La relación entre las mascarillas y el acné: lo que sabemos del 'maskacné'

Seguramente muchos de nosotros hemos notado durante los últimos meses, y especialmente en verano, la aparición de granos irritados en nuestra cara, muchas veces con una punta de pus, muy similares al acné que tuvimos cuando éramos unos adolescentes impúberes. 

Se trata de 'maskacné' y tiene su causa en un uso continuado de las mascarillas protectoras. El maskacné, acné del deportista o acné mecánico, es una variedad de irritación de los poros de la piel debido al roce de las fibras sintéticas de las mascarillas en un ambiente de elevado calor y humedad. 

Si el acné clásico se daba sobre todo entre adolescentes y tenía como causa la acumulación de grasa proveniente del ambiente, o debido a secreciones de origen hormonal en el poro, esta nueva modalidad afecta a todas las edades

De hecho, una carta de investigación publicada en marzo de este año por la revista médica Journal of the American Academy señaló que al menos el 83% de trabajadores sanitarios en Hubei, China, tienen problemas dermatológicos en el rostro derivados del uso de mascarillas durante la pandemia. 

Pero el problema no empezó con esta sino que es común entre el personal sanitario que usa mascarilla e incluso existen guías para la prevención de este tipo de acné. También en deportistas que usan protecciones faciales es común. 

¿A qué se debe el maskacné?

El dermatólogo Yoram Harth explicaba recientemente en un artículo que la causa de este tipo de acné es el empleo de mascarillas hechas con materiales sintéticos, tales como las quirúrgicas desechables. 

Las fibras plásticas de estas mascarillas actúan en primer lugar impidiendo que se libere la humedad de la transpiración y del aliento, con lo que se crea un ambiente muy húmedo sobre la piel que es muy propicio al crecimiento bacteriano y los ácaros. 

Por otro lado, estas fibras ejercen un efecto de presión y roce mecánico sobre la piel húmeda creando pequeñas heridas en el poro que pueden ser infectadas por las bacterias, dando así lugar a medio plazo al aumento de granos purulentos. 

Harth destaca que este problema se da especialmente entre personas que trabajan todo el día con la mascarilla, en ambientes contaminados, por ejemplo de grasas o polución, con alta humedad y que no mantienen una higiene facial correcta. 

¿Se puede evitar el maskacné?

El maskacné se puede evitar siguiendo una serie de consejos dermatológicos pautados por los expertos entre los cuáles se incluyen: 

Dejar de usar mascarillas desechables: incluye también las de neopreno además de las desechables, ya sean quirúrgicas o de autoprotección. Recomienda pasarse al uso de mascarillas de algodón, que estén certificadas por la norma correspondiente, dado que permiten liberar humedad y no agreden a la piel. Varios expertos proponen como alternativa máscaras que incluyen fibras de cobre y plata, dada su acción antimicrobiana. 

Evitar maquillaje: se refiere a la zona en la que debe colocarse la mascarilla. El motivo es que el maquillaje obturará el poro y con la humedad se posibilita el acúmulo de suciedad. 

Evitar las exfoliaciones: la razón es que los peeling y exfoliaciones eliminan la capa muerta de células, facilitando la transpiración y la higiene, pero a su vez debilitan la capa protectora contra la agresión mecánica de las fibras. 

Lavarse la casa con jabones suaves: en lugar de exfoliaciones es mejor que nos lavemos la cara en la zona de la mascarilla con mayor frecuencia para eliminar la suciedad, pero siempre con un jabón neutro y diluido para que su acción no se agresivo sobre la dermobiota, que es la capa de bacterias “amigas” que tenemos sobre la piel y que nos protegen de las que nos crean infecciones. También podemos utilizar toallitas limpiadoras sin jabón. 

Usar cremas hidratantes poco grasas: el uso de cremas hidratantes está recomendado desde el punto de vista de la protección a la erosión de las fibras, pero por otro lado puede añadir materia grasa al poro, que puede ser utilizada por las bacterias para alimentarse. La apuesta debe ser por cremas faciales ligeras, que usaremos con mayor frecuencia. 

Tratar adecuadamente en caso de aparición persistente: la mejor solución es acudir al dermatólogo, que probablemente nos recomendará un tratamiento con peróxido de benzoilo, además de las pautas descritas en los apartados anteriores. 

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