SUEÑO
Dormir en la misma cama o separados: ¿qué es mejor para el descanso?
Aunque no existen datos sobre España, en el mundo anglosajón dormir en camas separadas se aborda con menos dramatismo, comprendiendo que no tiene por qué implicar una crisis de pareja, sino una apuesta por la comodidad y el descanso. Una encuesta realizada en Estados Unidos reveló que aunque más del 60% de los participantes dormía en la misma cama que su pareja, estos apenas se tocaban durante la noche; y una de cada cuatro parejas sí afirmó dormir en camas separadas. La encuesta también recogió que un 10% de las parejas duermen incluso en habitaciones diferentes (algo que no siempre posibilitan las condiciones socioeconómicas).
También otro estudio en Canadá descubrió que el 35% de las parejas de ese país duermen en camas separadas y afirman hacerlo por motivos de mejora del descanso. En el plano médico, en nuestro país, el reputado especialista del sueño Eduard Estevill recomienda el dormir en camas separadas como fórmula para dormir mejor.
No obstante, son muchas las parejas que prefieren dormir juntas a pesar de las incomodidades de espacio, posturales o de ruido debido a que les compensa emocionalmente. Incluso a pesar de que, como asegura el doctor Estevill, compartir colchón afecta a la fase de sueño profundo.
Las ventajas de dormir en soledad
Eduard Estevill asegura que la mejor alternativa es o habitaciones separadas o camas separadas, y para ello enumera las siguientes ventajas.
La primera es que los movimientos corporales, ronquidos u otros sonidos emitidos por una persona pueden dificultar que la otra concilie el sueño o causar que se despierte varias veces durante la noche. De este modo, al dormir separados, de entrada, ponemos distancia con estos sonidos.
Además, al dormir separados no nos vemos afectados si ambos nos acostamos y nos levantamos en horarios diferentes, aunque esto solo es aplicable si dormimos en habitaciones separadas. También la iluminación durante el despertar o al acostarse pueden ser molestas para quien ya duerme, cosa que no pasa en el segundo caso. En esta situación, si uno de los miembros de la pareja quiere leer en la cama, ver la televisión, usar el ordenador portátil, la tablet, el móvil, etc., puede hacerlo sin perjuicio para la otra persona.
Otra ventaja de dormir en habitaciones separadas es que podemos tener el control de la temperatura de nuestra habitación mediante la regulación del radiador o del aire acondicionado (si tenemos uno individual) o ventilador. A este respecto hay que tener en cuenta que cada persona tiene una temperatura basal distinta y esta hace que reaccione de forma diferente ante las fuentes de calor o frío, por lo que aquello que para una persona es agradable para su pareja puede resultar molesto.
Cabe destacar, tal como hace Estevill, que cada persona tiene una corpulencia y estructura ósea diferente, por lo que puede precisar de colchones de dureza distinta. En una sola cama esto es muy difícil de conseguir, incluso cuando la cama es ancha y no hay problemas de espacio. Por ello este especialista en el sueño recomienda que “si dos personas quieren dormir juntas, lo hagan en colchones distintos, adaptados cada uno a sus necesidades, y unidos en el mismo somier”.
Una investigación de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, estimó que los movimientos corporales de una persona que duerme aumentan hasta en un 50% el riesgo de que quien duerma con ella padezca de algún trastorno del sueño. Hay que tener en cuenta que dichos trastornos perjudican gravemente la salud, con posibles derivadas de irritabilidad, estrés o problemas de memoria, entre otros.
Ventajas de dormir juntos
Pero si bien hay especialistas que avalan las bondades de dormir separados, también hay ciertos estudios que indican que dormir juntos tiene beneficios sobre el sueño profundo y la fase REM, aumentando la calidad de esta y su duración; fundamental para un descanso reparador y, en consecuencia, para una mejor salud.
Así lo indica esta investigación que discute si dormir en pareja realmente favorece el descanso en la fase REM cuando la relación es buena y, sobre todo, cuando ambas personas están de acuerdo en que quieren dormir juntas. La investigación también cree que este hecho podría tener una incidencia positiva en la salud mental de la pareja. Otra investigación del mismo equipo que realizó la primera va más allá y asegura la citada mejora de la calidad y duración de la fase REM en parejas que comparten cama, siempre y cuando su relación sea afectivamente positiva.
Los investigadores creen que la razón podría estar en la sensación inconsciente de seguridad al dormir con otra persona, lo que reduce un hipotético estado de alarma inconsciente en el que nos sumimos cuando dormimos solos. Pero también incluyen una posible mejora en la regulación de la temperatura corporal propia por influencia de la pareja, así como una sincronización del sueño, cosa que lleva a la persona con más dificultades a influenciarse por la que entra con mayor facilidad en sueño profundo.
Y finalmente conviene no descartar el hecho de que cuando dormimos dos personas juntas tenemos que ponernos de acuerdo en los horarios, lo cual hace que nos disciplinemos para no entrar en derivas de acostarnos tarde y levantarnos tarde, perdiendo el contacto con el día, algo bastante frecuente en personas mayores, que son las que más duermen en camas separadas.
¿Qué opción tomar?
La investigadora Wendy Troxel, de la Universidad de Pittsburg en Estados Unidos, analizó en 2010 a un grupo de mujeres y comprobó que las que dormían con su pareja conciliaban el sueño más rápido y se despertaban menos durante la noche que las que dormían solas, siempre que estuvieran contentas con su relación. Pero la propia Troxel señala en un artículo académico: “evaluar posibles trastornos, como los ronquidos, es relevante para identificar importantes fuentes de angustia en la relación”.
“El estigma asociado a la cama conyugal, añade, puede llevar a algunas parejas a compartir cama aun cuando en algunos casos dormir por separado puede ser lo más saludable para la relación y para el sueño de ambas personas”, dice la investigadora en el mismo artículo en el que también recomienda “un diálogo más abierto sobre las disposiciones particulares para dormir”.
En otras palabras, el mayor beneficio siempre se obtendrá si hay acuerdo en la pareja para tomar una u otra opción.
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