Si no ves este contenido puede deberse a la carga en tu dispositivo móvil. Haz clic aquí para recargar la página.
Hace poco más de una década, los responsables de la editorial Laurence King Publishing, con sede en Londres, se pusieron en contacto con la ilustradora escocesa Johanna Basford: habían descubierto su trabajo en internet y le ofrecieron publicar un libro para colorear destinado a niños.
Era algo que sonaba natural, pues dibujar y colorear son actividades típicamente asociadas con la infancia. Todos los niños y niñas lo hacen, hasta que en determinado momento abandonan esas prácticas, en la mayoría de los casos para siempre.
Sin embargo, Basford explicó a los editores que quería que su libro fuera para adultos. Mucha gente le expresaba que disfrutaría de colorear sus dibujos y por eso a ella le pareció una buena idea. Los editores al principio se resistieron, pero al final aceptaron y la apuesta salió bien: el libro, titulado ‘El jardín secreto’, se convirtió en un fenómeno de ventas.
Desde entonces se han publicado innumerables libros y revistas para colorear destinados a adultos. ¿Cuál es la clave de su éxito? Una de las principales es que, para muchas personas, esta actividad funciona como "desintoxicación digital”: un recurso para mantenerse lejos de dispositivos electrónicos.
Pero en los últimos años diversas investigaciones han hallado -o confirmado- varios otros beneficios de seguir dibujando y coloreando cuando somos adultos. Cinco de los más importantes se enumeran a continuación.
1. Es una forma de hacer “gimnasia mental”
Dibujar y pintar son tareas que promueven la concentración y funcionan como ‘neurobic’ o gimnasia mental. “La autoexpresión visual ayuda a la atención y mejora la salud y el bienestar”, asegura un estudio realizado por científicos de Estados Unidos, quienes escanearon el cerebro de varias personas mientras dibujaban y coloreaban.
Según la investigación, publicada en 2017, esas tareas “activaron la corteza prefrontal medial”, un área del cerebro implicada en las alertas y el control emocional. En palabras de los autores del trabajo, la activación de esa área “indica posibles aplicaciones clínicas de la percepción de recompensas a través de la creación artística”.
Más aún, el texto destaca que las personas que participaron en el experimento (once hombres y quince mujeres, ocho artistas y 16 no artistas) sintieron que, a través del dibujo y la pintura, mejoraba su capacidad de resolver problemas y de tener buenas ideas.
2. Reduce el estrés y la ansiedad
Al igual que muchas otras tareas creativas y de ocio -como leer, escribir, ver películas, escuchar música, bailar o pasear- el dibujo ayuda a relajarse y disminuir los índices de estrés y ansiedad. Y aunque pueda parecer una afirmación casi de sentido común, también existen evidencias científicas al respecto.
Los participantes de una investigación publicada en 2016 expresaron que las sesiones de dibujo y pintura les resultaron “relajantes y agradables” y les permitieron “liberarse de restricciones”. Destacaron que se trató de un proceso en el cual pudieron “fluir y perderse en la tarea” para alcanzar sus objetivos.
Pero el estudio no contempló solo resultados subjetivos: también analizó muestras de saliva de los participantes y comprobó -tras la tarea de dibujar y pintar- una reducción significativa de los niveles de cortisol, la “hormona del estrés”. Es decir, no se trató de meras sensaciones, sino que los efectos de dibujar se manifestaron también a nivel fisiológico.
Además, dibujar y pintar no solo reduce el estrés sino que también ayuda a sobrellevarlo mejor. Un estudio realizado en Alemania destacó que dibujar y pintar modifica el cerebro de manera tal que promueve la “resiliencia psicológica” en la edad adulta. Esto es, la capacidad de adaptarse y de resistir el estrés. Por eso, el texto apunta que “las artes visuales representan un poderoso recurso para el bienestar físico y mental”.
3. Potencia la creatividad
En ese mismo estudio, las personas que participaron de la experiencia contaron que dibujar y pintar generó en ellos un “deseo de hacer arte en el futuro”. De algún modo, el hecho de ponerse a dibujar representa un estímulo para continuar dibujando -y creando- más tarde.
Los trabajos relacionados con la influencia del dibujo y las creaciones visuales en la creatividad vienen ya desde hace varios años. Sobre todo, los enfocados en adultos mayores y en la importancia que puede tener una actividad creativa cuando se retiran y pasan a tener mucho tiempo libre.
Dibujar, pintar y realizar otras actividades artísticas tiene “poderosos efectos positivos”, con grandes beneficios para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, en particular las relacionadas con el deterioro neurológico, según un estudio publicado en Estados Unidos.
4. Promueve el bienestar emocional
La tarea de dibujar y sobre todo colorear figuras ayuda a desconectar de las preocupaciones de la vida cotidiana y a evitar las rumiaciones y los pensamientos intrusivos. En este sentido, estas actividades pueden tener resultados terapéuticos, pues no solo reducen el estrés sino que contribuyen con un bienestar general.
Así lo explican los expertos en “arteterapia”, una disciplina que -al estilo de la musicoterapia o la fotografía terapéutica- utiliza recursos creativos para procurar el bienestar emocional de la persona.
De hecho, hay estudios que han analizado la actividad de colorear mandalas, unos dibujos que tienen diversos significados para religiones como el budismo y el hinduismo y que se han popularizado mucho en los últimos tiempos.
Los experimentos sostienen no solo que pintar figuras es una tarea que reduce el estrés y la ansiedad, sino que colorear mandalas -más allá del aspecto religioso de la cuestión- hace que esa disminución sea “significativamente mayor” que si se pinta un diseño a cuadros o un papel en blanco.
5. Es un modo de mantenerse lejos de las pantallas
Como ya se ha mencionado, para algunas personas todo o casi todo el tiempo de ocio está vinculado a pantallas: televisión, ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, etc. Eso puede tener algunas consecuencias negativas, desde una posible adicción a las redes sociales hasta las dificultades para dormir por causa de esos dispositivos.
Existe, de hecho, casi como un trastorno, el “miedo a perderse algo”, más conocido como síndrome FOMO (siglas en inglés de ‘fear of missing out’). A menudo se promueve lo contrario: no sentir miedo sino disfrutar (‘joy’) de esa desconexión -la ya citada “desintoxicación digital”- y por eso se habla de JOMO.
Dibujar, pintar y realizar otras actividades puede ser una herramienta para entretenerse sin estar “pegado” a una pantalla. Por eso, además de los beneficios ya señalados en los puntos anteriores, estas actividades pueden ayudar a descansar y dormir mejor y también a dejar atrás sensaciones desagradables, como la angustia por no recibir respuestas rápidas a los mensajes de WhatsApp y otras aplicaciones.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines