¿Por qué algunas personas sufren de flato y otras no?

Flato

Marta Chavarrías

5 de febrero de 2021 22:15 h

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Dolor en el costado y calambre son algunos de los términos que usamos para describir un fiel compañero del ejercicio físico, bien conocido por casi todo el mundo pero poco entendido. ¿Quién no ha tenido que parar de correr porque le duele un costado?

Hablamos del temido flato, sobre todo para los deportistas, pero no solo. ¿Por qué aparece, se puede prevenir? El flato es un dolor abdominal, transitorio y agudo, que suele aparecer después de hacer un esfuerzo, como tras realizar algún tipo de ejercicio físico. 

Cuando lo hace en medio de una carrera o de un partido de fútbol es muy molesto y, en la mayoría de los casos, tenemos que dejar de hacer lo que hacemos. Los síntomas pueden ir desde calambres o un dolor agudo hasta una sensación de tirón.

Por qué aparece el flato

El flato es una de las patologías sobre las que circulan muchas y muy variadas teorías para intentar explicarlo. Se sabe, por ejemplo, que se da sobre todo en aquellos ejercicios que involucran movimientos repetitivos del torso, como correr o montar a caballo. 

Hay varias teorías para explicar el mecanismo del dolor del flato:

  • Isquemia del diafragma (disminución del riego sanguíneo del diafragma).
  • Tensión en los ligamentos viscerales que unen los órganos abdominales al diafragma.
  • Alteraciones gastrointestinales.
  • Calambres de la musculatura abdominal.
  • Irritación del peritoneo parietal: el flato podría deberse a la irritación de la membrana que cubre la pared abdominal y la parte inferior del diafragma.
  • Dolor neurogénico: las malas posturas que pueden alterar la mecánica de las estructuras abdominales responsables del dolor.

De entre todas, la teoría de la tensión entre los ligamentos que unen los órganos abdominales al diafragma gana terreno porque los ejercicios que implican movimientos bruscos hacen que aparezcan tensiones en estos ligamentos.

Aunque no hay una causa concreta que explique la aparición de flato, sí se apuntan varias:

  • Características personales: como la edad. La incidencia es mayor en las personas jóvenes, menores de 20 años (un 77%). En personas mayores de 40 años el porcentaje baja a un 40%.
  • La postura: algunas personas con una mala postura pueden ser más susceptibles al flato.
  • La intensidad del ejercicio: algunas investigaciones sugieren que es más probable que un entrenamiento de mayor intensidad cause flato, aunque no hay consenso sobre este punto. Sí se apuntan a actividades como la natación y el atletismo como más propensas. 
  • La ingesta de alimentos antes de entrenar: comer antes de hacer ejercicio aumenta las probabilidades de sufrir flato. La ingesta de líquidos con carbohidratos también puede aumentar la posibilidad. La teoría de la tensión de los ligamentos que unen el diafragma y el estómago explicaría por qué cuando comemos o bebemos demasiado el flato hace acto de presencia: el estómago pesa más y los movimientos de este aumentan.
  • La falta de calentamiento previo al ejercicio: el frío antes de realizar ejercicio es un factor que aumenta las probabilidades de que aparezca dolor abdominal.

Qué hacer para que no aparezca el flato

Cuando hablamos de evitar el flato, es mejor prevenir que curar. Las estrategias de prevención más efectivas son:

  • Evitar el consumo de grandes cantidades de alimentos y bebidas, al menos dos horas antes del ejercicio, sobre todo compuestos hipertónicos. La ingesta de líquidos hipertónicos puede provocar más flato que las bebidas isotónicas, según publica el British Journal of Sports Medicine.
  • Mejorar la postura de la zona torácica y apoyar los órganos abdominales mejorando la fuerza del núcleo al correr o realizar cualquier otro deporte.
  • Mantener una buena hidratación siempre, antes, durante y después del ejercicio.
  • Calentar antes de practicar los ejercicios.

Las cinco acciones que puedes hacer cuando aparece flato

Si, pese a todo, el flato hace acto de presencia, podemos aliviar los síntomas siguiendo estos consejos:

  • Si estás corriendo, tómate un descanso o reduce la velocidad. 
  • Respira profundamente y exhala de manera lenta.
  • Estira los músculos abdominales extendiendo una mano por encima de la cabeza. Intenta doblar hacia el lado donde sientes la puntada. 
  • Deja de moverte e intenta presionar los dedos en el área afectada mientras doblas el torso un poco hacia adelante.
  • Mantente hidratado mientras haces ejercicio, pero evita las bebidas deportivas azucaradas.

El flato, en la mayoría de los casos, desaparecerá por sí solo en unos minutos o después de dejar de hacer ejercicio. Pero, si no lo hace al cabo de unas horas o de dejar de hacer ejercicio, puede ser el resultado de una afección médica subyacente más grave. 

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