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¿Qué dice mi lengua de mi salud?

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La lengua, un pequeño órgano muscular, nos permite realizar, casi sin darnos cuenta, numerosas actividades cotidianas como hablar, saborear infinidad de sabores y masticar los alimentos. Pero también tiene un papel importante en nuestra salud general. Porque la lengua es como un mapa de carreteras de nuestra salud, una especie de espejo de lo que le está sucediendo a nuestro cuerpo. 

Su apariencia nos ofrece información bastante fiable de aspectos como la circulación sanguínea, la hidratación, la digestión o los niveles de energía. En pocas palabras, nuestra lengua puede señalar factores subyacentes sobre nuestra salud. Por tanto, y aunque no solemos hacerlo, es importante detenernos a observarla para apreciar cambios.

Infecciones, problemas digestivos o estrés pueden dejar marcas en la lengua. A continuación, te ayudamos a descubrir lo que dice tu lengua y cuándo deberíamos consultar con un médico.

¿Cómo es una lengua normal y sana?

Aunque no existen dos lenguas iguales, sí podemos hablar de la imagen de cómo es una lengua sana: tiene un color rosado, que puede variar de tono más oscuro o más claro, con algunos pequeños nódulos en la parte superior e inferior.

Estos son denominados papilas (en total tenemos más de 10.000 papilas gustativas), pequeñas protuberancias carnosas que le dan a la parte superior de la lengua una textura áspera y que nos permiten distinguir entre distintos sabores (dulce, ácido, salado o amargo). Pero está libre de grietas, manchas, úlceras o marcas.

Cómo está mi lengua y qué significa

Como los dientes y las encías, tal como explicábamos en este artículo, también la lengua puede sufrir cambios en su apariencia que pueden ayudarnos a deducir algunos rasgos de nuestra salud:

  • Lengua con una capa blanquecina: es uno de los problemas más comunes que suele estar provocado por una acumulación de células en la superficie. Suele ser un problema de higiene bucal, más que un problema de salud, por lo que frotar la lengua con un cepillo de dientes suave puede ser la solución. 
  • Lengua blanquecina o pálida: es uno de los problemas más comunes de la lengua. Algunas de las causas son inofensivas, mientras que otras necesitan medicación y una atención especial. Una lengua blanca puede ser, por ejemplo, el resultado de una infección por hongos, como la candidiasis oral dolorosa. Otra posible causa es la leucoplasia, una afección que provoca la formación de placas blancas, a menudo como resultado de fumar.
  • Lengua lisa y enrojecida: podría ser una señal de deficiencia de vitaminas, sobre todo de vitamina B12 o hierro, sin las cuales la lengua no tiene una apariencia brillante y saludable. También puede estar causada por problemas como inflamación, infección o una infección cardíaca subyacente. En el primer caso, una alimentación rica en vitamina B12 nos ayudará a solucionar el problema.
  • Lengua hinchada: si toda la lengua está hinchada puede ser un signo de alergia a un alimento o algún medicamento. 
  • Lengua vellosa y negra: también conocida como lengua pilosa, se trata de un problema provocado por la acumulación de células muertas en las papilas de la lengua. Según el Centro de Información sobre Enfermedades Raras y Genéticas, una acumulación de queratina puede hacer que la lengua se vuelva negra. Algunas causas que apunta son una mala higiene bucal, la ingesta de algunos medicamentos, el tabaco o la radioterapia.
  •  Úlceras: en la mayoría de los casos las úlceras en la lengua son el resultado de un trauma en la lengua por una mordedura y normalmente desaparecen por sí solas. Si no lo hacen, el dentista puede recomendar un gel con esteroides o un enjuague bucal. Si los síntomas persisten tras algunas semanas es mejor consultar con un médico para que determine si hay algún problema mayor, como cáncer de lengua. 

Hábitos sanos para cuidar de nuestra lengua

Es importante vigilar nuestra lengua y tomar las medidas necesarias para mantener nuestra salud bucal bajo control. Podemos mantener la lengua más sana si introducimos a nuestros hábitos de higiene bucales un limpiador o raspador lingual, diseñado de manera específica para la lengua. 

Este instrumento nos permite eliminar los restos acumulados en el dorso lingual si se emplea de forma correcta. La técnica, como se explica en este vídeo, consiste en raspar, varias veces, la lengua de manera suave con movimientos desde adentro hacia afuera. Es importante enjuagar el raspador después de cada pasada.

También es importante:

  • Evitar el consumo de azúcar: a las bacterias “malas” les gusta alimentarse de alimentos azucarados que, a su vez, pueden dañar el esmalte de sus dientes. 
  • Dejar de fumar: el tabaco provoca manchas en los dientes, enfermedad de las encías y, en los casos más graves, cáncer de boca. 
  • Seguir una alimentación equilibrada: una alimentación rica en vitaminas y nutrientes que incluya agua, fibra, vitaminas A, C, K, B2, proteínas y calcio y agua.

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