Rosalía y Rauw Alejandro o cómo gestionar los recuerdos de una relación fraguada a la vista de todos
La ruptura de Chenoa y Bisbal marcó España; la de Rauw y Rosalía marcará el mundo. Su relación, fraguada tras los micrófonos y frente a las cámaras de móviles y paparazzis, ha dejado una huella indeleble en los fans. Muchos, todavía tratan de entender cómo es posible que esta historia de amor, todo emoji y aesthetic, se haya roto.
Los millennials y la generación zeta practican sin complejos la poligamia, han acuñado el término situationship (que denomina una relación íntima temporal, sin promesas ni obligaciones), se mantienen alerta ante los rasgos más tóxicos del amor romántico descritos en los libros de Eva Illouz y los cómics de Liv Stromquist y son muy conscientes de que el amor tiene fecha de caducidad. De ello da prueba su monogamia en serie, una respuesta lógica en el contexto español, en el que siete de cada diez bodas acaban en divorcio. Y, sin embargo, ambas generaciones han caído (una vez más), en el cuento de hadas protagonizado por los dos artistas.
En sus respectivos perfiles online, Rosalía y Rauw han documentado una relación tan fresca como aparentemente profunda, a través de viajes juntos, besos, abrazos y mensajes de amor. Es más: hace apenas unos meses, en marzo, anunciaron su compromiso de boda en un videoclip tras lanzar su EP conjunto, RR. Son, por cierto, las mismas iniciales que ambos llevan marcadas en el cuerpo en forma de tatuaje.
Con un archivo visual así, ¿cómo sustraerse del dolor de la separación, aunque sea por un rato? En este caso, el amor, como el desamor, nos nivela a todos en lo más profundo de nuestra humanidad, así que, tanto para artistas como para ‘gente común’, la respuesta es clara: borrando todas las pistas de nuestro tiempo juntos.
Así lo apunta María Marcos, de El Prado Psicólogos. Para comprender el porqué, es necesario entender lo que ocurre en nuestra mente ante una ruptura afectiva: “Lo primero que nos viene a la cabeza puede ser la palabra ‘angustia’, y es que nuestro cerebro percibe ese hecho como una pérdida”, explica.
“La investigación llevada a cabo por Nathan Dewall, psicólogo de la Universidad de Kentucky, muestra, como otras tantas, que ante una ruptura se encuentran involucradas las mismas estructuras cerebrales que las que se activan cuando sentimos un dolor físico –por ejemplo, quemarnos con algo caliente–. Además, en estos estudios se ha observado que componentes como los que aparecen en medicamentos como el paracetamol ayudan a aliviar tanto la respuesta fisiológica como neuronal”, continúan.
Por ello, según la profesional, es conveniente borrar ese material y proponerse no contactar en absoluto con la ex pareja. Hacerlo sería obligar al cerebro a pasar por “esas etapas iniciales de la relación, donde nos focalizamos en la otra persona con más 'obsesión', lo que activa los mecanismos cerebrales de recompensa y liberan neurotransmisores como dopamina y oxitocina”. Dado que el vínculo afectivo de apego ha generado una huella cerebral que activa la liberación de estas hormonas, tu cerebro 'recuerda' ese camino e intenta volver a activarlo, en palabras de Marcos.
Por supuesto, a ojos del mundo, que Rosalía borrase todas las fotos y vídeos que conserva de ambos en sus redes sociales podría ser leído por muchos como un movimiento tajante, cuando no de despecho. Y el despecho, pese al éxito comercial del hit de la catalana, no tiene muy buena prensa.
“Nos puede ayudar el pararnos un momento y preguntarnos qué necesitamos ahora: igual requerimos espacio, o no hablar del tema, o realizar un trabajo de autocompasión hacia nosotros mismos, reconociendo nuestro sufrimiento e intentando aliviarlo”, explica la profesional.
Una ruptura es una desvinculación de ese enlace afectivo y eso conlleva que tengamos que realizar un proceso de elaboración del duelo, identificando las pérdidas y cómo ha afectado a nuestras áreas vitales
En el caso de la ex pareja, probablemente, no quede nadie con conexión a internet en el globo que desconozca que han roto. Sin embargo, si somos nosotros los que, de pronto, eliminamos toda huella digital de nuestro compañero o compañera, es más que probable que salten las alarmas de nuestros contactos, que, seguramente, nos preguntarán al respecto. ¿Cómo afrontarlo? “Una comunicación asertiva hacia nuestros conocidos es la forma más eficaz de expresar al otro lo que necesitamos y poner los límites que sean beneficiosos para nosotros en ese momento”, asevera Marcos.
Este mecanismo puede servir también si, como Rosalía, decidimos subir una foto en la que aparecemos llorando. Antes del comunicado de ambos cantantes, en mitad de los rumores, esa imagen fue una de las que los fans barajaron como ‘prueba’ de la ruptura.
“No podemos sacar conclusiones apresuradas sobre este comportamiento, ya que no tenemos toda la información y, probablemente, hipotetizamos distorsionando la realidad”, comienza Marcos.
“Una posible interpretación puede ser que actos como ese nos refieran a una persona que comparte y reconoce sus sentimientos, sin reprimirlos, y que busque ese apoyo en una comunidad que siente que la acoge, donde le parece que puede compartir y expresarse. Pero, como he comentado antes, no sabemos en qué circunstancias se ha llevado a cabo [el selfie], si desde esta perspectiva o si desde el impulso generado por una emoción que no estamos gestionando o parándonos a escuchar”.
Llegados a este punto, sabemos que, ante los comentarios de los demás, lo mejor es ser asertivos en nuestras respuestas y atender nuestras necesidades. Y que, para elaborar nuestro propio duelo, es buena idea borrar todos los recuerdos que poseamos con el otro en nuestras redes sociales. Pero ¿y aquellos que no hemos compartido con nadie, como las fotos del móvil, los mensajes de Whatsapp o las listas conjuntas de Spotify? Desafortunadamente para los románticos, su destino debería ser el mismo: la papelera.
Si realmente no quieres deshacerte de esos mementos, hay otra posibilidad, según Marcos: 'esconderlos' por un tiempo, de manera que no tengas un acceso sencillo a ellos
“Entendiendo un poco cómo funciona nuestro cerebro, ese contacto cero que he comentado puede ser beneficioso. Una ruptura es una desvinculación de ese vínculo afectivo y eso conlleva que tengamos que realizar un proceso de elaboración del duelo, identificando las pérdidas, el cómo ha afectado a nuestras áreas vitales y también una elaboración de las ganancias para llevar a cabo la aceptación y un proceso de transformación”, cuenta la psicóloga.
No obstante, si realmente no quieres deshacerte de esos mementos, hay otra posibilidad, según Marcos: ‘esconderlo’ por un tiempo, de manera que no tengas un acceso sencillo a ellos. Podrías guardarlas en la nube de otra persona, o usar, por ejemplo, una app como Keepsafe, que permite bloquear los archivos con un PIN.
Lamentablemente para Rosalía y Rauw Alejandro, los medios de comunicación están repletos de información sobre ellos. Cuando se calmen las aguas, sin embargo, aún quedarán sus canciones en común: más allá del EP conjunto, Rosalía ha hecho los coros en un par de temas del puertorriqueño, mientras que Rauw ha co-escrito Chicken Teriyaki. ‘Borrar’ al otro del mapa va a ser, cuando menos, complicado en su caso.
“Probablemente, necesiten tiempo para elaborar las fases de duelo, donde el paso inicial podría ser trabajar sobre lo que les hace sentir esos recuerdos y estos hechos: ¿Hay culpa, enfado, vergüenza...? Las emociones son como paquetes que nos envía un mensajero, nuestro cerebro, como comenta el psicólogo Gonzalo Hervás. Y todas ellas tienen una intención positiva, nos avisan de algo. Por ello, es importante pararnos a escucharlas, ya que de esta forma seremos capaces de procesarlas y a partir de ahí, de gestionar nuestros recuerdos”.
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