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Aunque en un primer momento el uso de guantes de látex en la cocina suele relacionarse con una mayor seguridad alimentaria, en realidad esto podría no ser del todo cierto.
Es más, su uso puede dar una falsa sensación de higiene y puede llevar a descuidar las acciones higiénicas básicas, como el lavado correcto y frecuente de las manos.
Cuatro motivos por los que no usar guantes de látex en la cocina
El uso de guantes no es más higiénico que el lavado de manos. Es más, un uso inadecuado de los guantes puede ser tan poco higiénico como un ineficaz lavado de manos, además de conllevar un mayor riesgo de reacción alérgica en determinados consumidores.
Algunos de los peligros del uso de guantes de látex son:
- Constituyen un foco de contaminación cruzada: es fácil que se transfieran microorganismos entre los distintos alimentos y utensilios de cocina. De ahí que sea recomendable, si se usan guantes, lavarse igualmente cada vez que se cambia de alimento.
- Se forma un ambiente cálido y húmedo en el interior, ideal para la proliferación microbiana.
- Dan una falsa sensación de limpieza: al proteger las manos, quien manipula los alimentos tiene la sensación de que los guantes también lo están (algo que no ocurre tanto con las manos), lo que lleva a tocarlo todo y obviar que hay que lavar o cambiarlos cuando sea necesario.
- Pueden aparecer reacciones anafilácticas en personas sensibles al látex, incluso después de que se haya cocinado el alimento, porque se pueden transferir proteínas de látex a los alimentos. La alergia al látex aparece por hipersensibilidad tipo I o inmediata, mediada por anticuerpos IgE, a las proteínas del látex. El látex actúa como un contaminante cuando sus proteínas contactan con los alimentos, si se manipulan con guantes de este material.
Debe tenerse en cuenta que el látex también presenta reactividad cruzada con algunas frutas como el kiwi, el plátano, el aguacate y la castaña. Por tanto, la manipulación de alimentos con guantes de látex supone la presencia de un alérgeno alimentario oculto.
Tal como recomienda la AECOSAN, el guante de látex no es adecuado para la práctica alimentaria por el riesgo de provocar reacciones alérgicas a los consumidores.
El mayor riesgo de una reacción severa se produce cuando una persona que tiene alergia al látex está en contacto repetido con este material. El contacto puede ser directo, es decir, por tocar o ser tocado por objetos con látex o por inhalar partículas flotando procedentes de objetos como globos.
Como reconoce la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), el contacto también puede ser indirecto, como la ingesta de un alimento que ha sido manipulado por un trabajador con guantes de látex.
La alergia al látex puede dar síntomas cutáneos, como urticaria; respiratorios como asma; y rinoconjuntivales y anafilaxia.
Qué podemos hacer si tenemos que usar guantes
La AECOSAN aconseja usar guantes en la cocina solo cuando sea necesario ya que, como hemos visto, prioriza otras medidas más efectivas como el lavado de manos tantas veces como sea necesario.
La misma agencia recomienda, en el caso de que tengan que usarse guantes por cualquier motivo (proteger la piel de la persona que manipula alimentos, por ejemplo, porque tienen algún corte o herida), tener en cuenta los siguientes consejos:
- Que no sean de látex: hay otros materiales aptos, como el vinilo o nitrilo, ambos homologados para manipular alimentos. Los de nitrilo son similares al látex pero sin riesgo alérgico, es muy elástico y cómodo, con un alto nivel de sensibilidad táctil, son resistentes al roce y aptos para el contacto con aceites y grasas animales. Los de vinilo tampoco generan riesgo de alergia, aunque es preferible usarlos durante poco tiempo debido al riesgo de filtración de plastificantes ftalatos potencialmente peligrosos que absorbe la piel del trabajador y contaminan los alimentos.
- Que sean de colores que no se puedan confundir con ningún alimento (el color azul es uno de los más comunes y más efectivos en este sentido porque no es fácil confundirlo con un alimento): esto permite que, si se rompe o corta un trozo, se pueda distinguir el fragmento en la comida. En los guantes negros, por ejemplo, no se nota la suciedad, por tanto no es recomendable usarlos.
- Antes de usar guantes es importante lavarse y secarse bien las manos, así como retirar los anillos y relojes para que no se rompan.
- Cambiar los guantes cada vez que se cambia de actividad y no exceder de una hora, tanto si se manipulan alimentos crudos como listos para el consumo.
- Los guantes que no sean desechables deben lavarse bien después de usarlos y secar del revés.
También es importante evitar el uso de guantes que contengan polvo porque, si bien suele ser de almidón vegetal, también puede pasar a los alimentos.
En conclusión, y según la AECOSAN, lo más adecuado es no usar guantes en la manipulación de alimentos y lavar las manos tantas veces como sea necesario.
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