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Cuatro remedios naturales para aliviar el dolor menstrual o dismenorrea

Dismenorrea

Cristian Vázquez

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En los días previos o durante la menstruación, muchas mujeres sufren dolores relacionados con ese proceso. Esos episodios dolorosos se conocen con el nombre de dismenorrea. Por lo general, la zona más afectada es la parte inferior del abdomen.

Muchas veces el dolor se extiende a la región lumbar, los muslos y el resto de las piernas. A menudo es acompañado por otros síntomas, como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, sudoración profusa e incluso desmayos. También suelen producirse alteraciones del estado de ánimo, que dan lugar a estados de ansiedad o mal humor.

De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la dismenorrea afecta a entre el 30% y 50% de las mujeres, sobre todo hasta los 25 años de edad. Se hace menos frecuente a medida que la mujer cumple años o después de haber tenido hijos. Padecer de dismenorrea suele ser hereditario.

¿Por qué la regla duele?

Durante el período menstrual, unas sustancias similares a hormonas llamadas prostaglandinas generan contracciones musculares en el útero. Esas contracciones ayudan a expulsar el revestimiento que se había formado como “preparación” para un posible embarazo.

Y son esas contracciones, también, las responsables de buena parte de los dolores durante la regla. Así lo explica un artículo de la Clínica Mayo, de Estados Unidos, que añade que “los niveles más altos de prostaglandinas se relacionan con calambres menstruales más intensos”.

Pero es importante tener en cuenta que existe una dismenorrea primaria y una secundaria, como lo explica el prestigioso Manual Merck. La primaria -la que se registra en la mayoría de los casos- es un problema benigno, que como se ha señalado suele desaparecer con el correr del tiempo.

La dismenorrea secundaria, en cambio, es aquella en la que interviene alguna enfermedad o anomalía pelviana. La más común es la endometriosis, aunque también puede deberse a fibroides uterinos, enfermedad inflamatoria pélvica, síndrome del ovario poliquístico o alguna otra dolencia.

Qué hacer cuando los dolores son muy intensos

Los dolores en ocasiones son tan intensos que interfieren en la vida cotidiana, a punto tal de dificultar o impedir las actividades laborales, académicas o sociales. Cuando eso sucede, conviene acudir a la consulta del ginecólogo para detectar o descartar la posible existencia de un problema de fondo.

En cualquier caso, los dolores -derivados de una dismenorrea primaria o a una secundaria- resultan muy molestos, y es posible tomar diversas medidas para combatirlos.

Una muy simple consiste en recurrir a algún analgésico común, como el ibuprofeno. Pero también existen algunos “remedios naturales”, que ayudan a aliviar los dolores o a hacer más improbable su aparición. A continuación, un listado de cinco de los más recomendados.

1. Aplicar calor

Este es uno de los trucos más típicos y conocidos: aplicar calor en la zona del abdomen con una bolsa de agua caliente, un cojín de semillas (muy práctico porque se puede calentar en el microondas), compresas o cualquier otro artículo que proporcione alta temperatura.

Lo que no es tan conocido es la base científica de este método. El dolor menstrual -así como la cistitis y otros cólicos- se relaciona con un descenso temporal en el flujo sanguíneo o, en otros casos, con la distensión de ciertos órganos. Esto afecta los tejidos y “activa los receptores del dolor”, llamados P2X3.

Cuando se aplican unos 40ºC sobre la piel en el área donde duele, se activan ciertos receptores de calor, conocidos como TRPV1. Estos receptores, a su vez, “bloquean el efecto de los mensajeros químicos que hacen que el cuerpo detecte el dolor”.

De ese modo lo explicó Brian King, científico del University College de Londres, responsable del hallazgo de cómo funciona a nivel molecular esta “terapia casera”. Lo malo, según el propio experto, es que el alivio obtenido de esta forma solo dura alrededor de una hora. No obstante, es un recurso que no se debe desestimar.

2. Infusiones

Muchas infusiones tienen propiedades que la ciencia ha confirmado en las últimas décadas, algunas de las cuales son muy útiles en relación con los dolores menstruales. Por ejemplo, existen infusiones que mejoran la circulación sanguínea, como el jengibre, la menta, la cola de caballo, el diente de león, la corteza de sauce y el romero. Esa mejor circulación en general contribuye con el alivio de los calambres menstruales, además de lograr otros efectos, como combatir la sensación de frío.

Otras hierbas tienen propiedades relajantes, y pueden reducir el estrés, lograr un sueño más saludable y, en un última instancia, lograr un bienestar que reduzca los dolores menstruales. Entre ellas se encuentran las infusiones de manzanilla, tila y valeriana, así como el té de Ashwagandha, muy consumido entre los practicantes del hinduismo.

Y también se recomiendan infusiones con capacidades anticoagulantes y antiinflamatorias, como la de canela, de anís estrellado e incluso de especias como el perejil y el orégano.

3. Hacer actividad física

Esta propuesta puede sonar extraña, porque ante los dolores y otros síntomas de la dismenorrea, lo que muchas mujeres menos desean -o menos se sienten capaces de hacer- es ejercicio físico. Pero en realidad no se trata de realizar actividad física mientras se sufren esos dolores, sino de efectuarlos de forma regular, es decir, incorporarlos a la vida cotidiana.

Científicos de la Universidad de Sídney Occidental, en Australia, se propusieron determinar la validez de esta propuesta, cuyas evidencias “no estaban claras”, según los especialistas.

Las conclusiones del metaanálisis, publicado en 2019, aseguran que “el ejercicio, realizado en sesiones de 45-60 minutos, tres o más veces por semana, puede proporcionar una reducción clínicamente significativa en la intensidad del dolor menstrual”.

El texto señala, además, que esos resultados se obtienen “independientemente de la intensidad” de los ejercicios. Por lo tanto, a los beneficios ya conocidos de la actividad física, las mujeres que padecen de dismenorrea pueden añadir también esta ventaja.

4. Consumo de hierro y otros minerales

También la alimentación influye en la presencia y la intensidad del malestar vinculado con la regla. Pero en este caso no tanto en relación con los dolores concretos de la dismenorrea sino con el síndrome premenstrual, que suele acompañar a esos dolores e incluye algunos otros síntomas.

Entre los efectos propios de este síndrome se incluyen dolor de cabeza, entreñimiento, sensación de hinchazón o de tener gases, intolerancia al ruido y las luces, torpeza, etc. Todos estos factores, por supuesto, también perjudican la calidad de vida y pueden incrementar la sensación de dolor de los cólicos menstruales.

Un estudio de la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, publicado en 2013, confirmó que nutrientes como hierro, potasio y zinc son útiles para prevenir el síndrome premenstrual. El año pasado, un artículo de científicos canadienses ratificó estos hallazgos.

Por lo tanto, una dieta rica en carne, pescado, legumbres, vegetales de hoja verde, plátano, aguacate, frutos secos y queso, entre otros alimentos ricos en esos minerales, también puede contribuir a reducir los dolores y otros síntomas negativos causados por la regla. Lee Estos son los alimentos con más hierro asimilable (no son espinacas ni lentejas).

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