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La coincidencia de los dolores de espalda y abdomen es relativamente infrecuente, pero cuando se da suele ser síntoma de problemas en las vísceras interiores que corresponden a la zona, generalmente por inflamación de alguna de ellas o varias, de modo que presionan sobre los tejidos nerviosos.
Se trata de síntomas que en ocasiones pueden hablarnos de simples trastornos, pero en otras pueden ponernos en alerta sobre causas más graves, incluso que requieren intervenciones de urgencia.
A continuación te relatamos las principales causas que provocan dolor de espalda y abdomen a la vez.
1. Estreñimiento
El estreñimiento, por la retención de las heces que comporta, puede ser causa de dolores intestinales agudos que pueden traspasarse a la parte baja de la espalda. El motivo son los gases que generan dichas heces al ser fermentadas por la flora intestinal.
Los gases, que no pueden salir en forma de flatulencia por el tapón que provocan las heces obturadas e inmóviles en el intestino, ejercen presión sobre las paredes y generan dolor.
La causa de estreñimiento suele ser una dieta pobre en fibra, alteraciones de la flora intestinal por haber tomado antibióticos durante un largo periodo o bien se puede generar este trastorno durante una época de estrés considerable.
También suele ser un efecto adverso de no pocos medicamentos, algunos tan populares como el Enanthyum. No obstante, el estreñimiento puede estar hablándonos de causas más graves, como el cáncer colorrectal, sobre todo cuando se alterna con sangre en heces, pérdida de peso y periodos de diarrea, etc.
2. Cálculos renales
La presencia de piedras o cálculos de oxalato cálcico en el riñón, que impiden o dificultan el tránsito de la orina e inflaman este órgano, suele casi siempre reflejarse en dolores de la espalda baja que se pueden presentar también en el abdomen.
En este caso el dolor suele ser en el costado que se corresponde con el riñón afectado, si bien a veces se presenta en ambos. Por otro lado se trata de un dolor muy agudo, en ocasiones incapacitante, que baja hasta la ingle. Es lo que se conoce como cólico nefrítico.
Frente a un cólico nefrítico debe buscarse atención sanitaria urgente, pues el dolor puede llegar a ser insoportable y se precisa de medicación para eliminar las piedras, y en ocasiones incluso de cirugía.
3. Infecciones renales
Suelen ser infecciones del aparato renal y urinario debido a bacterias que han viajado desde el tracto urinario bajo al alto y provocan irritación en los riñones, causando un dolor muy similar al que provoca el cólico nefrítico. Requieren asistencia médica para que personal sanitario autorizado nos recete el antibiótico adecuado.
4. Pancreatitis
Una eventual inflamación del páncreas puede ser causa de dolores que se irradian tanto a la espalda como el abdomen, aunque en este caso el dolor se da preferentemente en la boca del estómago y la parte alta de la espalda, detrás de los omoplatos.
La pancreatitis , que se considera un trastorno grave y que por tanto debe ser tratado inmediatamente, suele darse cuando hay un consumo excesivo de alcohol, pero también es consecuencia de enfermedades autoinmunes o fibrosis quística. Se acompaña el dolor de náuseas, heces flotantes, perdida de peso, etc.
5. Presencia de cálculos biliares
Llamada coleocistitis, la inflamación de la vesícula biliar suele deberse a piedras en este órgano, que dificultan su funcionamiento e irradian dolor tanto a la espalda como al abdomen alto. El malestar abdominal se acompaña de náuseas, vómitos, fiebre y distensión abdominal.
6. Enfermedades intestinales inflamatorias
Trastornos como el colon irritable o la enfermedad de Crohn, que provocan frecuentes trastornos e inflamaciones intestinales, pueden provocar dolores tanto en el vientre bajo como en la zona lumbar de la espalda.
El dolor puede estar presente en la mitad de las personas con enfermedad intestinal inflamatoria y esta revisión de estudios sugiere que la relajación, el cambio cognitivo y las adaptaciones en la dieta ayudan a aliviarlo.
7. Embarazo
Las llamadas neuralgias intercostales son muy frecuentes en los primeros tres meses del embarazo debido a que el crecimiento del útero presiona las paredes, comprime los nervios zonales e irradia dolor en 360º.
Al final del embarazo, también las contracciones uterinas que se dan durante las últimas semanas son responsables de dolores de abdomen y espalda.
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