Durante los dos últimos meses, seguramente en muchas casas se ha visto mucha más televisión de lo habitual. Así lo demuestran los datos, que reflejan que, en el mes de marzo, se ha batido un nuevo récord de consumo histórico mensual. En total, el consumo se ha situado en 4 horas y 44 minutos diarios por persona, 51 minutos más que el mes de marzo del año anterior. Encabezan la lista las personas mayores de 64 años, con 7 horas y 13 minutos de media frente al televisor.
Películas, series, informativos, deportes, programas de entretenimiento y culturales son algunos de los géneros que más se han visto durante estos días. Y es que la televisión se ha convertido en un entretenimiento barato y accesible en cualquier hogar. Por un lado, nos ayuda a calmar a los niños un rato y, por otro, a los adultos nos permite relajarnos y distraernos. Pero estas cifras nos llevan a reflexionar sobre si el tiempo que pasamos frente al televisor es demasiado y si este exceso nos puede llegar a pasar factura de alguna manera.
Problemas de estar demasiado delante del televisor
Algunas investigaciones sugieren que, por cada hora que pasamos viendo la televisión, nuestra esperanza de vida disminuye 22 minutos, aunque esta merma es reversible. Esto se debe a que, a menudo, estar frente el televisor forma parte de un estilo de vida relativamente poco saludable, caracterizado sobre todo por una insuficiente actividad física y unos malos hábitos alimenticios.
Por tanto, es fácil que este hábito se relacione con problemas como:
- Aumento de peso y obesidad: todas las horas que pasamos frente al televisor son tiempo que permanecemos sentados, sin realizar ningún tipo de ejercicio físico. Por tanto, ver mucho la televisión se ha relacionado con mayor riesgo de obesidad. Por cada dos horas que se pasan viendo la televisión al día, más probabilidad de obesidad, en concreto un 23% más. Pero no solo eso. El aumento de peso, además de reducir considerablemente la actividad física, promueve opciones alimenticias poco saludables, como el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar y grasa y de bebidas azucaradas.
- Mayor riesgo de diabetes 2 y enfermedad cardiovascular: mirar más de dos horas la tele al día está relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardíaca, y hacerlo durante más de tres horas al día aumenta el riesgo de muerte prematura, según una investigación realizada por la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH). Además, el estudio concluye que, por cada dos horas adicionales de televisión al día, el riesgo de diabetes 2, enfermedad cardiovascular y muerte prematura aumenta en un 20%, un 15% y un 13%, respectivamente.
- Mayor dificultad para conciliar el sueño: si estamos pegados al televisor durante muchas horas, es posible que nos cueste más relajarnos, interrumpiendo el sueño. Es aconsejable no poner una televisión en la habitación (ni mirar tampoco en la cama ningún tipo de dispositivo móvil).
- Problemas oculares: ver varias horas la televisión puede causar fatiga visual y dolor de cabeza, síntomas que se acentúan si se hace con la luz apagada. Tampoco es recomendable mirarla muy de cerca: una imagen que miremos por debajo de los seis metros requiere ya un esfuerzo de acomodación constante, insignificante de cuatro a seis metros y asequible de dos a cuatro metros y, por debajo de los dos metros, el esfuerzo ya empieza a ser significativo. A la hora de mirar la tele es importante también que podamos abarcar la imagen de toda la pantalla sin tener que hacer movimientos oculares o de cabeza.
Además de todos estos efectos, debe tenerse en cuenta que mirar la televisión nos quita tiempo para estar con la familia, con los amigos o para realizar actividades físicas.
¿Y los niños?
Que un niño pase mucho tiempo delante del televisor no solo se ha relacionado con efectos sobre la salud física, como una mayor probabilidad de obesidad infantil (un niño que mira mucho la tele se vuelve inactivo y come más de lo deseable). También están más expuestos a la publicidad de alimentos poco saludables que, en última instancia, lo más probable es que se conviertan en su bocadillo preferido.
El exceso de televisión también es responsable de formar patrones de comportamiento y vocabulario en los más pequeños, porque tan importante es la cantidad, como la calidad; no es lo mismo un programa educativo que un programa violento. Otros estudios han relacionado el consumo excesivo de televisión con un comportamiento antisocial en niños y adolescentes cuando llegan a la edad adulta, con rasgos de personalidad agresivos, una mayor tendencia a experimentar emociones negativas y un mayor riesgo de trastorno de personalidad antisocial.
El tiempo de pantalla para niños varía según la edad. Según la Academia de Pediatría estadounidense (AAP), los niños menores de 24 meses no deberían usar ningún tipo de medio digital, excepto las videollamadas ocasionales con familiares y amigos; entre los dos y los cinco años, pueden mirar la tele durante un rato corto al día, no más de una hora, bajo la supervisión de un adulto, nunca solos, priorizando contenidos educativos. Para los expertos, un niño que está en pleno proceso de aprendizaje del habla no se beneficiará de mirar la tele a menos que un adulto lo acompañe e interactúe con él.
Para los niños a partir de cinco años, el tiempo de pantalla, que incluye internet, televisión, móvil, tablet, etc., no debería interferir con su actividad física, los ciclos de sueño y el rendimiento académico. La televisión, en dosis adecuada, no es ningún problema, al contrario, puede ser una buena manera de entretenimiento ocasional. El problema puede estar en los contenidos y en las actividades que está desplazando cuando la miramos. No debe convertirse, ni para adultos ni para niños, en una actividad habitual.
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