Internet siempre ha sido un lugar maravilloso para aprender nuevos oficios. Da igual si quieres plantar hierbabuena ecológica en tu terraza o iniciarte con el ukelele, los tutoriales no escasean. Pero la cosa ha trascendido a materias más complejas: en tiempos de criptomonedas y blockchain, la economía y las finanzas son un filón de contenido para ganar seguidores y 'me gusta', con YouTube y TikTok como plataformas predilectas para su difusión.
Según datos de una encuesta de Forbes Advisor, el 79% de los estadounidenses de las generaciones zeta y millennial han recibido consejo financiero a través de redes sociales. Una práctica que, como señalan fuentes del mismo estudio, encuentra entre sus peligros potenciales lo genérico y superficiales de esos consejos, y la falta de formación específica en materia de quienes los dan.
Para crear estos contenidos y articular sus discursos en busca de la notoriedad, estos supuestos expertos financieros que se promocionan en redes –en su mayoría hombres blancos cisheterosexuales– se basan en una serie de tácticas y códigos comunicativos comunes que desgranamos a continuación:
1. No hay contexto, solo una promesa rápida de éxito
Aunque TikTok está preocupado intentando promocionar los contenidos más largos, lo cierto es que la red lleva tiempo liderando los contenidos audiovisuales cortos. Así, es muy común cruzarse con algún vídeo que en aproximadamente un minuto te da un consejo supuestamente definitivo para mejorar tu salud financiera. Un primer motivo para la sospecha siempre debería ser el contexto de quien nos habla, porque los matices suelen brillar por su ausencia. Este vídeo, por ejemplo, es de una cuenta que se llama @shorty_795 y no podemos saber quién nos está dando este consejo ni qué historia o fundamentación hay detrás del mismo.
Quien habla es Raúl Castañeda, dueño de PREICO Jurídicos, una empresa que combate la usura de las entidades financieras. El fragmento pertenece a una entrevista más larga publicada en Tengo un Plan, un podcast dirigido por Sergio Beguería y Juan Domínguez. Y no es casual que nos crucemos con un fragmento: los promotores del podcast premian al vídeo corto publicado en Youtube Shorts que tenga más visitas con 300€. De esa forma obligan a cientos de seguidores a trabajar gratis con la aspiración de conseguir 300€ y a la vez alimentan los algoritmos de distintas plataformas con fragmentos cortos que potencialmente podrían viralizarse.
2. Destacar la opulencia, ignorar lo estructural
En Tengo un plan no vas a encontrar contenidos titulados: “Cómo enfrentarte a la precariedad laboral cuando el paro juvenil ronda el 30% en tu país” o “¿Qué hago si me ofrecen unas condiciones laborales penosas que no son acordes a mi formación?”. Por el contrario, el canal de YouTube es una oda al 'éxito empresarial' con muchas historias de hombres hechos a sí mismos que empezaron con nada y ahora son ricos. “Cómo gestionar 27 empleados con 21 años”, “De familia humilde a +2.000 empleados en 6 años”, “Pregunté a un Millonario el Método para ganar 1.000.000€”, “Cómo ganar +10.000€ al mes con 17 años” sí son títulos reales de sus contenidos y la lista de similares es interminable.
La cuenta @youtubermillonario –que paradójicamente solo parecer estar disponible en TikTok y no en YouTube– la lleva Derek Chamizo. Tiene 19 años, vive en Barcelona y se dedica profesionalmente a la “automatización de YouTube”. Ha concedido ya numerosas entrevistas en la plataforma de vídeo y en diferentes cuentas que hablan de emprendimiento, éxito, dinero, etc. En su cuenta de TikTok hay un amplio muestrario de contenidos donde destacar la opulencia e ignorar los problemas estructurales de la sociedad son la norma. Y además se abre paso a otra de las tácticas habituales de estos contenidos: el rechazo a la formación.
3. Despreciar los estudios universitarios si quieres emprender
“Si quieres ser rico no puedes ir a la Universidad. Estás estudiando una materia de economía o de administración de empresas y te lo está contando alguien que no ha montado una empresa en su vida. Ahí te das cuenta del mundo en el que vivimos que no tiene sentido el sistema educativo”. Esto mismo dice Derek Chamizo. Pero no es el único, el rastro de contenidos antiuniversitarios es bastante extenso y en casi todos los casos el mensaje es el mismo: ir a la universidad es una pérdida de tiempo si quieres hacerte rico.
En casi todos los casos el mensaje es el mismo: ir a la universidad es una pérdida de tiempo si quieres hacerte rico
“Actualmente tengo 17 años, acabo de terminar bachillerato, gano decenas de miles de euros y no voy a ir a la universidad. Sinceramente, en mi situación, es una pérdida de tiempo”, dice Toni, el responsable de la cuenta de YouTube Dollar Dorado (555 mil suscriptores). “Entré en la UOC, hice el primer año, hice el segundo… hasta que me di cuenta de que todo lo que estaba aprendiendo en la universidad no me estaba sirviendo en mi día a día”, lo declara Adrián Lucena en el canal de Dimitris Business (1.700 suscriptores) en un vídeo titulado “Dejó los estudios y ahora es millonario”. “Si estudias una carrera de negocios, te están estafando. Mira si no los coches de tus profesores. Son del 2004”, dice Dan Fuentes (297 mil suscriptores), un youtuber especializado en “negocios, inversiones, criptomonedas y crecimiento”.
No son de extrañar esta fascinación y este discurso cuando algunos de sus ídolos globales ya han declarado alguna vez cosas parecidas: Elon Musk llegó a decir “No necesitas ir a la universidad para aprender cosas”. Paradójicamente, Musk tiene títulos universitarios en física y economía.
4. Hablar frente a un micro y espectacularizar tu discurso
El fenómeno de los podcasts falsos para ganar credibilidad, que en España han analizado los periodistas Analía Plaza y Jordi Pérez Colomé, está en auge. Se trata de vídeos de gente que simulan estar en un podcast y se dotan de legitimidad simplemente por la imagen que proyecta tener un micro delante y mirar hacia otro lado como si hubiera un interlocutor.
Este fue el caso de Javier San Pedro, que en sus redes sociales se presenta como experto en marketing y director de De San Pedro Media, que se grabó diciendo una barbaridad machista para demostrar que la viralidad se puede conseguir pero que puede tener consecuencias negativas. San Pedro dirige un podcast real pero reconoce que esta fórmula es mejor: “Para que un contenido corto funcione bien tiene que ser muy concreto y tener estructura. Y eso es difícil de sacar de un contenido extenso, pero fácil si lo creas específicamente”.
Comparten el discurso antiformación de ídolos como Elon Musk, aunque paradójicamente este tiene títulos universitarios en física y economía
Formalmente hablando hay más técnicas además de dotarse de autoridad por hablar frente a un micro y en la mayoría de canales de YouTube o cuentas de TikTok encontramos patrones similares: la imagen en miniatura muestra la cara de la persona que realiza las declaraciones y generalmente un texto sobreimpreso en un diseño que destaca parte de lo que se dice.
Suele haber otros elementos gráficos que dramatizan aún más el mensaje. El vídeo también sigue una serie de patrones: casi todos usan unos pseudosubtítulos a los que, en muchas ocasiones, se les añaden emojis. Suelen usar canciones que están de moda que inciden en una lectura emocional del mensaje. Y, por último, el título siempre es puro clickbait: una promesa constante de acceder a un conocimiento valioso y transformador.
5. Da consejos sobre 'cómo ser un hombre exitoso'
Este es Bruno Sanders, responsable de un canal sobre “emprendimiento online” que en este vídeo reconoce que “el 90% de sus seguidores son hombres”. Más tarde reconoce haber tenido como cliente a Álvaro Reyes, el conocido “gurú de la seducción” que varias organizaciones contra la violencia de género han denunciado públicamente por su machismo. Sanders también habla mostrando neutralidad sobre Andrew Tate, un influencer misógino que fue arrestado en Rumania y que se enfrenta a cargos por violación y tráfico de personas. Y en otros vídeos su discurso sobre las relaciones y las mujeres se alinea con las proclamas también misóginas de los incels (los autodenominados célibes involuntarios).
Otros de los contenidos que tiene Sanders en su canal son: “La dura realidad de ser hombre en 2023” o “¿Te conviene tener pareja siendo emprendedor?”. Y no es el único. Volviendo al podcast Tengo un plan, algunos son los contenidos que asocian éxito empresarial a otras habilidades al machoman 2.0: “¿Por qué no te atreves a hablar con mujeres?”, “¿Cómo superar una ruptura de amor y ser tu mejor versión?”. También se preocupan de hablar del éxito. En Dollar Dorado hay contenidos tales como “Cómo cumplir tus sueños en 3 pasos” o “El estilo de vida millonario que quieres tener”.
Convertirse en millonario es una aspiración legítima. ¿Quién no quiere dejar de preocuparse por pagar las facturas, la inflación y dedicarse a beber mojitos en un Lamborghini en Dubai? El problema es cuánto de real hay en la mayoría de estos contenidos. Muchos parecen alzarse sobre una promesa de éxito que con mucha probabilidad nunca llegue. Y no es la primera vez que la policía termina desarticulando estafas piramidales que prometían libertad financiera a los adolescentes, a quienes se dirigen estos contenidos principalmente. Porque algunos de estos canales ofrecen sus conocimientos con cursos de pago. Y es ahí donde el olor a Brummel 2.0 da paso al pantano del hedor eterno donde lo que parece haber es una especulación inmoral y mucho marketing vacío.