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El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en hombres y representa la tercera causa de mortalidad por cáncer en varones, por detrás del cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. La incidencia de este tipo de cáncer aumenta con la edad: un 90% de los casos se diagnostican en mayores de 65 años, con una media de diagnóstico de 75 años.
Una de las particularidades del cáncer de próstata es que no suele causar síntomas en las primeras etapas. Se calcula que alrededor del 85% de este tipo de cáncer se descubre durante las pruebas de detección temprana (que mencionamos más abajo), antes de que el paciente desarrolle y pueda notar algún síntoma.
Por ello, queremos destacar, dado que el pasado 11 de junio fue el Día Mundial de Cáncer de Próstata, cuáles son los signos tempranos que nos alertan de que pueda haber un problema.
Los principales síntomas del cáncer de próstata
Aunque, como hemos comentado, los primeros signos de advertencia del cáncer de próstata son raros, en ocasiones pueden experimentarse ciertos síntomas antes de que haya diagnóstico. La gravedad de estas señales depende de la ubicación del cáncer en la próstata y de cómo de avanzado esté.
Por lo general, aparecen síntomas tempranos si el cáncer crece cerca de la uretra y la presiona. En estos casos, los síntomas más claros son los siguientes:
- Aumento de la frecuencia de micción, sobre todo por la noche.
- Dificultad para empezar a orinar o retener la orina.
- Sensación de que la vejiga no se ha vaciado del todo.
- Necesidad repentina de orinar, en ocasiones incluso con pérdida de orina antes de llegar al baño.
- Micción dolorosa.
Debe tenerse en cuenta que la presencia de estos signos no significa necesariamente que exista cáncer de próstata; estos signos pueden ser también un síntoma de un problema no canceroso, como explicamos en este artículo. El más común suele ser hiperplasia prostática benigna, es decir, un crecimiento no canceroso de la próstata. Sea lo que sea, siempre es recomendable consultar con el médico para que confirme el diagnóstico.
Si el cáncer de próstata está localmente avanzado o se disemina a otras partes del cuerpo, puede causar otros síntomas como:
- Presencia de sangre en la orina.
- Disfunción eréctil: problemas para conseguir mantener una erección, eyaculación dolorosa o sangre en el semen.
- Debilidad o entumecimiento en las piernas o los pies.
- Dolor o rigidez en la parte baja de la espalda, las caderas o la parte superior de los muslos.
- Pérdida de peso inexplicable.
Como en el caso de los síntomas de cáncer temprano, también aquí puede ocurrir que muchos de estos problemas estén causados por algo distinto, como la hiperplasia prostática benigna o prostatitis o inflamación de la próstata, una afección que puede aparecer a cualquier edad y que normalmente tiene como origen una infección de orina. Es importante consultar con el médico para que pueda encontrar la causa y tratarla.
Muchos de estos síntomas están relacionados con la obstrucción que el crecimiento de la glándula provoca en la salida de la orina, lo que dificulta el adecuado funcionamiento y vaciado de la vejiga. Es importante determinar lo más pronto posible la causa de este crecimiento para descartar aquellas benignas o, por el contrario, un tumor en el interior de la glándula prostática.
Diagnóstico que salva vidas
Se calcula que el 80% de los hombres que son diagnosticados de cáncer de próstata siguen vivos a los 10 años del diagnóstico gracias, según la Asociación Española de Urología, a la eficacia de los tratamientos y el distinto grado de agresividad de los tumores que se diagnostican.
También facilita el diagnóstico la facilidad para establecer su sospecha, mediante un análisis de sangre que mide los niveles de antígeno prostático específico (PSA) en la sangre y un examen digital rectal de la próstata (tacto rectal). Esta última prueba permite determinar el tamaño, consistencia y movilidad de la próstata.
Si los resultados de estas pruebas son anormales, se realizan otros estudios de imagen complementarias como una ecografía prostática, tomografía computerizada, resonancia magnética o gammagrafía ósea. En el caso de que haya riesgo elevado de cáncer de próstata, se realiza una biopsia de próstata para confirmar el diagnóstico. Un 90% de los casos diagnosticados en España lo hacen en fase localizada de la enfermedad.
Realizar estas pruebas cada cierto tiempo a los hombres como parte del cuidado y prevención de su salud permite detectar aquellos casos en los que el cáncer se localiza en la próstata, es de crecimiento lento y no causa síntomas.
Gracias a estos controles es posible detectar ahora más que hace unos años el problema en sus fases más tempranas y, por tanto, tratarlo de forma más precoz y con unas tasas de supervivencia y curación más elevadas.
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