Diversos brotes de sarna se están dando en residencias de ancianos y en colegios y guarderías, un problema que muestra un aumento significativo respecto a las últimas décadas, tal como pone de manifiesto un trabajo llevado a cabo por investigadores del Instituto de Salud Carlos III.
La razón de este pico puede explicarse por el propio comportamiento de esta plaga, provocada por el ácaro microscópico Saprcoptes scabiei, que escarba la piel produciendo galerías y madrigueras.
Se trata de un parásito humano que tan solo se transmite por contacto directo piel a piel entre humanos, o bien por contacto con ropa de una persona infectada, así como por compartir sábanas con dicha persona.
De este modo, se precisan aglomeraciones de personas, que no solo estén juntas sino que también se toquen, para que se extienda un brote entre un colectivo. En consecuencia, tanto los niños, que se tocan continuamente, como los ancianos, para los cuales los celadores pueden hacer de vector de contagio, son colectivos de riesgo alto. También lo son hospitales, cárceles y centros de internamiento de personas migrantes.
Según la OMS, existen en el mundo, en cualquier momento que se calcule, 200 millones de personas atacadas por este ácaro, especialmente en países pobres y tropicales. No obstante, tal como pone en relevancia la Academia Española de Dermatología, no se trata de una enfermedad de pobres.
Según este organismo, es un problema que afecta a cualquier clase social y económica, porque el patrón de contagio no es la higiene sino el contacto con la piel o la ropa de una persona infectada. Es por ello que se la considera también un contacto sexual y recibe el nombre médico de Escabiosis.
Síntomas de la sarna
Explica la página de salud del Estado de Nueva York que los síntomas comienzan a notarse a partir de las dos primeras semanas tras el contagio, lo que deja mucho margen a la expansión del brote en los colectivos antes citados, y pueden demorarse hasta siete semanas en aparecer.
Si la persona ha sufrido previamente un ataque de sarna, como esta enfermedad tiene un componente reactivo alérgico, sufrirá los síntomas más visibles a los pocos días debido a la respuesta del sistema inmunológico.
Al contrario de lo que se piensa, al principio no se trata de síntomas visibles, sino que se expresan en un intenso picor nocturno en axilas, brazos, piernas, torso y genitales, que nos lleva a rascarnos con intensidad.
Es a partir de varias noches de picores cuando aparecen las erupciones en muñecas, nalgas, genitales, pezones y zonas tapadas como el cinturón del pantalón. Si no se aplica tratamiento, estás erupciones pueden empeorar.
No obstante deben ser determinadas por un dermatólogo para descartar cualquier otra enfermedad dermatológica, explica el dermatólogo Josep Herrero en su página web.
¿Cómo curarse de la sarna?
Según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la sarna se cura con diversas pomadas, siendo la más común la permetrina al 5%, un tipo de pesticida que se utiliza frecuentemente en la agricultura.
El doctor Herrero señala en su página que conviene untarse completamente de esta pomada, solo excluyendo los ojos, la nariz y la boca, así como el cuero cabelludo, salvo en niños. El tratamiento debe hacerse dos ves por semana antes de acostarnos y no deben deben excluirse ni uñas ni membranas interdigitales.
Este tratamiento se aplicará tanto a las persona infectada como a las que convivan con ella, pero no a animales, ya que la sarna humana ni les afecta ni pueden transmitirla.
La permetrina puede acompañarse puede acompañarse de antihistamínicos orales o corticoides si los primeros no surten efecto. En el caso de embarazadas, aunque la permetrina se muestra segura según el dermatólogo, la SEMI cita el azufre con vaselina, igual de efectivo pero con muy mal olor.
FInalmente, el benzoato de bencilo es otra sustancia que se usa para destruir al ácaro; de venta en farmacias en forma de loción, se aplica en la piel afectada por la noche y también es eficaz contra los piojos.
¿Qué hacer con la ropa y las sábanas?
Por otro lado la SEMi explica que la ropa debe lavarse a 60 ºC o más, pero solo aquella que nos hemos puesto recientemente excluyendo la que hace siete días que no nos hayamos puesto. Y lo mismo haremos con las sábanas.
Si en algún caso el textil no puede tratarse con agua caliente, se meterá en un bolsa de plástico bien cerrada una semana. El doctor Herrero asegura que cualquier parásito que no pueda alimentarse de piel humana durante más de tres días morirá.
Por lo tanto, no debemos temer por la cercanía con nuestro perro o nuestro gato. Ahora bien, en el caso de comprar ropa de segunda mano, la lavaremos por precaución en agua caliente o la aislaremos en bolsas de plástico durante una semana.
Adicionalmente, el catedrático y jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, Pablo Ortiz Romero, explica en este hilo de Twitter que para asegurar el éxito del exterminio podemos guardar las bolsas en el congelador por debajo de -18ºC.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines