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SALUD MENTAL

Despedirse a la vista de todos: cómo las pantallas han cambiado nuestra forma de experimentar el duelo

Ilustración de Riki Blanco

Juanjo Villalba

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Hace algunos días, la pareja de una persona que conozco murió en circunstancias traumáticas y lamentables. La noticia me llegó, como siempre que ocurre algo así, a través de otros conocidos y amigos, mediante mensajes directos o llamadas aunque, en este caso, las redes sociales también jugaron un papel muy importante.

Hace ya tiempo que las redes sociales son un elemento fundamental en nuestras vidas, un espacio más. A través de ellas buscamos pareja o decidimos a qué partido vamos a votar en las próximas elecciones, también expresamos nuestros sentimientos habitualmente, y el duelo por la muerte de una persona querida no es ajeno a esta tendencia. No obstante, esta nueva forma de expresar nuestro dolor todavía puede causar cierta sorpresa e incluso incomprensión, como si fuera una forma de banalizar el sentimiento, como si le restara valor.

En el caso del que hablaba, la persona que sufrió la pérdida, que siempre ha sido muy activa en redes, comenzó a postear cada día fotos y vídeos de su pareja fallecida. Se les veía juntas o no, riendo, bailando, en definitiva, viviendo. Las imágenes iban acompañadas de textos en los que expresaba su amor por ella, la extrañeza y el dolor por su partida. Presenciar al otro lado del algoritmo esas muestras de cariño era desgarrador.

Para mí y para otras personas con las que lo comenté, aquella manera de expresar el duelo por un fallecimiento resultaba nueva, extraña e incluso incómoda. Mirar ese 'contenido' te hacía sentir un poco intruso, un tonto que había abierto la puerta que no debía y había visto por error algo íntimo, privado, las entrañas abiertas de aquella persona que durante aquellos días se sentía rota e incapaz de seguir adelante sola.

Despedirnos es uno de los momentos más importantes de los inicios del duelo (...) una forma de hacerlo puede ser a través de las redes sociales, que se han hecho un hueco enorme en nuestras vidas

Adela Martínez terapeuta especializada en duelo y pérdidas

Estaba seguro de que había algo erróneo en mi reacción y pensé que quizá simplemente estaba frente a una nueva forma de tratar de superar una muerte horrible. Así que para averiguar un poco más sobre la gestión del duelo en tiempos de vida extremadamente online, me puse en contacto con Adela Martínez, terapeuta especializada en duelos y pérdidas.

Un duelo inevitable

“El duelo es algo personal e intransferible y cada uno lo vive de la manera que necesita vivirlo”, dice Adela. “Todos los tipos de duelo son válidos y debemos aprender a no juzgar a nadie sobre lo que hace tras la pérdida de un ser querido. No hay reglas estándar”.

Todos los duelos, se expresen como se expresen, constan de las mismas fases, según explica la terapeuta. De acuerdo con la metodología de la psiquiatra y escritora suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross, una de las mayores expertas mundiales en la gestión emocional de la muerte y la enfermedad, el duelo consta de cinco fases. La primera es la de negación, a la que que inmediatamente sigue una fase de ira. Posteriormente llega la fase de negociación, en la que las personas fantasean con la idea de que se hubiera podido revertir o evitar el hecho de la muerte. Después viene la etapa de la depresión, llena de tristeza profunda y sensación de vacío. Finalmente, la aceptación, en la que aprendemos a convivir con nuestro dolor en un mundo en el que el ser querido ya no está.

Durante todas estas fases, pero especialmente en las primeras, es cuando la persona se 'despide' de su ser querido. Un proceso que es extremadamente importante y en el que en los últimos tiempos, las redes sociales están cobrando una gran importancia. “Despedirnos es uno de los momentos más importantes de los inicios del duelo, pero en ocasiones no desarrollamos una buena fase de despedida porque, o bien en ese momento no nos encontramos capacitados para hacerlo, o bien nuestros familiares no nos dejan hacer la despedida que nos gustaría”, sostiene Adela. “Una forma de despedirnos puede ser a través de las redes sociales. Hay que tener en cuenta que las redes sociales se han hecho un hueco enorme en nuestras vidas, están muy presentes en ellas y pueden ser una vía más para decir adiós”.

La visión de Adela se ha visto respaldada recientemente por el estudio La mediación del luto mediante las TIC en un proceso de cáncer juvenil: estudio de caso de la cuenta de Instagram @la.falguera, en el que su autor, Ignasi Seró, que lo escribió como trabajo de fin de carrera del grado de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), analiza cómo las redes sociales están erigiéndose en un vehículo más para visibilizar y dar normalidad a la enfermedad y a la muerte especialmente entre las generaciones de nativos digitales.

Tradicionalmente las personas han optado por tener un duelo más íntimo e introspectivo, despedirse de manera más personal. Pero cada vez hay más personas que necesitan expresar hacia fuera esa despedida

Adela Martínez terapeuta especializada en duelo y pérdidas

“Hoy en día es tan importante lo presencial como lo virtual”, explica el autor del estudio en un comunicado de la universidad. “Puedes compartir quedando a tomar un café o escribiendo por Instagram. Existe ese territorio mixto de vivencia. Sobre todo para quienes ya han nacido a partir de mediados de los 90, lo virtual es un elemento más de relación con el mundo. Y las redes pueden servir, además de para compartir estados de felicidad, para visibilizar la enfermedad, generar una comunidad al respecto y a la vez transmitir una visión particular sobre la enfermedad, cómo afrontarla y cómo vivirla”, indica Seró.

Nuevos ritos

No obstante, es normal que todavía no estemos acostumbrados a esta forma de superar la muerte. Adela Martínez explica que tradicionalmente las personas han optado por tener un duelo más íntimo, más introspectivo, despedirse de manera más personal. Pero sin embargo, hoy en día cada vez hay más personas que necesitan expresar hacia fuera esa despedida. Y eso no tiene nada que ver con el exhibicionismo emocional, responde a una necesidad propia de esas personas para avanzar y evolucionar en su proceso de duelo. “Es muy importante que no juzguemos el duelo de nadie”, dice la terapeuta, “hay personas que necesitarán tener un duelo más privado, escribir una carta, celebrar una ceremonia religiosa, civil, una cena con sus amigos… Y otras personas necesitarán ese contacto a través de las redes sociales”.

Para la experta, colgar Stories del ser amado fallecido no deja de ser un rito de despedida similar a un funeral solo que celebrado de acuerdo a unas nuevas reglas. “Lo que puede resultar una incomodidad para unos, puede ser un desahogo emocional para otros”, explica. “Debemos verlo desde los ojos de la compasión, desde los ojos del amor, juzgando y entendiendo esa publicación en las redes sociales como algo necesario para esa persona. Tenemos que ser muy tolerantes con la manera en la que cada uno de nosotros necesitamos vivir su duelo”.

Colgar Stories del ser amado fallecido no deja de ser un rito de despedida similar a un funeral solo que celebrado de acuerdo a unas nuevas reglas

Una vía para combatir la tanatofobia imperante en nuestra sociedad

Según explica en el mismo informe de la UOC Belén Jiménez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de esta universidad e investigadora del grupo de investigación Care and Preparedness in the Network Society, CareNet (cuidados y preparación en la sociedad conectada), plataformas como Facebook o Instagram están “mediando” las experiencias relacionadas con el duelo y la pérdida, al menos, de dos maneras: “Por un lado, están 'expandiendo' estas experiencias de forma temporal, espacial y social. Las redes permiten ahora compartir información de forma inmediata, asíncrona y con personas que no forman parte de nuestro círculo social cercano. Y, por otro lado, están instaurando nuevas formas de experimentar estas experiencias de duelo y pérdida, como en el caso de las cuentas conmemorativas en Facebook, que abren nuevos espacios de 'intimidad pública' y contribuyen a difuminar la línea entre lo público y lo privado”.

Por tanto, las redes sociales están permitiendo que experiencias muy íntimas “no queden secuestradas en la esfera privada e invitan a compartir nuestros sentimientos y emociones más íntimos con extraños y, con ello, a dar más visibilidad a experiencias que quizá antes podían estar ocultas. Hablar de la muerte y del morir, del dolor en general, no es algo muy acorde con la cultura de la felicidad en la que nos encontramos”, afirma la profesora.

En este sentido, estas publicaciones estarían ayudando indirectamente a combatir la tanatofobia reinante en sociedades como la nuestra. “Es responsabilidad de todos que las nuevas generaciones interioricen el concepto de la muerte como parte de la vida y que lo asuman con total naturalidad. Algo que no es sencillo debido a nuestra tradición católica, en la que la muerte siempre ha sido tabú”, concluye la terapeuta Adela Martínez. “El dolor es totalmente obligatorio, necesario, es una emoción primaria, pero el sufrimiento se puede evitar o acortar si normalizamos la muerte y el duelo y no intentamos esconderlo”.

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