Solemos pensar que una mirada dice más que mil palabras o que los ojos son la ventana del alma, que esta se ve a través de los ojos. Independientemente de que creamos que esto sea cierto o no, lo que sí es verdad es que los ojos pueden mostrar muchas veces información sobre el estado de nuestro cuerpo. Porque son también un reflejo de nuestro estado de salud y bienestar.
Un examen completo de la vista con el oftalmólogo o el optometrista puede descubrir pistas sobre el estado del cuerpo. Pero una mirada externa también revela información interesante. En función del color, del estado de las pupilas o la hinchazón de los párpados, podemos tener acceso a ciertos mensajes que el cuerpo nos está enviando.
Qué dicen los ojos de nuestra salud
A través de los ojos no solo podemos ver que hay problemas como miopía, cataratas o degeneración macular. También nos pueden enviar señales de que existe un problema hepático, tiroideo, diabetes o incluso signos de alarma de un trastorno cardiovascular.
Enfermedades o afecciones más habituales cuya sintomatología incluyen los ojos
Ojo enrojecido
Conocido también con el nombre técnico esclerótica, se refiere a cuando la parte blanca del ojo aparece enrojecida. Esto puede suceder por varios motivos, como sequedad, exposición a luces muy fuertes o golpes en el globo ocular. Otra afección que puede relacionarse con este problema es la conjuntivitis o a la alergia.
Ojos saltones
La orbitopatía tiroidea, una enfermedad de origen inmunológico, afecta el funcionamiento de la glándula tiroides. Suele manifestarse con un aumento de volumen de los músculos extraoculares provocando proptosis (ojos saltones).
En la mayoría de los casos este problema va asociado a un hipertiroidismo, aunque también puede ocurrir en pacientes con hipotiroidismo. Ocurre cuando ciertas moléculas presentes en la glándula tiroides y en la órbita reaccionan contra la glándula y contra los tejidos orbitarios, inflamándolos, aclara la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).
Lagrimeo continuo
Motivo frecuente de consulta al oftalmólogo, el lagrimeo constante puede provocado por varios motivos. Por un lado, por un problema relacionado con la superficie ocular, como una inflamación, una alergia o sufrir lo que se llama ojo seco. También puede ser provocado por la obstrucción de la vía lagrimal, cuya solución suele ser la cirugía.
Temblor del párpado
Los tics incontrolables del párpado, o mioquimia palpebral, es un trastorno benigno que acostumbra a deberse a contracciones involuntarias de los músculos palpebrales. Suelen durar minutos, días o semanas, y las causas suelen asociarse al estrés y al cansancio.
Manchas rojas
Denominadas hemorragias subconjuntivales, estas manchas suele asustar por su aspecto, aunque no se trata de algo grave. Se produce porque se producen roturas de algunos vasos o capilares que hay en la conjuntiva del ojo, por tanto, una pequeña cantidad de sangre se queda entre la conjuntiva esclerótica y la zona bulbar del ojo.
Esto puede ser señal de varios factores, como fuerte estornudos, ataques de tos o frotamiento enérgico de los ojos, es decir, cualquier acción que ejerza una fuerte presión sanguínea sobre los vasos. También puede estar provocado por otros motivos menos habituales como hipertensión o diabetes.
Anillo blanco alrededor de la córnea
Esta afección, llamada arco corneal, se expresa con una línea en forma de anillo blanco, parcial o completo, que aparece en la periferia del iris (la parte que da color al ojo).
Cuando se presente antes de los 40 años, puede ser un signo de colesterol alto, por tanto, debe ser examinado para descartar la hipercolesterinemia como causa. También puede ser un signo de envejecimiento.
Mancha o protuberancia amarillenta
Hablamos de pingüécula y pterigión, crecimientos en la conjuntiva del ojo. La primera es un crecimiento amarillento que puede contener depósitos de proteína, grasas y calcio.
El pterigión es un crecimiento de tejido carnoso que puede empezar como una pingüécula y puede llegar a ser tan grandes como para cubrir parte de la córnea. Ambas están causadas por una combinación de exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol, el viento o el polvo.
Párpado superior caído
También llamado ptosis palpebral suele aparecer por una disfunción del músculo elevador debido a causas degenerativas o congénitas. Pueden aparecer por varias causas, en función del origen.
Las más comunes son por el envejecimiento de los tejidos tendinosos palpebrales, por la presencia de un quiste o tumor en el párpado, por una anomalía en el estímulo nervioso del músculo elevador o por alteraciones musculares, según apunta la Sociedad Española de Cirugía Plástica Ocular y Orbitaria (SECPOO).
El blanco amarillo
Cuando el blanco de los ojos aparecen amarillentos, y la piel también, puede ser signo de ictericia, un síntoma asociado a alteraciones hepáticas como la hepatitis y motivo de visita al médico.
Esto ocurre cuando incrementa la concentración de bilirrubina en la sangre, un pigmento que se encuentra en la bilis y que, cuando no se desecha bien por el hígado, se acumula en el cuerpo y provoca ictericia.
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