Rupturas de pareja dolorosas: nueve consejos psicológicos para superarlas
Las rupturas de pareja pueden ser muy difíciles. Lo saben bien quienes han pasado por esa situación, e incluso la ciencia se ha encargado de comprobarlo. Un estudio de 2011 descubrió –por medio de análisis con resonancia magnética– que el dolor que provoca el final de una relación activa las mismas áreas cerebrales que el dolor físico.
No se trata solo de dolor. Terminar un vínculo de pareja a menudo genera un cierto caos en la vida de quien lo experimenta: sensación de soledad y eventualmente de fracaso, obligación de cambiar de hábitos, de compañías y en ocasiones incluso de vivienda, miedo al futuro, etc.
Superar una ruptura exige atravesar un duelo, un proceso que incluye reacciones como la negación, el enfado, la negociación, el dolor emocional y la aceptación. Estas reacciones no son sucesivas, sino que se alternan. En el mismo día una persona puede pasar de unas a otras. Por eso, una separación puede suponer una auténtica “montaña rusa emocional”, como explica el psicólogo Guillermo Orozco.
Cuando una relación de pareja se termina, el proceso que viene después es difícil pero inevitable. Por ello, los especialistas enumeran varios consejos para superar una ruptura y dar vuelta la página del mejor modo posible. A continuación, nueve recomendaciones.
1. Evitar el contacto
Tras una ruptura, la mejor decisión es reducir a cero la comunicación con la otra persona. “Con el tiempo se verá si podemos conservar una amistad u otro tipo de relación, pero durante el comienzo de la separación es mejor evitar el contacto”, apunta Orozco.
El objetivo es no ver a la expareja, no hablar por teléfono ni intercambiar mensajes, no revisar sus cuentas en las redes sociales, no revisar cartas o fotos antiguas, etc. En esa primera instancia, cuanto mayor sea el corte con todo lo que representa a la expareja, mejor será para superarla.
2. Buscar apoyo emocional
La familia y los amigos resultan claves en estos momentos, siempre que presten acompañamiento y un oído que escuche. Es un modo de paliar –explica Orozco– la sensación de pérdida o de soledad. En este sentido, una investigación publicada en 2014 llegó a la conclusión de que las personas recién separadas que tenían la ocasión de hablar de la ruptura se recuperaban con mayor velocidad que quienes hablaban menos.
3. Recuperar aficiones y distraerse
Es importante reflexionar sobre lo que ha sucedido y hablar de ello, pero hasta cierto punto. “No dejes que te obsesione”, recomienda para estos casos la psicóloga Helena Romeu Llabrés: “Sal con gente, trabaja, haz deporte, intenta tener tu mente ocupada”.
Otra experiencia científica sobre este tema comprobó que la distracción –si bien no contribuye a reducir los sentimientos amorosos– sí ayuda al bienestar general de quienes están atravesando una ruptura.
4. Crear hábitos nuevos y aumentar el círculo social
Además de recuperar aficiones antiguas, un buen plan es crear nuevos hábitos y conocer a otras personas. Estas “novedades” representan un incentivo y un estímulo para seguir adelante. En palabras de Guillermo Orozco, ayudan a recuperarse de manera más satisfactoria y hacen que la vida “esté más completa y tenga más valor”.
5. Escribir
Los psicólogos recomiendan escribir, pues es una actividad que proporciona numerosos beneficios: desde la catarsis (“sacarse de encima” pensamientos recurrentes que de otro modo no paran de repetirse en la cabeza) hasta la posibilidad de estructurar y ordenar las ideas. Helena Romeu destaca que escribir también ayuda a la memoria, para recordar “tanto lo bueno como lo malo”.
Se pueden aprovechar los beneficios de escribir un diario durante todo el proceso. Orozco apunta que, para alguien que no ha podido expresar a su expareja todo lo deseaba decirle, puede ser valioso escribírselo en una carta de despedida, incluso aunque la otra persona no la vaya a leer.
6. Aceptar las propias emociones
Como se ha señalado, el duelo tiene distintas manifestaciones y es necesario atravesarlas para poder superarlo. Frustración, rabia, fastidio, llanto: son emociones y reacciones que suceden con frecuencia en este periodo, y no sirve intentar taparlas o hacer como si no existieran. Según Orozco, “esforzarte en olvidar la relación y no sentir dolor hará que este se enquiste y, con el tiempo, será mucho peor”.
7. Cuidar la autoestima y evitar la culpa
La autoestima de una persona puede resentirse durante una ruptura, sobre todo cuando no es ella quien ha tomado la decisión. En este sentido, es importante que sea consciente de ello y que trate de no culpabilizarse por lo sucedido ni angustiarse pensando cómo habrían sido las cosas si hubiese actuado de tal o cual manera.
Si bien hay que aceptar las propias emociones, los expertos recomiendan evitar la culpa, ya que –como apunta Romeu– “no sirve para nada excepto para sentirte peor”. “Ya no puedes tirar para atrás, lo que pasó, pasó, y por mucho que te machaques las cosas no cambiarán”. Lo que queda es seguir adelante y procurar, en todo caso, aprender de los posibles errores.
8. Esforzarse en no idealizar la relación terminada, aunque cueste
El olvido selectivo a menudo parece tender trampas, como si quisiera “archivar” todo lo malo y que solo recordáramos las cosas buenas de la pareja que ya no está. Hay que hacer el esfuerzo por “ser racional”, dice Romeu, y no olvidar que si se terminó fue porque “las cosas malas pesaban más”. En este punto la escritura puede ser clave por aquello de que ayuda a recordar tanto lo positivo como lo negativo.
9. Asumir que hace falta tiempo
Por desgracia, todo este proceso lleva semanas, meses y a veces años, un lapso muy variable en función de cada persona y de cada historia en particular. Y si bien todos estos consejos ayudan a superar la ruptura del mejor modo posible, eso no quiere decir que no haya sufrimiento.
“Tómalo con calma, pues necesitas tiempo para digerir todo esto”, aconseja Romeu. Hay que tener paciencia y procurar buscarse metas que nos distraigan y quiten el foco del proceso de duelo. Por ejemplo, metas deportivas, pero también en el campo de la formación, aprender a tocar un instrumento, etc.
Es decir, desarrollar materias que nos gusten y que nos muestren un claro progreso a medio o corto plazo. Después, como añade la psicóloga, “con el tiempo dejará de doler y pasará a ser un recuerdo más”.
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