La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Últimamente tengo sed todo el rato, ¿a qué se debe?

El cuerpo contiene aproximadamente un 60% de agua. Es, por tanto, un componente imprescindible para la salud: ayuda a eliminar los desechos, regula la temperatura corporal y lubrica las articulaciones, ayuda a la digestión, con la absorción de nutrientes, entre otros beneficios.

Es normal tener sed en un día caluroso o tras un largo entrenamiento. Después de todo, acabamos de perder mucha agua a través del sudor, por lo que el cuerpo nos está diciendo que la repongamos lo antes posible. Siempre que nos aseguremos de hidratarnos bien, nunca deberíamos sentir demasiada sed. 

Pero si nos pasa de manera persistente, sin una razón aparente, y no conseguimos aliviarla ni después de beber agua, puede ser motivo de algún problema menor o, en algunos casos, más grave.

Pero, ¿qué se considera sed excesiva?

El término médico para la sed excesiva es polidipsia, un síntoma inespecífico que se define como una necesidad anormal de beber líquidos. Algunos de los signos y síntomas son:

  • Orinar más de cinco litros al día.
  • Tener sed constante e inexplicable que no desaparece ni después de beber.
  • Sequedad de boca temporal o prolongada.

Las ocho razones por las que puedes tener mucha sed 

La sed es una señal del cerebro al cuerpo de que se está deshidratado y necesita beber más líquidos. En los casos de polidipsia, la sed excesiva puede ser un signo de un problema de salud subyacente.

Deshidratación: en la mayoría de los casos sentimos sed porque no estamos bebiendo la cantidad suficiente de líquido que nuestro cuerpo necesita. La recomendación estándar sitúa el consumo de entre seis y ocho vasos de agua al día, una medida cuya base científica ha sido muy discutida

Según el documento Importancia del Agua en la Hidratación de la Población Española, editada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, “la sed es una guía adecuada para tomar agua en todas las personas sanas excepto en bebés, deportistas y personas enfermas”.

Consumo excesivo de sal: la sed puede estar causada por algo tan simple como una comida o un refrigerio a base de alimentos salados o picantes. Nuestro cuerpo necesita un equilibrio de sodio y agua para funcionar bien, por lo que cuando la ingesta de sales muy alta, tenemos sed y buscamos agua para diluir nuestra sangre.

Diabetes: la diabetes interrumpe la capacidad del cuerpo para descomponer y almacenar el azúcar correctamente. Por tanto, obtenemos niveles altos de azúcar en sangre y, en ocasiones, en la orina. Lo que hace el azúcar es extraer líquido y provoca que la persona orine más. 

Es la forma natural del cuerpo de tratar de eliminar este exceso de azúcar. La sed y la micción son síntomas de esta enfermedad metabólica conocida como diabetes. Si, pese a beber, continúas teniendo sed, consulta con un médico.

Diabetes insípida: no tiene nada que ver ni con la diabetes de tipo 1 o 2, no está relacionada con el azúcar en la sangre, sino con una hormona antidiurética que ha salido mal. Se pierde el control de la cantidad de agua que se libera a través de la orina, lo que hace que la persona orine mucha más cantidad de lo normal

Esto lleva a la deshidratación que, a su vez, incita a beber mayor cantidad de agua. Un análisis de sangre y de orina puede revelar este problema, que suele controlarse con la medicación adecuada.

Enfermedad autoinmune: el síndrome de Sjogren es una enfermedad autoinmune que afecta las membranas mucosas. Los principales síntomas son ojos y boca secos. Con este síndrome, las glándulas salivales no producen suficiente saliva, por lo que cada vez que se ingieren alimentos la persona se siente como si estuviera llena de algodón. 

Algunos medicamentos: la sed excesiva puede ser, en ocasiones, un efecto secundario de ciertos tipos de medicamentos. Por ejemplo, los antihistamínicos, ciertos antidepresivos, ansiolíticos y diuréticos para la presión arterial alta provocan boca seca como un posible efecto secundario. 

Anemia: el cuerpo depende de las células sanguíneas sanas para transportar sangre por todo el cuerpo. Por lo general, la anemia leve no causa sed excesiva, pero si la afección se agrava, es posible que se sienta sed, mareos y sudor.

Xerostomía o boca seca: en ocasiones, las glándulas salivales no producen suficiente saliva. Esto ocurre con la xerostomía, un síntoma común causado con mayor frecuencia por una disminución en la cantidad de saliva o un cambio en la calidad. Bajo esta condición, es posible que se sienta la necesidad de beber más agua para acabar con esta sensación. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines