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Se acerca el verano: diez pautas para gozar del sol de manera saludable

Eric Santaona

31 de mayo de 2016 19:53 h

Cerca ya del ecuador de la primavera, tras San Isidro se abren las piscinas en Madrid y en la costa los días despejados ofrecen una magnífica oportunidad para disfrutar del astro rey en playas y terrazas. El sol nos llena de vida y buenas sensaciones, y es fundamental para funciones como la síntesis de vitaina D. Sin embargo, también es un agente agresivo con nuestra piel y la regulación de nuestro metabolismo.

El sol, hay que saber cuánto, cuándo, cómo y dónde tomarlo, porque con frecuencia tiene a simplificarse la exposición de nuestro cuerpo a sus rayos y la reducimos a una mera aplicación de alguna crema protectora sin ponderar tiempos de exposición ni las mejores horas. El resultado acaban siendo quemaduras a corto plazo.

A largo: manchas en la piel, arrugas prematuras por pérdida de elasticidad del tejido dérmico y, en los peores casos, tumores de piel que pueden resultar cancerosos, el temido melanoma. A continuación, para evitar tener que lamentar con los años los excesos con el sol, se relatan diez pautas inteligentes para exponerse a los rayos de forma saludable y segura.

1. Al principio de forma gradual

No solo en nuestros primeros días de playa, también cuando estemos en una terraza o simplemente andemos por la calle, debemos exponernos a los rayos solares progresivamente, en periodos cada vez más largos hasta que nuestra piel adquiera un bronceado capaz de defendernos de la radiación ultravioleta. No está de más llevar sombreros y pañuelos que nos cubran el cuello, así como aplicarnos cremas protectoras.

2. Las cremas protectoras no hacen milagros

Los expertos recomiendan usar cremas protectoras con niveles de protección de factor entre 30 y 50. Las pieles más cobrizas pueden emplear factor 30 pero las claras deben optar por 50; el moreno llegará igual, aunque de una forma más pausada. Ahora bien, el usar una crema protectora adecuada no significa que podamos pasarnos más y más horas expuestos al sol.

Además de la radiación ultravioleta, los rayos tienen otros efectos nocivos, como la elevación de la temperatura corporal, que puede dar lugar a insolaciones, dolores de cabeza e incluso fiebre. Así que por más crema que usemos, debemos limitar la exposición al sol al tiempo recomendable, según horarios y momento del verano.

3. En las horas centrales, a la sombra

A medio día es cuando menos recomendable es tomar el sol, y en pleno verano debe evitarse completamente la exposición. Lo ideal es limitarla a una hora y media por las mañana hasta las doce y por las tardes a partir de las cinco o las seis. Por supuesto, con crema protectora.

4. Evitemos las colonias y otros apliques cosméticos

Si vamos a tomar abiertamente el sol, cualquier producto que haya sobre nuestra piel puede reaccionar con los rayos y generar productos abrasivos, como es el caso de colonias y otros productos de maquillaje que lleven alcohol u otros componentes. Lo mejor es lavarse bien la cara y el cuello antes de ir a la playa.

5. Tras el sol, ducha y crema hidratante

Eliminemos totalmente los restos de crema protectora lo antes posible y sustituyámosla por crema hidratante en abundancia, pues tras la exposición solar nuestra piel estará muy deshidratada y extresada. Las cremas aftersun valen igual, pues en esencia son crema hidratante con elementos calmantes del dolor.

6. Mantengamos un correcto nivel de líquidos en el cuerpo

En verano hay que comer mucha fruta, beber agua y tener una dieta ligera a base de hortalizas y legumbres para así absorber mucha agua junto con la fibra vegetal, que la retiene y permite que el intestino la asimile mejor. Los gazpachos son 100% recomendables. Sin embargo, conviene no abusar de los zumos de fruta.

7. Comamos alimentos que ayuden a la protección de la piel

No todo es cuestión de cremas protectoras, muchos aceites y grasas vegetales -desde el aceite de oliva a la pulpa del aguacate o del plátano- contienen compuestos antioxidandes, los polifenoles, que pueden ayudar a neutralizar los radicales libres, es decir los compuestos de nuestra piel que los rayos han alterado y son altamente oxidantes. Si tenemos un alto nivel de polifenoles en la sangre, aumentaremos la eficacia neutralizadora. Los frutos secos o el chocolate también son recomendables para este fin.

8. Cubramos los tatuajes

Los tatuajes son una de las zonas sensibles del cuerpo debido a los productos químicos de las tintas con que se hacen y que pueden reaccionar con los rayos ultravioleta. Por lo tanto es recomendable si vamos a la playa o estamos mucho rato con una zona tatuada expuesta al sol, tapar el dibujo o al menos recubrirla de crema protectora de factor 50.

También abstente de hacerte 'peelings' u otros tratamientos faciales agresivos durante el verano, y suspende los tratamientos de depilación láser

9. Vistamos de largo

Si la mayor parte de los agricultores y pescadores, es decir personas que trabajan al aire libre, van vestidos de largo y tapados en la medida de lo posible, ¿por qué nosotros nos empeñamos ene l pantalón corto y la camiseta sin mangas? Faldas y pantalones largos, pañuelos y sombreros son imprescindibles en verano cuando estemos expuestos al sol. No es cuestión de recato sino de salud.

10. Pasemos por el dermatólogo

Nunca está de más ir al dermatólogo antes y después del verano para cerciorarnos de que no tenemos ninguna mancha que convenga proteger o eliminar.

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