Masturbación en solitario: no es señal de que algo vaya mal en la pareja
Para algunas personas, el hecho de que su pareja se masturbe puede ser difícil de entender. Su descubrimiento puede resultar incluso un episodio traumático, que lo llena de preguntas: ¿Por qué lo hace? ¿Es que ya no se siente deseo por mí? ¿No tiene “suficiente” conmigo?¿Lo hace pensando en alguien más? Esas y otras preguntas acuden a la mente y la duda puede ser el germen para inseguridades y problemas.
Sin embargo, la masturbación no es señal de que algo vaya mal en la pareja. De hecho, muchísimas personas que están en pareja -y tienen relaciones sanas y son felices- practican esta forma de placer solitario. ¿A qué se debe? O, planteado en otros términos: “¿Para qué? ¿Cuál es el motivo por el cual te masturbas?”. Esa es “una pregunta importante”, asegura la psicóloga María Martínez, especialista en terapia sexual y terapia de pareja.
La respuesta que se presenta como más evidente es que quien se masturba lo hace para obtener un placer inmediato. Pero no es la única. A menudo, explica Martínez, sobre todo los hombres, lo hacen para desestresarse, para descargar tensiones“. Además, al tener sexo con alguien hay que tener en cuenta a la otra persona, y puede ser que, en un momento dado, alguien desee obtener placer sexual sin tener que preocuparse por lo que le apetezca al otro. ”La masturbación es un deseo que piensa en uno mismo: busco mi propia satisfacción, conecto conmigo mismo“, define la especialista. Y aclara, por si fuera necesario: ”No hay en ello nada de negativo“.
Beneficios de la masturbación para la pareja
Sin embargo, hay una razón de mayor importancia, por la cual la masturbación individual aunque se tenga pareja puede ser incluso saludable. Lo que sucede en muchos casos, sobre todo en las parejas que llevan juntas un tiempo relativamente prolongado, es que las personas “tienen diferentes niveles de deseo”, apunta Martínez.
Y no hay ningún problema en ello: es algo normal. Si la persona que tiene un nivel de deseo superior solo puede satisfacerlo con su pareja, le va a pedir más relaciones sexuales. ¿Qué pasa entonces con esa persona cuyo nivel de deseo es menor? “Se va a sentir forzada, obligada -subraya Martínez-. Incluso a veces muchas personas me dicen: 'Es que me sabe mal, porque a veces la otra persona tiene ganas y yo no'”.
Si la persona que tiene un nivel de deseo superior no se puede masturbar “se limita mucho su libertad”, añade la especialista. “En cambio, si existe esa opción, eso no sucede. Es una salida intermedia: hay veces que tenemos relaciones juntos y hay veces que no”. De esta manera, “tener dos vías para satisfacer ese deseo hace que las dos personas tengan relaciones sexuales cuando realmente les apetezca, y no se sientan obligadas o condicionadas por el deseo del otro”.
Por motivos culturales profundos, la masturbación es una práctica que conserva muchas connotaciones negativas. Sin embargo, “el mero hecho de masturbarse es sano”, enfatiza Carmen Bermejo Romero, psicóloga clínica y sexóloga. Por varios motivos: “Permite conocer el propio cuerpo, ver qué estímulos apetecen y cuáles no, identificar nuestros 'centros de placer', ya que las zonas erógenas no siempre son las mismas en distintas personas -apunta esta experta-. Así, por ejemplo, hay a quienes les encanta que les masajeen la cabeza, y a quienes por el contrario eso les resulta molesto”. Puedes saber más en Nueve beneficios de la masturbación que no implican un orgasmo.
Por otra parte, añade Bermejo, “la respuesta a lo que nos resulta excitante va cambiando con los años, la experiencia y la situación de cada uno: lo que hoy nos apetece, a lo mejor mañana no”. No solo eso: cuando los miembros de una pareja se masturban, indica la sexóloga, “pueden compartir las experiencias que han tenido durante su autoestimulación, de manera que la otra parte disponga de mayor información sobre cómo actuar en su interacción sexual”. Es decir, lejos de ser un problema, las masturbación individual puede contribuir también en este sentido con la salud sexual de la pareja. “Los miembros de una pareja deberían aprender a fijarse cada uno en cómo se autoestimula el otro -recomienda Bermejo-, así como a masturbarse mutuamente”.
Cuándo la masturbación puede ser señal de problemas
Muy distinto es el escenario, por supuesto, si con la masturbación individual disminuye o se sustituye el sexo en pareja. “Hay que ver qué es lo que está pasando para que tú no quieras compartir el sexo con tu pareja”, señala María Martínez, y suma otra pregunta importante: “¿Para qué tienes relaciones sexuales con tu pareja?”. Si la respuesta se limita a la búsqueda del placer físico, pues es hasta normal que con la masturbación tenga suficiente. En cambio, si el sexo va más allá y busca conectar con la otra persona, acercarse a ella, crear y compartir momentos de intimidad, habría que ahondar en la razones por las cuales se está produciendo esta disminución de las relaciones sexuales.
“No pocos pacientes, hombres y mujeres, acuden a consulta cuestionándose si es que la otra persona ya no los quiere o no se siente atraída por él o ella y si por eso prefiere masturbarse a solas, por ejemplo viendo un vídeo”, revela Carmen Bermejo. En general, el descubrimiento de que el otro se masturba a solas unido a una evidente disminución o ausencia de sexo de a dos “conlleva no pocos problemas de autoestima e inseguridades, lo que puede acarrear una crisis de pareja”. Las respuestas a qué es lo que podría estar yendo mal pueden ser, desde luego, muy variadas, pero Bermejo considera que “fundamentalmente habría un problema de comunicación”.
Es decir, que uno de los miembros de la pareja no esté siendo capaz de expresar al otro sus anhelos, cómo se siente a nivel sexual, los cambios que le gustaría incluir en sus relaciones, sus fantasías, etc. La falta de comunicación y, sobre todo, de explicaciones convincentes “abre el camino al peligroso campo de las especulaciones, con todo el sufrimiento emocional e inseguridad que eso conlleva”, remarca la especialista. Por ello, el diálogo es fundamental también en este sentido. Si se percibe que es un problema al que no se le halla solución, la terapia de pareja podría resultar una ayuda eficaz.