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Muchas personas buscan tener un bronceado para que les de un aspecto atractivo. Pero, a la larga, pueden pagar un precio alto por ello en forma de arrugas, manchas oscuras, piel desgastada, envejecimiento de la piel y un mayor riesgo de cáncer de piel.
El bronceado está causado por la exposición a la radiación ultravioleta del sol que causa daño genético a las células en la capa más externa de la piel. Como resultado de esta exposición, la piel produce más melanina, un pigmento que la oscurece para evitar más lesiones, lo que deriva en un bronceado.
Debe tenerse en cuenta, además, que el daño en la piel empieza ya con el primer bronceado, es decir, cada vez que nos bronceamos, el daño se acumula, creando más mutaciones genéticas y un mayor riesgo.
Es muy importante, por tanto, usar siempre protector solar y, aunque mucha gente piensa que si usa fotoprotector no se pone moreno, hay mucho que desmentir al respecto.
Bronceado y fotoprotector, ¿son incompatibles?
Existe la creencia de que protegernos del sol con un fotoprotector evitará que nos pongamos morenos. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Aunque el protector solar brinda protección contra los dañinos rayos ultravioleta del sol (UV), los rayos UVB (pueden provocar quemaduras solares y daños en la capa más externa de la piel) y los rayos UVA (pueden penetrar más profundamente en la pie y causar daños más graves), aún existe la posibilidad de broncearnos.
El protector solar funciona al absorber o bloquear los rayos UV entrantes. Actúan como un filtro para reducir las posibilidades de daño en la piel, pero no evitan la exposición al 100% de los rayos que capta.
El Instituto #SaludsinBulos, la Asociación de Profesionales de la Farmacia (ASPROFA) y la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) reconocen, en el Decálogo de bulos de fotoprotección, que la idea de que si nos ponemos protección solar no nos ponemos morenos es falsa.
También es falso que haya protectores que bloqueen al 100% de la radiación. Siempre pasa algo de luz que permite el bronceado, incluso con un FPS alto, aunque tarde más. Simplemente con el fotoprotector podemos ponernos morenas y morenos sin necesidad de quemarnos la piel.
Cómo funcionan los fotoprotectores
Esto es así porque el bloqueador del fotoprotector actúa como una pantalla, no un bloqueador. El factor de protección solar (FPS) es la medida de la cantidad de UV que atraviesa la pantalla. Cuanto mayor es el número, menos UV pasa. El número hace referencia a la capacidad de reducción de los efectos de la radiación ultravioleta.
Según la AEDV, el FPS para UVB se obtiene de comparar la dosis mínima de luz necesaria para producir eritema. Para UVA, no hay un método consensuado. Por tanto, según los expertos, el FPS es el número de veces que habría que aumentar el tiempo de exposición para obtener el mismo efecto eritematoso sobre la piel protegida.
También se contemplan otros aspectos como la resistencia al agua, la sustantividad (capacidad para mantener la protección prolongada en condiciones normales), la fotoestabilidad (resistencia a la degradación por la luz) y la cosmética.
Un protector solar SPF 50, por ejemplo, filtra aproximadamente el 98% de los rayos UV, lo que significa que alrededor del 2% de los rayos UV pasan. En comparación, SPF 30 filtra casi el 97% de los rayos UV, lo que significa que pasa el 3,3%. Aunque parezca que la diferencia entre protectores sea pequeña (en este caso un 1,3%), estos porcentajes pueden marcar la diferencia para proteger a las personas sensibles a la luz o que tienen antecedentes de cáncer de piel.
Si una piel sin protección tarda diez minutos en mostrar signos de quemadura, la aplicación correcta de protector solar SPF 30 reduciría la velocidad de la quemadura hasta el punto de que tardaría 30 veces más, o 300 minutos en total.
Por tanto, los protectores solares, diseñados para filtrar los rayos UV y prevenir las quemaduras solares, no evitan la producción de melanina ni bloquean todos los rayos UV, lo que significa que aún podemos broncearnos mientras los usamos.
Cómo usar bien el fotoprotector
La efectividad de los fotoprotectores solares es posible solo si se aplican de la forma correcta:
- Aplicar 15 minutos antes de la exposición solar siempre con la piel seca: con la piel mojada, las gotas funcionan como una lupa, lo que aumenta el riesgo de quemaduras.
- Repetir la aplicación cada dos o cuatro horas
- Aplicar la cantidad suficiente: la cantidad se mide es de 2 ml/cm2 o 2 mg/cm2
- Aplicar capas superpuestas no nos protege más: protege lo indicado, pero no multiplica el índice si aumentamos la dosis
Los fotoprotectores no deben considerarse un procedimiento sin riesgos como excusa para prolongar la exposición solar. Pese a que en ocasiones no se ven los efectos a corto plazo, a la larga pueden producirse carcinomas, melanomas y envejecimiento.
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