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Legañas en los ojos: por qué salen y cuándo pueden indicar un problema

Legañas

Marta Chavarrías

25 de julio de 2023 22:31 h

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Los ojos están bañados de forma permanente en una película lagrimal que los ayuda a mantenerse hidratados. Esta película se compone de una capa aceitosa en la parte superior para evitar que las lágrimas se evaporen demasiado rápido.

Las legañas y su función protectora

Parpadeamos de 10 a 20 veces por minuto. Cuando lo hacemos, los ojos reciben esta humedad y se elimina el exceso de líquido lacrimal, que se convierte en legañas en el sistema de drenaje de lágrimas de los ojos. Por tanto, el parpadeo elimina las legañas antes de que se formen. Pero cuando dormimos, no parpadeamos y esta mucosidad se acumula en la esquina del ojo, en la zona del lagrimal, en forma de secreción o legañas.

Las legañas no tienen un aspecto muy agradable; son el resultado de la combinación de mucosidad, grasa, células de la piel y otros desechos que se acumulan en el ojo mientras dormimos. Su aspecto puede ser húmedo y pegajoso o seco y similar a una costra, en función de cuánto líquido se haya evaporado. 

Pero la secreción de los ojos es una función normal de la película lagrimal y un componente necesario para una buena salud ocular.  En condiciones habituales, por tanto, tiene una función protectora ya que elimina los productos de desecho de la película lagrimal y la superficie frontal de los ojos.

Principales trastornos oculares que explican la presencia de legañas

Despertarse por la mañana con legañas en los ojos es normal. Pero, en ocasiones, puede ser un signo de otros problemas. Según la Academia Americana de Oftalmología (AAO), hay algunos tipos de secreción ocular que indican una afección más grave. Por ejemplo, si se vuelve amarilla o verde, es posible que haya infección; si los ojos producen más sustancia de lo normal, puede ser signo de problemas en los ojos; y si la presencia de legañas se produce durante el día, mientras estamos despiertos, a menudo puede ser un signo de algo más grave.

El sistema inmunológico puede provocar una producción extra de mucosidad en respuesta a productos irritantes, como una forma natural de tratar de deshacerse de algo que le está molestando. Los problemas más comunes asociados con la presencia de legañas en los ojos suelen ser:

  • Conjuntivitis: esta afección, una de las más comunes, consiste en una inflamación de la conjuntiva, una membrana mucosa fina y transparente que cubre la superficie del ojo y que le da un color rosado o rojizo. Según la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), la conjuntivitis vírica, además de molestias como ardor, lagrimeo y sensibilidad a la luz, suele presentar también secreción en forma de legañas, sobre todo al despertar. En la conjuntivitis bacteriana, estas legañas son más abundantes y espesas y adquieren un color amarillo-verdoso, de aspecto similar al pus. En algunos casos, incluso pueden ser tan abundantes que podríamos despertarnos con los ojos prácticamente pegados por legañas.
  • Conducto lagrimal obstruido: cada globo ocular tiene una glándula lagrimal. Los conductos lagrimales están situados entre el puente de la nariz y la esquina interna del ojo y, si se bloquean, pueden provocar visión borrosa, lagrimeo excesivo y legañas. Se trata de un problema especialmente común en los bebés y suele resolverse por sí solo con el paso del tiempo. En este caso, es recomendable colocar un paño húmedo tibio y masajear suavemente sobre el interior del ojo inferior, en el conducto lagrimal.
  • Sequedad ocular: se trata de una enfermedad que ha ido en aumento desde la pandemia quizás agravada por el uso de dispositivos electrónicos, ciertos medicamentos como diuréticos o antihistamínicos, excesiva calefacción o aire acondicionado o deficiencia de vitamina A, entre otras causas. A grandes rasgos, se caracteriza por la sensación de tener arenilla en los ojos, visión borrosa que mejora con el parpadeo y escamas en los párpados y secreción excesiva, es decir, presencia de legañas.
  • Blefaritis: esta inflamación o infección de los párpados afecta normalmente al borde palpebral, a la base de las pestañas o las glándulas de Meibomio, las glándulas secretoras de aceite que se encuentran en los párpados. Los síntomas más comunes suelen ser enrojecimiento de los bordes del párpado, hinchazón palpebral, pesadez de párpados, picor, sensación de arenilla y legañas en las pestañas. Esto ocurre cuando proliferan bacterias ajenas a nuestra flora bacteriana en la base de las pestañas. La higiene diaria de los párpados es clave para prevenir la blefaritis.
  • Orzuelos: se trata de otra infección en las glándulas sebáceas del párpado que aparece sobre todo en la parte externa del ojo y son similares a un grano. Suelen manifestarse con hinchazón, lagrimeo, sensación de tener algo en el ojo, sensibilidad a la luz y legañas. 
  • Infecciones oculares por lentes de contacto: la queratitis es la infección más común por el uso de este tipo de lentes. Ocurre cuando la córnea se infecta y se manifiesta sobre todo con visión borrosa, enrojecimiento del ojo, dolor, sensibilidad a la luz, lagrimeo o secreción. 

Cómo podemos eliminar las legañas

La mayoría de los casos de secreción ocular no requieren tratamiento, ya que cierto nivel de legañas es normal. Aunque la mayoría de las veces, y fruto de un acto inconsciente, solemos frotarnos los ojos para quitar estas legañas. Sin embargo, lo más recomendable es usar una toalla empapada con agua tibia y limpiar los ojos con ella cada mañana.

De esta manera, además de eliminarlas bien, evitaremos tener que frotarnos los ojos, una forma de transmitirles bacterias. Esto es especialmente importante en el caso de la conjuntivitis, que es muy contagiosa. Así, si frotamos primero un ojo y después el otro, lo más probable es que estemos esparciendo la infección.

Para tratar con eficacia los casos como los descritos, antes debe identificarse la causa subyacente y consultar con el oftalmólogo para evaluar qué es lo que está causando la secreción ocular anormal, sobre todo en el caso de que las legañas sean verdes o amarillas, provoquen dolor, haya hinchazón en los párpados, sensibilidad a la luz o visión borrosa.

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