Cómo eliminar los trihalometanos del agua del grifo de una manera rápida y sencilla

Ayer publicamos el artículo Trihalometanos: ¿existe el riesgo de cáncer por beber agua del grifo?, en el que nos hacíamos eco de la petición de un lector, alarmado por las noticias sobre la presencia de unos compuestos tóxicos en el agua del grifo, y de la red pública en general, que se relacionan con un aumento del riesgo de sufrir cáncer de vejiga, los ya famosos trihalometanos.

En concreto, la alarma ha surgido por la publicación de un estudio que asegura que el 5% de los cánceres de vejiga se producen por la exposición estos compuestos, sobre todo en el agua de la red pública, lo que incluye el agua del grifo pero también de la ducha, de las piscinas con cloro, etc. A pesar de que los autores del estudio nos aseguraron que los niveles de trihalometanos no son alarmantes y de que ellos solo quisieron recomendar una mejora del tratamiento de las aguas, el miedo se ha extendido.

¿Qué son los trihalometanos?

Los trialometanos se forman al clorar el agua para desinfectarla. Son fruto de una reacción de cloro con la materia orgánica presente en el agua: virus, bacterias y protozoos que mata el cloro, pero también restos de purinas que se puedan infiltrar de granjas, o restos de hojas y materia vegetal, que aunque esté en cantidades ínfimas, crea estos productos. Especialmente cuando se da también la presencia de bromo procedente de sales potásicas, por ejemplo cuando el agua pasa por zonas mineras.

Son unos compuestos volátiles y entre ellos podemos contar al famoso cloroformo que se usa para dormir a gente en las películas de espías. También están el bromodiclorometano, el dibromoclorometano y el bromoformo. Es cierto que son cancerígenos y que la Unión Europea limita su presencia a 100 microgramos por litro (µg/l) como tope de seguridad. También que todos los países de la Unión cumplen, situándose la media en 11,7 µg/l.

España tiene 28 µg/l, pero es el que presenta mayor número de muertes atribuidas por el estudio, casi 1.500, si bien los autores aclaran que se debe a la conjunción con el tabaquismo, el consumo de alcohol y otros factores con mucho más peso que los trihalometanos. Ahora bien, estamos muy por debajo del límite de seguridad y la incidencia real sería de un caso por cada entre 80.000 y 100.000 personas que usen el agua de la red pública durante 70 años, es decir casi toda su vida. La probabilidad es ciertamente baja.

Cómo eliminar los trihalometanos

De todos modos, si queremos curarnos en salud, estamos en nuestro derecho, y por tanto debemos saber que los trihalometanos se pueden eliminar de una forma muy rápida, sencilla y segura: dejando reposar el agua. En lugar de consumir directamente el agua del grifo, podemos verterla en una jarra y dejar allí que se evaporen estos compuestos, que son muy volátiles.

Como también se evaporará el cloro y por tanto el agua dejará de estar protegida, lo mejor es dejar que se evaporen en la nevera [tal como te contamos en Cuánto aguanta una botella con agua del grifo en la nevera]. El motivo es que a 4ºC los microorganismos que eventualmente cayeran al agua sin cloro no proliferan. También puedes dejar el agua de media a una hora en el exterior y luego mantenerla en la nevara.

Finalmente, también puedes utilizar jarras con filtrojarras con filtro, aunque no todas contienen filtros de carbono activo. A este respecto, si utilizas una con este filtro, debes saber que hay que cambiar los filtros con cierta frecuencia puesto que el carbón se satura. Es un método más caro y menos eficiente medioambientalmente, pero si ya la tienes, puede usar esta jarra.

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