza, los ánimos de toda la familia estarán mucho más templados y apenas surgirán conflictos.
4. Busca un sitio donde haya agua siempre cerca
Playa, río, embalse o piscina; no importa mientras estén rebosantes de agua fresca y permitan actividades acuáticas, desde las más inocentes -como construir castillos en la arena- a las deportivas para los más mayores. Si hay agua hay juego, actividad, alegría y por supuesto agradecimiento. Eso sí, o bien te turnas con tu pareja para vigilar a los niños o confías en monitores que se encarguen de ello.
5. Piensa también en ti
No te olvides de que tu también eres un miembro de la familia y por tanto busca un destino donde tú tengas cosas interesantes que hacer; cosas que te permitan desconectar de los problemas del resto de año y te ayuden a descansar y reponer fuerzas para afrontar la nueva temporada que se avecina. Puede ser tener un spa cerca donde desentumecer los músculos y dejar escapar las tensiones, o un campo de golf donde hacer que las horas se deslicen suavemente sobre la hierba al tiempo que tu perfeccionas tu swing.
6. Deja que se ocupen de vosotros
Puede que los apartamentos permitan una mayor intimidad y además salgan bien de precio cuando sois muchos, pero si realmente lo quieres llamar vacaciones, lo mejor es buscar a alguien que se ocupe de las cosas que el resto del año hacéis tu pareja y tú; es decir las tareas domésticas. Ir de vacaciones con la familia para luego estar todo el día preparando bocadillos, lavando sábanas, secando toallas... ¿Son eso vacaciones para ti o para ellos?
7. Planea actividades donde todos podáis disfrutar
Las vacaciones también tienen que hacer que estrechemos los lazos intrafamiliares, que nos sintamos más unidos. De lo contrario surgirán tensiones que culminarán con momentos de enfado, discusiones y lágrimas. Lo más acertado es que el destino escogido nos permita hacer actividades conjuntas para toda la familia donde compartamos la felicidad comunal y surjan los sentimientos y sensaciones positivas.
8. Busca un destino que reúna las anteriores condiciones
Playa, piscina, espacio al aire libre, deporte, relax, que cuiden de ti, spa, golf, actividades y muchas cosas más en un solo lugar es la opción ideal y perfecta para unas vacaciones felices para todos y sin ningún estrés para ti. Por ejemplo, en el complejo Iberostar Royal Andalus -en Chiclana de la Frontera, Cádiz- podrás encontrar estas condiciones y disfrutar de unos días inolvidables que borrarán para siempre de tu mente la imagen de unas vacaciones en familia como una nube de conflictos domésticos a punto de estallar.
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